Paralelismos
Lo que se dirime es si el PSOE salvar¨¢ su identidad o entrar¨¢ en una variante del populismo

?Los candidatos a la Secretar¨ªa General del PSOE manifestaron semanas atr¨¢s que en la campa?a de las primarias se deb¨ªa respetar el principio de que todos eran compa?eros y que ello exig¨ªa huir de descalificaciones personales y ce?irse a un debate de ideas. Era esta una proclama destinada al incumplimiento desde el momento en que las posiciones b¨¢sicas de unos y de otros establec¨ªan una diferenciaci¨®n radical respecto de lo que estaba en juego. Efectivamente, al partir uno de ellos de que se trataba de elegir entre el partido aut¨®nomo y de izquierdas que ¨¦l defend¨ªa, o el de la Gestora y sus afines, subordinado a la derecha, la descalificaci¨®n y su r¨¦plica estaban servidas. Porque tal planteamiento no s¨®lo ofende a los dem¨¢s candidatos sino a la gran masa de afiliados que desde posiciones de izquierda consideran que la Gestora est¨¢ legitimada por el m¨¢s alto ¨®rgano de direcci¨®n entre Congresos y que su gesti¨®n est¨¢ demostr¨¢ndose correcta y beneficiosa para los ciudadanos.
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El origen del problema hay que buscarlo en la torpeza del ¡°no es no¡±, pese a la imposibilidad de articular una alternativa de gobierno desde la izquierda y cuando una tercera convocatoria de elecciones auguraba una mayor¨ªa m¨¢s amplia, si no absoluta, para la suma de diputados del Partido Popular y Ciudadanos. Lo lamentable es que se haya utilizado este lema hasta convertirlo en el bander¨ªn de enganche de una de las posiciones en liza, lo que ha contribuido a su radicalizaci¨®n y a abrir una sima entre unos y otros sectores del partido. El cambio al ¡°s¨ª es s¨ª¡± no modifica nada. En los t¨¦rminos en los que se han situado las cosas la confrontaci¨®n abierta resultaba inevitable. La impresi¨®n es que lo que realmente se dirime es si el PSOE mantendr¨¢ sus se?as de identidad o entrar¨¢ en una variante m¨¢s o menos acentuada de populismo.
No se necesita mucha perspicacia para ver el paralelismo entre el aprovechamiento que los promotores de Podemos hicieron de la indignaci¨®n popular por la conducta y la gesti¨®n de la crisis de los dos grandes partidos y el que en las primarias del PSOE haya quien ha buscado capitalizar la frustraci¨®n de los afiliados por la reiteraci¨®n de fracasos electorales, crisis de sus ¨®rganos de direcci¨®n y el espect¨¢culo del relevo en la Secretar¨ªa General. Lo anormal es que quien lo lideraba a lo largo de los ¨²ltimos fracasos y a quien le cabe la correspondiente cuota de responsabilidad en la divisi¨®n interna se postule ahora para remediarlo.
El intento de colocar a las bases frente a sus dirigentes es un remedo del ¡°pueblo contra la casta¡±, aireado a fondo tiempo atr¨¢s por Podemos
Ese mismo paralelismo nos muestra que el intento de colocar a las bases frente a sus dirigentes es un remedo del ¡°pueblo contra la casta¡±, aireado a fondo tiempo atr¨¢s por Podemos (el que ahora se cambie casta por ¡°trama¡± mantiene id¨¦ntica finalidad despectiva). Si a ello se le a?ade el prop¨®sito de que sean los afiliados quienes mediante refer¨¦ndums, consultas directas y voz determinante en las tareas del partido tengan la ¨²ltima palabra, quedan descalificadas las estructuras de cuadros y dirigentes intermedios, foment¨¢ndose de hecho el descr¨¦dito de la democracia representativa en favor de la directa y asamblearia. Los riesgos de manipulaci¨®n de toda democracia plebiscitaria est¨¢n a la vista. Una cosa es vigorizar la democracia interna y la participaci¨®n de los afiliados y otra muy distinta es demandar, aparentemente, el empoderamiento de ¨¦stos para, en el fondo, conseguir un mayor empoderamiento del l¨ªder.
En suma, estamos ante el dilema no s¨®lo de qui¨¦n va a dirigir el PSOE sino de que se desnaturalice en favor de una imitaci¨®n de Podemos. Y ya se sabe que este tipo de imitaciones siempre favorecen el original y no a la copia.
S¨®lo desde la conciencia de la seria encrucijada en que se encuentra el partido se explica que los dirigentes m¨¢s emblem¨¢ticos de su historia pr¨®xima se hayan volcado en el acto de presentaci¨®n de Susana Diaz, pese a las conocidas diferencias existentes entre ellos. Es como si hubieran tratado de dejar patente su coincidencia en que con esta candidata la naturaleza del PSOE estar¨ªa salvaguardada. Personalmente es de justicia a?adir que tambi¨¦n lo estar¨ªa con Patxi L¨®pez.
Sea como fuere, y confiando que se abra paso el buen sentido, lo que le aguarda a la direcci¨®n que surja del Congreso de junio ser¨¢ tratar de resta?ar heridas y enfrentar, cr¨ªticamente, una trayectoria que en los ¨²ltimos ocho a?os le ha hecho perder al PSOE la mitad de su electorado. Porque est¨¢ fuera de dudas que se han cometido errores de bulto. Pero una cosa es corregir errores y otra muy distinta convertir en irreconocible un partido con m¨¢s de cien a?os de historia.
Juli¨¢n Ariza Rico, militante del PSOE, fue miembro de su comit¨¦ federal
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