Catalu?a: choque de trenes o partida de ajedrez
Los tribunales han sido prudentes al imponer penas de inhabilitaci¨®n a los exdirigentes catalanes
En un reciente acto del PSOE un orador que representaba oficiosamente a los afiliados del PSC nos volvi¨® a contar una de las met¨¢foras m¨¢s repetidas para el an¨¢lisis de la actual situaci¨®n catalana, la del choque de dos trenes que circulan a gran velocidad por una misma v¨ªa en direcciones opuestas, condenados a enfrentarse con grandes p¨¦rdidas por uno o los dos lados en conflicto. Dentro de la met¨¢fora, los socialistas catalanes se adjudicaban el papel de la Cruz Roja para asistir a los heridos y restablecer los derechos de los ciudadanos afectados.
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Sin duda, la met¨¢fora es muy representativa de la actividad del Govern de la Generalitat y de la pintoresca coalici¨®n de independentistas, que recorre desde empresarios y pol¨ªticos procesados por corrupci¨®n hasta anarcoestatistas de la CUP. No obstante, creo sinceramente que la m¨¢quina se mueve a una velocidad enormemente desigual seg¨²n las partes del trayecto. Circula muy deprisa por las normas jur¨ªdicas, mientras que las actuaciones concretas de desconexi¨®n (dejar de pagar impuestos a la AEAT) dan la impresi¨®n de encontrarse casi varadas. En cuanto a la movilizaci¨®n social para defender el proceso, no se sabe si avanza o retrocede, en funci¨®n de cual sea la velocidad asignada en momentos anteriores.
Yo soy jugador de ajedrez, y como soy relativamente modesto, mi adversario preferente es mi ordenador. He llegado al nivel ocho, y cuando estaba en el nivel siete me apercib¨ª de algo interesante: si tienes paciencia, repites las jugadas evitando equivocaciones y te atrincheras en posiciones seguras, la m¨¢quina est¨¢ programada para cometer un error que evite las tablas por reiteraci¨®n de movimientos. Est¨¢, como dir¨ªa Esopo, en su naturaleza, en su programaci¨®n. Y entonces ganas la partida.
El error que se busca desde el independentismo catal¨¢n es la evidente solidaridad que provocar¨ªa una decisi¨®n judicial contra uno de los autores institucionales del proc¨¦s. Hasta ahora, los tribunales han estado en su sitio, es decir, en la prudencia, y no han ca¨ªdo en la dramatizaci¨®n de pensar en que para hacer justicia era necesario que pereciera el mundo. Las sentencias imponen penas de inhabilitaci¨®n, esquivando con el non bis in ¨ªdem las penas de c¨¢rcel por malversaci¨®n, se discute si en primera instancia las penas son o no directamente ejecutivas, siendo razonable la espera de una confirmaci¨®n por el tribunal de apelaci¨®n, y no hemos fabricado todav¨ªa ning¨²n m¨¢rtir.
Una sentencia condenatoria que supusiera el ingreso en prisi¨®n de uno de los acusados m¨¢s ilustres podr¨ªa hacer retroceder? lo conseguido en los ¨²ltimos meses
En cuanto al Gobierno de Espa?a, salvando las patochadas impresentables del ministro Fern¨¢ndez D¨ªaz y su polic¨ªa patri¨®tica, digna a la luz de como contestan a los tribunales de una secuela de las pel¨ªculas de los hermanos Marx, tambi¨¦n se ha mantenido en una razonable moderaci¨®n. Y hasta algunos presidentes de comunidad aut¨®noma famosos por su desparpajo a la hora de los juicios pol¨ªticos sobre Catalu?a han estado razonablemente en un sitio discreto.
Pero no pensemos que en cualquier momento un tribunal iluminado pase a la historia por considerar el derecho como fuente de todos los remedios. Ya lo hizo el Tribunal Constitucional en su d¨ªa. Una sentencia condenatoria con motivaciones pol¨ªticas que supusiera el ingreso en prisi¨®n de uno de los acusados m¨¢s ilustres podr¨ªa hacer retroceder (visto desde otro punto de vista, avanzar) todo lo conseguido en los ¨²ltimos meses. La situaci¨®n econ¨®mica mejora, las declaraciones solemnes de puro repetidas se convierten en hueras, tenemos pendientes m¨²ltiples casos por corrupci¨®n que deber¨ªan resolverse antes (al menos en el imaginario ciudadano). Fabricar un m¨¢rtir no ser¨ªa un crimen, sino algo peor, un dram¨¢tico error.
Dos a?os despu¨¦s de mi afiliaci¨®n al Partido Socialista me inscrib¨ª en Amnist¨ªa Internacional, de la mano de la primera presidenta de la secci¨®n espa?ola.El otro d¨ªa, un compa?ero de AI me preguntaba c¨®mo reaccionar¨ªan otras secciones ante una sentencia as¨ª. Ser¨ªa posible, por ejemplo, que para alguna fuera muy claramente un preso de conciencia. Vamos hombre, las personas con dos dedos de frente deber¨ªamos recordar la historia: el primer punto del programa electoral con que concurri¨® a las elecciones el Frente Popular en 1936 era la amnist¨ªa para los condenados de la revoluci¨®n fallida de 1934, una revoluci¨®n obrera y tambi¨¦n la primera declaraci¨®n de la Rep¨²blica Catalana. Un acto ilegal, pero que hizo solidarizarse con sus responsables a toda la izquierda espa?ola. Casi mejor no tropezamos dos veces en la misma piedra.
?Octavio Granado fue secretario de Estado de Seguridad Social entre 2004 y 2011.
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