?Es Felipe de Edimburgo el hombre m¨¢s elegante del mundo? Los expertos opinan
Para algunos es "la transgresi¨®n institucionalizada". Otros aseguran que "ha dedicado su vida fundamentalmente a vestir bien"
En su ¨²ltimo acto oficial antes de anunciarse su retiro, que ser¨¢ efectivo el pr¨®ximo mes de agosto, Felipe de Edimburgo (Corf¨², Grecia, 95 a?os) luc¨ªa, junto a su impecable traje, una corbata de gruesas rayas oblicuas, amarillas y naranjas. Dif¨ªcil de encajar para un miembro de otras casas reales m¨¢s tradicionales -en lo que a moda se refiere, claro est¨¢- del mapa europeo. Lo mismo sucede con esa otra salpicada de s¨ªmbolos orientales como el yin y el yang con la que posa, nada menos, que en una de las fotos oficiales -firmadas por Annie Leibovitz- realizadas por el 90 cumplea?os de la reina, en junio de 2016. Un toque de extravagancia, puramente brit¨¢nica, para uno de los hombres m¨¢s elegantes del mundo.
¡°Es la trasgresi¨®n institucionalizada, que es una cosa muy inglesa. Cuando se permite una extravagancia es porque conoce el c¨®digo perfectamente y sabe hasta d¨®nde puede llegar¡±, explica Carlos Primo, profesor de Historia de la Moda en IED Madrid. Y es que, como afirma Marc Gir¨®, editor de moda de Marie Claire, ¡°Felipe Mountbatten se ha dedicado, fundamentalmente, a vestir bien¡±.
Sobre eso, quedan pocas dudas. El duque de Edimburgo ya era un icono del estilo y la m¨¢s pura elegancia antes de casarse con Isabel, cuando ¨¦l a¨²n era pr¨ªncipe Felipe de Grecia y Dinamarca -t¨ªtulo al que renunciar¨ªa al ejercer de consorte de la reina- y ella solo era la princesa Isabel Alejandra Mar¨ªa Windsor.
Su gusto por los deportes y su fama con las mujeres eran casi tan conocidos como su certero gusto y su conocimiento de la sastrer¨ªa brit¨¢nica. ¡°Representaba muy bien el esp¨ªritu de hedonismo de la primera mitad del siglo XX¡±, asegura Primo. Y, sin embargo, tras su boda en 1953 con Isabel, supo amoldarse a su nuevo papel, a la sombra de su mujer, en un momento de enorme relevancia hist¨®rica, tras la Segunda Guerra Mundial.
Perfecta exquisitez brit¨¢nica
¡°El pr¨ªncipe de Edimburgo hered¨®, sin quererlo, el sitio hist¨®rico en la moda que hab¨ªa creado el Duque de Windsor¡±, explica Boris Izaguirre, que se?ala su capacidad para ¡°llevar el vestuario masculino a un apogeo que, sin descanso, celebraba el estilo brit¨¢nico¡±. Algo con lo que se muestra de acuerdo el dise?ador Alejandro Garc¨ªa Palomo, de Palomo Spain, que resalta su exquisitez. ¡°Adem¨¢s, hace bandera de su t¨ªtulo con esa actitud atrevida, ligeramente mordaz que le ha caracterizado siempre¡±, concluye. Ese estilo, tambien tiene presencia en los materiales que elige: "La calidad textil, 100% brit¨¢nica, de todos sus atuendos es la mejor", se?ala la periodista especializada en moda Silvia Alexandrowitch. Lo dicen hasta sus compatriotas: ¡°Siempre lo hace bien, pero de una manera cl¨¢sica y sobria con un generoso gui?o a su herencia¡±, afirma Paula O`Connor, directora de moda de S Magazine. Y es que, aunque el duque de Edimburgo es griego de nacimiento, ten¨ªa siete a?os cuando su familia se traslad¨® a Reino Unido y ¨¦l solicit¨® la nacionalidad brit¨¢nica.
Pincha en la imagen para ver las diferentes formas de vestir del duque de Edimburgo
Medido estilo militar
A pesar de que tuvo que dejar de lado su carrera militar cuando muri¨® su suegro y su esposa subi¨® al trono, su formaci¨®n marcial siempre le ha acompa?ado, no solo cuando viste uniforme, sino tambi¨¦n en la elecci¨®n del resto de su guardarropa. ¡°Este se?or viste bien porque ha sido militar y los militares saben vestirse bien gracias a unas normativas estrictas que aprenden en las academias repartidas por el planeta¡±, explica ir¨®nico Marc Gir¨®, que no duda en sentenciar: ¡°Nada hay m¨¢s f¨¢cil que vestir bien siendo militar¡±.
Atractiva percha
De lo que no hay duda es de que, adem¨¢s de su estudiada elegancia, el pr¨ªncipe Felipe cuenta con otra ventaja, puramente gen¨¦tica. Su porte y su altura -mide 1,83 metros- facilitan que el traje elegido le siente mucho mejor. ¡°Tiene un buen f¨ªsico, es un figur¨ªn, todo le sienta bien y eso favorece mucho a su impacto¡±, resume Nono V¨¢zquez, estilista de ICON. No en vano, Josie, director del master de Estilismo del IED, recuerda la leyenda de que ¡°cuando Cecil Beaton se encarg¨® de inmortalizar la coronaci¨®n de Isabel II en 1953, se inspir¨® para reflejar al impresionante Duque en unos retratos propios que en 1931 hizo a Gary Cooper porque as¨ª lo ve¨ªa ¨¦l, tan apuesto como el mito de belleza masculina hollywoodiense¡±.
