Impostores

Si en una partida de p¨®quer, a la media hora de juego, no te has dado cuenta de qui¨¦n es el tonto que va a perder, es que ese tonto eres t¨². Esta podr¨ªa ser una versi¨®n golfa del famoso test de Alan Turing, el pionero de la computaci¨®n y de la inteligencia artificial, quien propuso una f¨®rmula para descubrir desde el primer momento a los impostores y tramposos que pueden robarte la cartera. La prueba consiste en ponerte frente a un ser humano y a un computador, ambos ocultos a tus ojos, con el reto de averiguar su identidad seg¨²n las respuestas que recibas de ellos a una serie de tus preguntas. Si la m¨¢quina consigue durante los primeros cinco minutos enga?arte, la posibilidad de que logres identificarlos en adelante ser¨¢ pr¨¢cticamente nula. El test de Alan Turing se puede aplicar a la vida cotidiana, a la pol¨ªtica, al amor, a los negocios. Si te encuentras ante dos personas reales que te tientan con una proposici¨®n o promesa y la duda no te permite descubrir en los primeros cinco minutos cu¨¢l de ellas te est¨¢ mintiendo, la posibilidad de que te siga enga?ando y quedes atrapado en su impostura es pr¨¢cticamente segura. Esos primeros cinco minutos son de oro, pero muy poca gente los usa para salvarse. Cinco minutos bastan para desenmascarar, antes de que te embauque, a ese pol¨ªtico corrupto que se disfraza de patriota cuyas promesas son solo flato, para descubrir al socio o al amigo que te va a traicionar, para imaginar que esa chica tan dulce acabar¨¢ siendo tu ruina o que ese enamorado tan formal y cari?oso es en el fondo un machista, para no sorprenderte de que ese vecino que te saludaba tan educado en el portal ha resultado ser un asesino. Tres preguntas bastan para saber qui¨¦n es el tonto en cada partida, siempre que el tonto no lo seas t¨² por no haber usado solo cinco minutos en averiguarlo.