Trump responde a Siria
La nueva administraci¨®n de EEUU marca los l¨ªmites a Putin y El Asad
El ataque estadounidense de la madrugada de ayer contra una base a¨¦rea siria supone una escalada de imprevisibles consecuencias en un conflicto cuya soluci¨®n pac¨ªfica se vislumbra cada vez m¨¢s lejos. La acci¨®n militar es una respuesta directa al empleo de armas qu¨ªmicas, con toda probabilidad por la aviaci¨®n de El Asad, en una zona en poder de los rebeldes, provocando numerosas v¨ªctimas civiles. Aunque la guerra civil siria ya ha dejado un lamentable reguero de muerte, destrucci¨®n y el desplazamiento de millones de personas, obligadas a abandonar a sus hogares, sigue estando ¡ªcomo cualquier conflicto armado¡ª sometida a unas reglas fruto del consenso de la comunidad internacional, siendo una de las principales la prohibici¨®n absoluta del empleo de armas de destrucci¨®n masiva, entre las que se encuentran las armas qu¨ªmicas.
La flagrante violaci¨®n de las convenciones sobre la guerra y de los compromisos adquiridos por Damasco hace tres a?os ¡ªdespu¨¦s precisamente de la utilizaci¨®n de armas qu¨ªmicas por parte de sus tropas¡ª ha colocado en una dif¨ªcil tesitura a la nueva Administraci¨®n estadounidense, que ha visto como el acuerdo logrado por Barack Obama ha saltado por los aires. Tal vez El Asad ha actuado en la falsa creencia de que la buena sinton¨ªa entre Donald Trump y Vlad¨ªmir Putin iba a hacer quedar impune su criminal acci¨®n. Los 59 misiles Tomahawk lanzados contra una base militar siria son la mejor prueba de que no va a ser as¨ª.
Indudablemente lo ideal hubiera sido que la acci¨®n estadounidense hubiera venido precedida de alg¨²n tipo de respaldo multilateral. El mejor, sin duda, por parte de Naciones Unidas. Pero no nos enga?emos. Mosc¨² ya ha demostrado que est¨¢ dispuesto a bloquear cualquier iniciativa del Consejo de Seguridad que vaya en detrimento de su protegido en Damasco. Ha sido Rusia quien ha impedido que se pongan en marcha los mecanismos previstos para estos casos, que incluyen una investigaci¨®n internacional imparcial sobre el ataque qu¨ªmico. Ante el bloqueo practicado por Mosc¨², Trump ten¨ªa poco margen de maniobra, especialmente si lo que quer¨ªa era enviar un mensaje de firmeza a El Asad y a otros reg¨ªmenes tendentes a violar impunemente los principios y tratados en los que se asientan la paz y seguridad internacionales. Si ha acertado o no es algo imposible de decir todav¨ªa. Depender¨¢ en cualquier caso de si su acci¨®n sirve para forzar a Rusia y a Ir¨¢n a poner en marcha de una vez por todas un proceso de paz que incluya la salida de El Asad del Gobierno.
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