Palomo Linares no deja herencia que repartir

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Palomo Linares, su vida en im¨¢genes

¡°Palomo Linares carec¨ªa de patrimonio; a su muerte solo ten¨ªa a su nombre una modesta cuenta bancaria. Viv¨ªa en la finca El Palomar por deferencia de sus propietarios, los hermanos Lozano, y sus ingresos se limitaban a su trabajo como pintor y a sus colaboraciones en la televisi¨®n de Castilla la Mancha. Sus hijos no tendr¨¢n herencia que repartir¡±. As¨ª lo cuenta una persona del entorno del torero, que conoce bien los avatares de la familia y prefiere soslayar detalles ¨ªntimos que solo pertenecen a la privacidad de sus protagonistas.

Lo cierto, sin embargo, es que el cuento de hadas que se inici¨® a finales de los a?os sesenta cuando un vivaracho torero famoso conoci¨® en Palma de Mallorca a una bell¨ªsima adolescente colombiana, Marina Danko, nieta de un rico hacendado cafetero, ha degenerado en una triste pesadilla.

El torero ha fallecido, inesperadamente, cuando gozaba de una joven madurez ¡ªel jueves habr¨ªa cumplido los 70¡ª, disfrutaba con la pintura y parec¨ªa feliz junto a un nuevo amor, Concha Azuara, que ha sido su ¨¢ngel de la guarda en los ¨²ltimos cuatro a?os.

Pero detr¨¢s de la sonrisa siempre p¨ªcara de Palomo Linares hab¨ªa una dolorosa realidad. El matrimonio se separ¨® tras 34 a?os de convivencia, aquejado por graves problemas econ¨®micos. La ruptura afect¨® gravemente a la relaci¨®n con sus tres hijos, y Palomo y Marina ¡ªaficionada a las joyas, primero, y dise?adora de estas, despu¨¦s¡ª, una de las parejas m¨¢s glamurosas de este pa¨ªs, se convirtieron en enemigos irreconciliables.

El torero se ha ido alejado de sus hijos y del entorno de amigos de la familia. Ni siquiera ha podido asistir a la inauguraci¨®n de su ¨²ltima exposici¨®n de pintura, que abri¨® sus puertas el pasado d¨ªa 21, en Boadilla del Monte, ni ha vuelto a la plaza de Las Ventas para recibir el ¨²ltimo homenaje de la afici¨®n que un d¨ªa de 1972 se sinti¨® conmovida, emocionada y tambi¨¦n dividida por los m¨¢ximos trofeos que pase¨® en su arena el torero de Linares.

¡°He sido siempre radical y mal perdonador¡±, confes¨® el torero en mayo de 2015, cuando se descubri¨® en la plaza madrile?a un azulejo que recordaba el rabo que cortara en ese ruedo. Ya en aquel acto se mostr¨® como hab¨ªa sido siempre: un hombre de fuerte car¨¢cter y amor propio, avispado y rebelde, nada f¨¢cil, aparentemente, para los avatares de la convivencia. Algunos de sus amigos a?aden algo m¨¢s: fue un hombre generoso y manirroto tambi¨¦n; un mal gestor de su patrimonio, que no acert¨® en sus inversiones empresariales y recibi¨® con frecuencia los requerimientos de la Agencia Tributaria.

Solo as¨ª se puede entender que tuviera que vender su finca El Palomar a los hermanos Lozano (Pablo, Jos¨¦ Luis y Eduardo), sus apoderados desde que comenzara su andadura en los ruedos y verdaderos padres adoptivos del torero, que lo han considerado como de su propia familia hasta el d¨ªa de su muerte.

El Palomar, situada en el t¨¦rmino de la localidad toledana de Sese?a, de 72 hect¨¢reas y una vivienda de 1.335 metros cuadrados, la compr¨® Palomo en el a?o 1981, y fue adquirida en 1997 por Agr¨ªcola la Sagra, propiedad de Eduardo Lozano, para saldar una deuda con Hacienda que superaba los sesenta millones de pesetas de la ¨¦poca. Se ha publicado que la venta ascendi¨® a 211,4 millones de pesetas, y el acuerdo inclu¨ªa que Palomo y su familia pod¨ªan seguir viviendo en ella, como as¨ª ha ocurrido, lo que ofrece una muestra del ejemplar comportamiento de los Lozano con Palomo Linares.

Lo que no est¨¢ tan claro es c¨®mo pudo el matrimonio dilapidar la fortuna que el torero gan¨® honestamente en los ruedos. Sus allegados se limitan a decir que el matrimonio ¡°ten¨ªa un modo muy diferente de ver la vida¡±. La realidad es que parece que Palomo no contaba, siquiera, con liquidez para pagar la pensi¨®n compensatoria de 4.000 euros que deb¨ªa abonar mensualmente a su exesposa (el torero intent¨® rebajarla sin ¨¦xito cuando Marina Danko inici¨® una nueva relaci¨®n sentimental), y 1.000 euros a su hijo menor, cantidades ambas que han abonado los hermanos Lozano.

El torero lleg¨® a recibir requerimientos judiciales por impago de los gastos de comunidad de la vivienda donde viv¨ªan Marina Danko y su hijo Andr¨¦s, piso situado en la calle madrile?a de Diego de Le¨®n, y que est¨¢ a nombre de Explotaci¨®n Ganadera Hermanos Palomo SL, cuyo administrador ¨²nico es su hijo Miguel.

Palomo Linares se ha ido de repente y ha dejado tras de s¨ª una honrosa trayectoria taurina y una vida personal y familiar con luces y sombras. A fin de cuentas, no era m¨¢s que un ser humano.