Por qu¨¦ debes dejar de hacer las cosas por tus hijos
Fomentar la autonom¨ªa de los ni?os les entrena para tolerar el error y el fracaso
Los padres podemos y debemos fomentar la autonom¨ªa en nuestros hijos desde que son capaces de ir alcanzando retos evolutivos. Resulta obvio pensar que el reci¨¦n nacido no tiene autonom¨ªa salvo para respirar, ni siquiera controla sus propios movimientos. Es extremadamente vulnerable y dependiente. Poco a poco ir¨¢ madurando su cerebro y ser¨¢ capaz de ir manejando su cuerpo y su voluntad. La autonom¨ªa se expresa por dos caminos que confluyen: uno m¨¢s f¨ªsico, donde debemos permitir que el ni?o haga aquello que puede hacer o cree que puede hacer y otro m¨¢s psicol¨®gico que tiene que ver con desarrollar la independencia de criterio, la toma de decisiones y asumir sus consecuencias.
Cuando los padres permitimos que un ni?o haga algo que puede hacer, necesitamos trabajarnos la tolerancia al error, a la imperfecci¨®n y al fracaso. Tambi¨¦n a la paciencia. Muchas veces hacemos cosas por ellos porque las hacemos m¨¢s r¨¢pido y no les permitimos ensayar, practicar, experimentar y en definitiva poner a prueba sus herramientas. Priorizamos el resultado y no el aprendizaje que solo se produce durante el proceso
El d¨ªa a d¨ªa ofrece muchas oportunidades para favorecer que los ni?os habiliten estrategias y habilidades, que de otro modo, no aprender¨¢n.
En cuanto a favorecer la autonom¨ªa en el ¨¢mbito m¨¢s emocional y psicol¨®gico, tambi¨¦n debemos hacer un ejercicio de soltar un poco el control y permitir que el ni?o elija todo aquello que pueda elegir (y que suele ser m¨¢s de lo que creemos), y que tome decisiones.
Cuando un ni?o es capaz de hacer cosas por s¨ª mismo estamos fortaleciendo su autoestima, su percepci¨®n de competencia, reforzando una autoimagen de seguridad, ense?¨¢ndole a manejar la tolerancia a la frustraci¨®n, desarrollando la perseverancia, entre otras cosas.
Por otra parte, educar hijos implica sobre todo que sean capaces de devenir en adultos competentes y seguros sin nosotros. Educar es una tarea a largo plazo, donde nuestra labor fundamental es facilitar que nuestros hijos desarrollen herramientas por s¨ª mismos, porque eso es lo que les servir¨¢ para enfrentar la vida y para tomar decisiones encaminadas a la construcci¨®n de una existencia significativa y feliz.
En mi opini¨®n la sobreprotecci¨®n es perjudicial porque coarta la posibilidad de desarrollar estrategias de aprendizaje y les deja desprotegidos e ineptos para enfrentar los reveses vitales. Adem¨¢s, cuando llega la adolescencia, los padres perdemos influencia y autoridad y si no han desarrollado un criterio s¨®lido, ser¨¢n vulnerables a las exigencias del grupo de iguales. Y esta es una labor ¡°hormiga¡± que se hace d¨ªa a d¨ªa y desde el principio.
?Por qu¨¦ nos cuesta favorecer su autonom¨ªa?
En general, a los padres nos cuesta favorecer su autonom¨ªa por varias razones. Las m¨¢s b¨¢sicas tienen que ver con las exigencias de tiempo actuales: siempre vamos con prisa, con horarios muy exigentes para todo. Eso hace que muchas veces no podamos esperar a que hagan ellos las cosas. Nos impacientamos y lo hacemos nosotros.
Pero tambi¨¦n creo que hay otras m¨¢s profundas, como la necesidad de que sigan dependiendo de nosotros o la falta de confianza en que pueden hacerlo por s¨ª mismos. Tambi¨¦n nos cuesta tolerar el error y el fracaso. Es dif¨ªcil dejar fracasar a un hijo, aunque imprescindible.
Tenemos tambi¨¦n una gran necesidad de controlarlo todo, porque ello nos da seguridad y adem¨¢s estamos terriblemente condicionados a las presiones externas. Si yo dejo que mi hijo o hija elija lo que se quiere poner, me expongo a la cr¨ªtica externa. Nos han ense?ado que educar es igual a controlar y el juicio externo a¨²n nos pesa mucho.
Para tratar de contrarrestar esta tendencia hay que tener presente de forma muy consciente que los beneficios de favorecer autonom¨ªa en los ni?os, son esenciales en la formaci¨®n de una personalidad sana y s¨®lida. Que merece la pena invertir un poco de tiempo y de paciencia permitiendo que hagan los aprendizajes necesarios para su edad. Que la responsabilidad debe ser compartida as¨ª como respetado el criterio. Pero que no fuercen las cosas.
Tan negativo es dar a nuestros hijos responsabilidades cuando a¨²n no pueden asumirlas como no d¨¢rselas cuando a¨²n est¨¢n listos para ello y la ¨²nica forma de saberlo es probar puesto que cada ni?o evoluciona de forma diferente.
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