Un d¨ªa triste para Europa
La firma de la carta pidiendo la activaci¨®n del 'Brexit' es un fracaso colectivo
Esa firma al pie del texto solicitando la activaci¨®n del art¨ªculo 50? certifica un fracaso colectivo. Por eso fue una tarde triste la del martes y un d¨ªa triste el de ayer mi¨¦rcoles cuando Sir Ivan Rogers deposite en Bruselas la carta de su primera ministra comunicando el deseo del Reino Unido de retirarse de la Uni¨®n.
Se trata de una derrota de gran magnitud. Porque si algo ha sido la Uni¨®n Europea hasta ahora es enormemente flexible para acomodar las idiosincrasias nacionales. Los 44 a?os de pertenencia del Reino Unido a la UE son la mejor y primera prueba de ello pues en ese periodo pudo negociar con sus socios una participaci¨®n a la carta en la que se autoexclu¨ªa del euro, y luego de sus pol¨ªticas de rescate, tambi¨¦n de una parte importante de los asuntos de justicia e interior, incluyendo las pol¨ªticas de asilo y refugio, por no hablar de algunos aspectos de la pol¨ªtica social, el presupuesto com¨²n o la pol¨ªtica exterior y de seguridad.
El Reino Unido lleg¨® a la UE en su peor momento nacional: emerg¨ªa de un largo y traum¨¢tico periodo de descolonizaci¨®n y estaba anquilosado econ¨®micamente y roto pol¨ªticamente. Dentro de la UE no solo ha prosperado sino brillado con luz propia y liderado. Su ¨¦xito desmiente con toda rotundidad a los que secularmente han sostenido que Londres solo pod¨ªa ser influyente en el continente desde fuera. Al contrario.
Ahora se van, producto de la incompetencia de sus pol¨ªticos, sobre todo conservadores y laboristas, y la alianza del algunos lobbies nacionalistas y chauvinistas con la peor prensa sensacionalista y, directamente, racista. Estamos ante la primera gran victoria en el continente europeo de lo que los autoproclamados te¨®ricos de la democracia radical (aunque son radicales, no dem¨®cratas), llaman ¡°Ilustraci¨®n populista¡±; el momento en el que el pueblo sabio retoma el control sobre su futuro y se sacude el yugo de ¨¦lites y expertos.
Las mayor¨ªas, sostienen, no necesitan m¨¢s legitimaci¨®n que la mayor¨ªa y por eso siempre aciertan. Pero se equivocan. Y tanto. Nos quedan muchos y buenos amigos en las Islas Brit¨¢nicas, gente que cree en la misma Europa que nosotros y que necesita seguir creyendo en ella. En las negociaciones que se abren seamos firmes con su Gobierno, pero ejemplares ante ellos. @jitorreblanca
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