Bajar impuestos es la neurosis favorita del PP
Este es el pensamiento econ¨®mico dominante en Espa?a: los tibutos son un obst¨¢culo odioso, la redistribuci¨®n es un mito, los gastos sociales una r¨¦mora y el gasto p¨²blico un estorbo
Alberto Nadal, secretario de Estado de Presupuestos, expres¨® con reiteraci¨®n ¡ªen la Comisi¨®n de Presupuestos del Congreso y en el Foro Europa¡ª la neurosis favorita del PP: los impuestos est¨¢n para reducirse (y los ¨¢rboles, para talarse). Y si no se puede bajarlos, se preanuncia. Cuando pesa sobre el Gobierno espa?ol la obligaci¨®n de cumplir el d¨¦ficit, cuando existen muchas dudas sobre si en 2017 se conseguir¨¢ el objetivo del 3,1% del PIB, cuando se da un acuerdo un¨¢nime en que el presupuesto de ingresos est¨¢ inflado como suele, el secretario de Estado recurre al subterfugio del anuncio en plan flashforward: en cuanto se consolide la mejora de la econom¨ªa, el Gobierno est¨¢ dispuesto a ¡°tocar figuras impositivas con especial impacto en el crecimiento¡±.
No es un problema de Nadal; el PP carece de otro programa pol¨ªtico (o econ¨®mico) que no sea bajar impuestos porque sus dirigentes est¨¢n cosidos a la ret¨®rica cret¨¢cica de Ronald Reagan. Por cierto, como Trump. Para la arqueolog¨ªa neoliberal son un obst¨¢culo odioso al libre albedr¨ªo empresarial, la redistribuci¨®n es un mito, los gastos sociales una r¨¦mora y la inversi¨®n p¨²blica solo se justifica si proporciona negocios privados de trastienda. Esta es la pasta ideol¨®gica que domina el pensamiento (por decir algo) econ¨®mico al sur de los Pirineos. Lo acaba de remachar, con esa majeza que le caracteriza, el ministro Montoro: ¡°Hemos salido de la borrachera del gasto p¨²blico y algunos quieren irse de copas para celebrarlo¡±. Diga usted que s¨ª, don Crist¨®bal. El gasto p¨²blico es un estorbo y la funci¨®n del Estado es sobrevivir y callar.
Con el fin de situar la fiscalidad en un contexto racional, hay que recordar lo siguiente: a) la presi¨®n fiscal espa?ola estaba m¨¢s de cinco puntos de PIB por debajo de la media de la Uni¨®n Europea (28 pa¨ªses) en 2014; b) la presi¨®n fiscal de los impuestos directos (IRPF y Sociedades, sobre todo) estaba dos puntos y medio por debajo de la media y c) la presi¨®n fiscal de los impuestos indirectos se situaba dos puntos por debajo. En resumen, la menor presi¨®n fiscal en Espa?a costaba en 2014 casi 54.000 millones. Lo m¨¢s probable, ya se comprobar¨¢, es que en 2016 el diferencial se haya mantenido o aumentado. As¨ª que, se?ores del PP (Nadal en particular) y de Ciudadanos, ?en nombre de qu¨¦ racionalidad econ¨®mica se justifica la neurosis de bajar ¡ªo no subir¡ª impuestos?
Claro que hay una l¨®gica, tronada y supersticiosa, en los doctrinarios del PP y de la CEOE. Menos impuestos, sostienen los ep¨ªgonos de Reagan y Thatcher, implican una reducci¨®n del coste de eficiencia fiscal, estimulan la inversi¨®n privada y favorecen el crecimiento. Pues s¨ª, tambi¨¦n en la Edad Media se cre¨ªa que la conjunci¨®n de Marte, J¨²piter y Saturno produc¨ªa s¨ªfilis. El buen Ronald aplic¨® los conjuros lafferianos, se le hundi¨® la recaudaci¨®n y el d¨¦ficit subi¨® a la estratosfera.
¡°Tocar los impuestos significativos para el crecimiento¡±. Gran frase al modo quevediano de los hoyos, que cuanto m¨¢s grandes son menos tienen dentro. ?No ser¨¢ que el Gobierno prepara ya las pr¨®ximas elecciones?
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