El poder de las mareas
PARA la gente que se ha criado a orillas del Mediterr¨¢neo no deja de ser sorprendente ir a una playa atl¨¢ntica o de cualquier otro oc¨¦ano y tener que calcular a qu¨¦ distancia hay que dejar la toalla, puesto que la l¨ªnea de la costa se mueve en funci¨®n de las mareas y si se despista uno se queda sin la nevera con las bebidas. La atracci¨®n de la gravedad depende de la masa y de la distancia, lo que implica que, cuanto m¨¢s masa, m¨¢s se van a atraer dos cuerpos y, cuanta m¨¢s distancia, menos atracci¨®n. Las mareas son una consecuencia de la atracci¨®n gravitatoria entre la gran masa de agua de la Tierra, la Luna y el Sol. Dado que dependen de varios factores, no siempre alcanzan la misma intensidad, por eso hablamos de mareas vivas cuando la alineaci¨®n del Sol y la Luna provoca que haya una m¨¢xima atracci¨®n y as¨ª tenemos una pleamar ¨Ccuando el mar alcanza su nivel m¨¢s alto¨C o una bajamar m¨¢s exagerada.
Quiz¨¢ debamos a la luna y a las mareas la existencia de organismos vivos.
El hecho de que haya unas zonas que peri¨®dicamente est¨¢n cubiertas o descubiertas de agua ha favorecido que exista un ecosistema y la aparici¨®n de especies de organismos propias de las zonas intermareales. Pero esta influencia de las mareas en la vida va mucho m¨¢s lejos. Antes de que existiera la vida se pudieron formar mol¨¦culas precursoras del ADN, de las prote¨ªnas o de las membranas celulares que m¨¢s tarde pasaron a formar parte de los primitivos organismos vivos por reacciones qu¨ªmicas. El problema es que si estas reacciones se daban en el oc¨¦ano, las mol¨¦culas estar¨ªan muy diluidas y no podr¨ªan haber reaccionado entre ellas. Se ha especulado que en estas zonas intermareales pudieron darse unas condiciones espec¨ªficas que favorecieran la aparici¨®n de la vida. Por ejemplo, la existencia de balsas o charcos que se llenaban peri¨®dicamente gracias a las mareas vivas o al oleaje en la pleamar, y que luego se ve¨ªan sometidos a los efectos de la evaporaci¨®n. Esto permitir¨ªa que estas mol¨¦culas se concentraran, favoreciendo la formaci¨®n de otras m¨¢s complejas. As¨ª que la existencia de los organismos vivos quiz¨¢ se la debemos a la Luna y a las mareas que provoca.
Pero que las mareas sean una posible fuente de vida no es algo que se da solo en la Tierra. Para la existencia de vida es necesario que haya un medio l¨ªquido. El desplazamiento de grandes masas por la fuerza de la marea produce una fricci¨®n, que se disipa en forma de calor. En la Tierra este aporte de calor es irrelevante comparado con el que recibimos del Sol, pero en cambio en Europa, uno de los sat¨¦lites de J¨²piter, o en Enc¨¦lado, sat¨¦lite de Saturno, esta fuerza de marea es responsable de que existan oc¨¦anos de agua l¨ªquida debajo de la superficie helada. Esto hace que estos cuerpos celestes tengan unas condiciones en las que podr¨ªa producirse vida gracias al calor que reciben por las mareas.
Las mareas, igual que te dan la vida, te la pueden quitar. La realidad siempre supera a la ficci¨®n.
Por tanto, las mareas dan vida, pero tambi¨¦n la pueden quitar. En los c¨®mics existe un personaje llamado Galactus, n¨¦mesis de los 4 Fant¨¢sticos, que tiene la mala costumbre de tragarse planetas enteros. Realmente no se conoce ning¨²n organismo biol¨®gico capaz de hacer eso. Ni siquiera nosotros. Si hici¨¦ramos estallar todo el arsenal nuclear a la vez podr¨ªamos acabar con la vida, pero al planeta solo le har¨ªamos cosquillas y continuar¨ªa impasible con su ¨®rbita alrededor del Sol sin nosotros. No obstante, si nuestro planeta estuviera muy cerca del Sol o de alg¨²n otro cuerpo con mucha masa como un agujero negro, la atracci¨®n gravitatoria podr¨ªa crear una supermarea que no solo provocar¨ªa que el mar avanzara tierra adentro en una superpleamar, sino que arrastrar¨ªa toda la masa de la Tierra y provocar¨ªa su desintegraci¨®n y absorci¨®n por el cuerpo de mayor masa. En astronom¨ªa se llama l¨ªmite de Roche a la distancia m¨ªnima que puede soportar un objeto orbitando alrededor de otro m¨¢s grande antes de desin?tegrarse en una marea de dimensiones ¨¦picas que se traga todo lo que pilla. As¨ª, cuando el cometa Shoemaker Levy atraves¨® el l¨ªmite de Roche de J¨²piter se rompi¨® en pedazos. En el centro de nuestra galaxia, el agujero negro supermasivo de vez en cuando se engulle una estrella que tiene la osad¨ªa de cruzar ese mismo l¨ªmite. Las mareas, igual que te dan la vida, te la pueden quitar. La realidad siempre supera a la ficci¨®n y Galactus es un aprendiz al lado de un agujero negro dentro de su l¨ªmite de Roche.
Ni m¨¢s partos, ni hombres lobo
El Sol y la Luna influyen sobre los oc¨¦anos y provocan las mareas, pero a veces se ha querido ver un poder del sat¨¦lite terrestre donde no lo hay. Nuestra masa al lado de la de los oc¨¦anos es rid¨ªcula, por eso estamos pegados a la Tierra, que la tenemos muy cerca, y la Luna no nos influye gravitacionalmente. La Luna tampoco influye a las plantas a la hora de cosechar o sembrar. ?Tampoco hace crecer al pelo ni afecta a los partos (si fuera cierto los cumplea?os ser¨ªan cada 29 d¨ªas). ?Tampoco parece que influya en los ciclos menstruales, cuya duraci¨®n se parece a un ciclo lunar, pero no coincide y nunca se ha podido demostrar un nexo en la ?evoluci¨®n. Y tampoco provoca que alguien se convierta en lobo. El que es peludo y a¨²lla, igual lo hace con luna llena que con luna nueva.
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