La hombr¨ªa de ser el acompa?ante
Pero no solo era una cuesti¨®n de altura. Para Boris Izaguirre, adem¨¢s de su estatura, ¡°le ayud¨® mucho ese don adquirido de saber ser el hombre que siempre camina dos pasos por detr¨¢s de su esposa¡±. ¡°Es destacable esa nobleza, esa hombr¨ªa y esa simpleza con la que acepta ese papel de acompa?ante en un mundo tan machista¡±, se?ala Nono V¨¢zquez. ?l ha sabido adecuarse, tambi¨¦n a nivel de estilo, moderando en cierta manera su c¨®digo para no hacer sombra a la reina, ¡°siempre elegant¨ªsimo, pero ya con muchas menos estridencias y atrevimiento¡±, destaca Carlos Primo.
El oficio de vestir bien
Felipe Mountbatten se ha dedicado, fundamentalmente, a vestir bien. Casi dir¨ªa que es lo ¨²nico que ha hecho realmente bien. Lo ¨²nico que ha hecho. Y me parece muy meritorio dedicar toda tu vida a esa noble actividad. De no ser tan perezoso me hubiera encantado dedicar mi existencia a vestir bien, o incluso muy bien, como ¨¦l.
Claro que lo ha hecho en un momento hist¨®rico y ocupando una posici¨®n donde lo de ¡°vestir bien¡± se llevaba, que ya no. Ahora vistes bien y nadie te dice ni media, nadie valora el esfuerzo; de hecho, los dise?adores nos animan a que vistamos tirando a mal, eso es as¨ª. Ahora sales de tu casa hecho unos zorros y tu madre te aplaude. Las madres han perdido el norte. Ya ninguna te dice: ¡°?No tendr¨¢s valor de salir a la calle con esas pintas?¡±. Ya nadie se escandaliza por nada. Por eso gana Trump, por eso est¨¢ Le Pen a un tris de ganar, por eso Rajoy sigue ganando en Espa?a.
Pero lo del pr¨ªncipe de Edimburgo, desde el punto de vista de los miembros de la clase media depauperada, no te digo ya desde el punto de vista de un militante de Podemos, no tiene m¨¦rito alguno, por varias razones.
La primera porque es un griego tirando a cl¨¢sico, su estructura ¨®sea es praxiteliana y eso, quieras o no, siempre ayuda. Ahora dir¨ªamos que tiene talla de muestrario.
En segundo lugar, este se?or viste bien porque ha sido militar y los militares saben vestirse bien gracias a unas normativas estrictas que aprenden en las academias militares repartidas por el planeta. Dir¨ªa que tienen incluso unos cuadernillos ilustrados con toda la normativa apuntada, por si tuvieran alguna duda. Son muy pr¨¢cticos en todo los militares. As¨ª pues, si eres de Tierra, te vistes de Tierra, si de Aire, Aire, y si eres de la Marina, pues de la Marina. Y luego est¨¢ lo de las medallas que te vas colocando seg¨²n vayas progresando adecuadamente en tu carrera militar, una al lado de la otra. Nada hay m¨¢s f¨¢cil que vestir bien siendo militar.
En tercer lugar, hay que tener en cuenta que, ya de civil, se ha vestido bien porque siempre ha tenido una vida muy ordenada, una agenda muy concreta y eso, a la larga, te obliga a vestirte siguiendo una f¨®rmula. El truco del estilo est¨¢ en dar con una buena f¨®rmula y no traicionarla jam¨¢s con nada que tenga que ver con ese fen¨®meno al que llamamos moda. Es tambi¨¦n muy f¨¢cil: si tienes que remar, te cubres con un canotier; si tienes que jugar al polo, con un casco de polo; si tienes que inaugurar unos juegos escoceses de esos en los que levantan troncos, falda escocesa; si vas a la ¨®pera, esmoquin; si vas de picnic, tweed; a un entierro se va con corbata negra, a una boda con chaqu¨¦ gris; si vas en land¨®, te cubres las piernas con una manta de lana; si atiendes un oficio religioso en Sandrinham, sacas el loden¡ No hay p¨¦rdida.
Pero, y ah¨ª va la cuarta raz¨®n por la cual en el caso de Felipe de Edimburgo vestir bien no es ning¨²n m¨¦rito, si en alg¨²n momento se despistara, que nos puede pasar a todos, y dudara qu¨¦ chaleco ponerse el tercer d¨ªa de Ascot, siempre aparecer¨ªa de la nada palaciega un ayuda de c¨¢mara, lacayo, mayordomo, sastre, auxiliar de cabina, mozo de cuadra, asistente de campa?a, incluso alg¨²n amigo, que podr¨ªa asistirle: ¡°Se?or, hoy toca el gris asfalto, s¨ª, el cruzado¡±.
Marc Gir¨® es editor de moda de Marie Claire
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