La voz
Ya existe la m¨¢quina que puede convertir cualquier texto escrito en algo muy parecido a lo que sonar¨ªa si t¨² lo pronunciaras
Despu¨¦s de unos a?os de dictadura de la imagen, a?os en que las firmas tecnol¨®gicas no nos han vendido tanto un tel¨¦fono que hace fotos como una c¨¢mara que hace llamadas, y en que sitios como Instagram han hecho el agosto con el retratismo fren¨¦tico de medio mundo, ahora le llega el turno a la voz. La voz humana ya puede clonarse. No la voz humana gen¨¦rica, sino la tuya o la m¨ªa. De momento, eso necesita la colaboraci¨®n del usuario, que tiene que pronunciar unas 150 frases para que el sistema de clonaci¨®n obtenga la materia prima necesaria. Pero despu¨¦s la m¨¢quina puede convertir cualquier texto escrito en algo muy parecido a lo que sonar¨ªa si t¨² lo pronunciaras.
Las posibilidades de mercado son de momento algo candorosas. Los padres podr¨¢n clonar su voz en los juguetes de sus hijos, al menos cuando se vayan a trabajar o de viaje; un ciego podr¨¢ recibir sus mensajes de texto con la voz cl¨®nica de sus amigos, y el emergente (o reemergente) sector del audiolibro, donde el espa?ol brillar¨¢ junto al ingl¨¦s, se enriquecer¨¢ con las voces de actores maravillosos, aunque hayan desaparecido, como Laurence Olivier o Fernando Fern¨¢n G¨®mez. Pero es probable que las cosas se vuelvan pronto m¨¢s poderosas y complejas.
En Interestelar, la peli de espacial de Christopher Nolan, el robot de abordo hace un par de chistes demasiado agudos para el piloto, interpretado por Matthew McConaughey. ¡°?A cu¨¢nto tienes puesto el sentido del humor?¡±, le pregunta irritado. ¡°Al nueve¡±, responde el robot. ¡°Pues b¨¢jalo al siete¡±. Algo similar har¨¢ el a?o que viene la empresa de Tel Aviv VivoText, aunque no con el humor, sino con la entonaci¨®n de la voz humana. El McConaughey de turno podr¨¢ elegir la velocidad con que la m¨¢quina imita su voz, la entonaci¨®n y el ¨¦nfasis, la tonalidad jocosa o taciturna con que canta sus frases.
En otra pel¨ªcula del g¨¦nero, La llegada, de Denis Villeneuve, el Pent¨¢gono tiene que contratar a una ling¨¹ista, interpretada por Amy Adams, para que se entienda con los marcianos. La Adams del mundo real se llama George Papcun, y ha trabajado para el Laboratorio Nacional de Los ?lamos en Nuevo M¨¦xico ¡ªfamoso por la bomba at¨®mica¡ª en proyectos de reconocimiento y s¨ªntesis de voz. Papcun ve en la clonaci¨®n de voz una tecnolog¨ªa de enorme potencial para la desinformaci¨®n. Y sabe de lo que habla.
Mientras llega ese futuro negro, sin embargo, los amantes de Sinatra podemos so?ar con que alguien clone su voz. A ver si al fin le o¨ªmos cantar Satisfaction. En vida, Frank siempre prefiri¨® a los Beatles.
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