Sri Lanka: ?Un nuevo pa¨ªs?
Impresiones del director de Amnist¨ªa Internacional en Espa?a, sobre su visita al pa¨ªs asi¨¢tico
He comprado varios peri¨®dicos cada d¨ªa y uno percibe, estando atento, que Sri Lanka es un pa¨ªs en construcci¨®n despu¨¦s de un conflicto armado que dej¨® en cunetas y zanjas, y cuevas y r¨ªos, entre 60.000 y 100.000 desaparecidos. Miles de j¨®venes cingaleses que, se sospechaba, estaban afiliados al partido izquierdista Janatha Vimukthi Peramuna (JVP), levantado en armas contra el Gobierno entre los a?os 1989 y 1990, fueron asesinados o desaparecidos por escuadrones de la muerte integrados en las fuerzas de seguridad gubernamentales. Mientras tanto se libraba un conflicto armado en el norte entre el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de los Tigres Tamiles y las autoridades centrales que dej¨® miles de desaparecidos tambi¨¦n entre los a?os 1983 y 2009.
Los diarios recogen declaraciones del presidente Maithripala Sirisena en las que intenta, por una parte, defender de toda acusaci¨®n penal a los que llama ¡°nuestros h¨¦roes militares¡± y, por otra parte, con reticencia, como forzado, afirma que su defensa no incluye a aquellos militares que cometieron actos de violencia sexual, as¨ª como ejecuciones sumarias o secuestros.
Amnist¨ªa Internacional tuvo, mientras yo estoy aqu¨ª, una reuni¨®n algo decepcionante con ¨¦l porque no avanz¨® ninguna medida concreta que pueda aliviar la situaci¨®n de miles y miles de familiares que buscan a sus seres queridos y desaparecidos. Me pregunto si este Estado es el ¨²nico del mundo d¨®nde los h¨¦roes de guerra no perpetran matanzas. Mientras tanto, yo o¨ª personalmente hablar orgullosamente de su pa¨ªs a Mangala Samaraweera, su Ministro de Asuntos Exteriores. Consulto mis notas. Un s¨ªntoma no menor de apertura es que hasta el a?o 2015, Amnist¨ªa Internacional no pudo entrar aqu¨ª; hoy, est¨¢ a punto de abrir una oficina regional en Colombo.
Tambi¨¦n es un hecho muy relevante que la primera reuni¨®n global de AI en Asia sea en este pa¨ªs y el propio Ministro nos dice que ¡°nadie ha puesto ning¨²n problema para que todos ustedes vengan y se re¨²nan a hablar con libertad¡±. Nos cuenta que este a?o someter¨¢n a refer¨¦ndum una nueva Constituci¨®n con su centro instalado en los derechos humanos. Me pregunto si la pena de muerte ser¨¢ abolida. Al entrar en el pa¨ªs, justo sobre la cabeza de los funcionarios de la aduana, un cartel avisa: ¡°El consumo y pertenencia de sustancias il¨ªcitas est¨¢ penalizado con la muerte¡±.
?Se puede llegar al futuro sobre las tumbas de miles de huesos no identificados sin que la verdad est¨¦ disponible para sus familiares y sin que se logre llevar a los responsables de tanta muerte ante un juez?
Inmediatamente despu¨¦s de mi salida por la puerta el Ministro de Asuntos Exteriores, un hombre mayor o envejecido de barba blanca aparece. Viene a hablarme de su amigo Prageeth Eknaligoda, periodista y dibujante de caricaturas que desapareci¨®, en enero del 2010, a manos de militares por investigar la corrupci¨®n en el Gobierno de entonces. Nos cuenta que la mujer del periodista no ha podido venir porque est¨¢ recibiendo un premio de derechos humanos en Estados Unidos. Esta mujer, Sandya Eknaligoda, ha testificado 90 veces ante los jueces por la desaparici¨®n de su esposo y, cuando lo hace, un grupo de personas no identificadas organizan una campa?a de intimidaci¨®n acus¨¢ndola de terrorista. La ¨²ltima vez, en 2016, una turba de monjes budistas asalt¨® el tribunal y fue amenazada de muerte.
?Se puede llegar al futuro sobre las tumbas de miles de huesos no identificados sin que la verdad est¨¦ disponible para sus familiares y sin que se logre llevar a los responsables de tanta muerte ante un juez? Claro que s¨ª, Espa?a muestra que es posible. Pero, si se hace de esta manera, ese futuro se hipotecar¨¢ a largo plazo. Cometer y persistir, hasta intentar el olvido, en actos indignos como ciudadanos, debilita nuestra pertenencia a una comunidad de seres humanos libres y orgullosos de serlo y puede afectar de manera decisiva a nuestra identidad como pueblo. Nada une m¨¢s a un pa¨ªs que haber logrado juntos objetivos comunes dif¨ªciles de conseguir sin dejar a nadie detr¨¢s. Me pregunto si Sri Lanka lograr¨¢ avanzar unido en estos momentos tan nuevos y tan esperanzadores.
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