Patricia Campos, romper barreras para cumplir sue?os
AVANZAR CONTRA corriente parece ser la consigna de Patricia Campos, la primera mujer que consigui¨® ser piloto de reactor en la Armada Espa?ola. Nacida en 1977, se crio en Onda, un pueblo del interior de Castell¨®n. Desde peque?a, prefer¨ªa jugar al f¨²tbol con los chicos que saltar a la comba. Su car¨¢cter luchador se forj¨® durante una infancia marcada por un padre con problemas de alcoholismo que pronto le hizo aprender el sentido de la palabra miedo.
Ella ten¨ªa claro su sue?o: quer¨ªa volar y quer¨ªa hacerlo en el ej¨¦rcito, en la Armada, ¡°porque la posibilidad de aterrizar en un barco me parec¨ªa fascinante¡±. Se licenci¨® en Comunicaci¨®n Audiovisual en Valencia, donde descubri¨® su homosexualidad, y en las oposiciones de ingreso para piloto consigui¨® ser la n¨²mero dos entre 200 aspirantes. ¡°Cuando llegu¨¦ a la escuela de oficiales pens¨¦ que lo duro ser¨ªan las pruebas f¨ªsicas y los estudios, pero no el hecho de ser mujer. El ej¨¦rcito tolera a mujeres militares en profesiones de mujeres ¨Cm¨¦dicos, enfermeras, psic¨®logas¨C, pero ?como piloto!¡±. Ella lo consigui¨®, aunque durante ocho a?os convivi¨® con comentarios machistas y la presi¨®n de sentir ¡°que, salvo valiosas excepciones, te ven y te tratan no como una profesional, sino como una mujer en un mundo de hombres¡±. Durante este tiempo, en los que silenci¨® celosamente su condici¨®n sexual, volvi¨® a encontrar refugio en el f¨²tbol y descarg¨® frustraciones y adrenalina en uno de los equipos de jugadoras americanas de la base de Rota.
¡°Hace unos meses me di de baja definitivamente en la Armada. Despu¨¦s de una excedencia, no me sent¨ªa c¨®moda para volver ni en mi condici¨®n de mujer ni en la de homosexual¡±, confiesa. En su decisi¨®n adem¨¢s tuvo que ver que en 2013 decidi¨® perseguir otro sue?o: ser entrenadora de f¨²tbol femenino. Actualmente trabaja en Estados Unidos, donde su equipo ¨Cel Honolulu Club¨C se proclam¨® en 2016 campe¨®n del Estado de Haw¨¢i. Un deporte que, en su faceta solidaria, utiliza en Uganda para ayudar a mujeres con sida y fomentar la igualdad. Fiel a su car¨¢cter, el pasado verano afront¨® un nuevo riesgo, desnudarse metaf¨®ricamente en Tierra, mar y aire, un libro con el que quiere ayudar dando su testimonio personal y decir ¡°que los deseos se cumplen si se lucha por ellos¡±. Patricia sigue volando, pero ahora solo lo hace para disfrutar desde las alturas.
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