Un sustituto para Dijsselbloem

Unas penosas declaraciones del presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, dirigidas a los pa¨ªses del Sur de Europa (¡°no puedo gastarme todo mi dinero en licor y mujeres y a continuaci¨®n pedir ayuda¡±) han situado al pol¨ªtico holand¨¦s, miembro del Partido del Trabajo y ministro de Finanzas en el Gabinete de Mark Rutte, en la diana de todas las cr¨ªticas pol¨ªticas y como destinatario de una repulsa casi general. Grupos de parlamentarios piden su dimisi¨®n; por su parte, los Gobiernos de Espa?a y Portugal han protestado acerbamente. Tampoco le ha favorecido el apoyo ¡ªpod¨ªa hab¨¦rselo ahorrado¡ª del ministro alem¨¢n Wolfgang Sch?uble, quien con su brusquedad habitual explic¨® que en ¡°Alemania nadie se hab¨ªa sentido ofendido por las declaraciones del presidente del Eurogrupo¡±. Faltar¨ªa m¨¢s.

Ahora bien, el problema de hoy no es el castigo p¨²blico de Dijsselbloem por unas declaraciones que merecen ser respondidas con dureza ¡ªigual que las de Sch?uble¡ª sino la situaci¨®n delicada en la que coloca a una instituci¨®n en un momento delicado para la estabilidad europea, con un Brexit que se adivina a cara de perro, la grav¨ªsima cuesti¨®n de los refugiados en las puertas y una Administraci¨®n estadounidense hostil a la UE. Dijsselbloem tiene adem¨¢s un problema en ciernes: en breve cambiar¨¢ el Gobierno holand¨¦s y no se sabe si su partido formar¨¢ parte de ¨¦l. Lo m¨¢s probable es que no.

As¨ª pues, tiene cierta prioridad buscar un sustituto para Dijsselbloem. El propio Sch?uble ya habl¨® de ¨¦l en pasado (¡°ha sido un buen presidente del Eurogrupo¡±) y proclam¨® que los ministros europeos tratar¨¢n de su sucesor en pr¨®ximas reuniones. La idea ampliamente aceptada, por razones de equilibrio, es que sea un pol¨ªtico socialdem¨®crata, pr¨®ximo a las pol¨ªticas m¨¢s expansivas en inversi¨®n y lo m¨¢s alejado posible de las posiciones de prolongaci¨®n del ajuste para los pa¨ªses con d¨¦ficit y deuda que defienden Sch?uble y el Bundesbank.