Primarias para qu¨¦
Ni se elige entre militantes y 'aparato' ni se decide entre izquierda o derecha
Concluido el recuento de avales, se confirma que Susana D¨ªaz, Pedro S¨¢nchez y Patxi L¨®pez disputar¨¢n la Secretar¨ªa General del PSOE el 21 de mayo. Dado que los dos primeros han superado holgadamente la cifra de avales necesaria (la primera con una ventaja de 6.273 avales sobre el segundo, y ambos a mucha distancia del tercero), es factible suponer que solo los dos primeros cuentan con posibilidades de ganar las primarias.
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La elevada movilizaci¨®n de los militantes da fe de la importancia de esta elecci¨®n. Se trata, en efecto, de un asunto crucial para el PSOE en un momento cr¨ªtico tanto desde el punto de vista nacional como internacional. En toda Europa, los socialdem¨®cratas viven sumidos en una profunda crisis de identidad. No solo han perdido la confianza del electorado, sino que bordean la irrelevancia o, en algunos casos, la desaparici¨®n. En el proceso de recomposici¨®n, algunos de esos partidos, como el laborista brit¨¢nico o el socialista franc¨¦s, han recurrido a golpes de tim¨®n tanto en las ideas como en los l¨ªderes, con resultados desastrosos, como prueban los casos de Jeremy Corbyn en el Reino Unido o Beno?t Hamon en Francia, que han logrado invalidar a sus respectivos partidos como alternativas de gobierno.
En Espa?a, los peligros y tentaciones que acechan de forma inmediata al PSOE son algo distintos de los que vemos a nuestro alrededor. Dos destacan particularmente. El primero es el intento de ¡ªimitando las tendencias populistas que nos rodean¡ª convertir las primarias en una pugna entre el establishment, aqu¨ª representado por el aparato, y el pueblo llano, aqu¨ª representado por la militancia. Sin embargo, las cifras de avales logrados por los dos candidatos principales hacen de todo punto imposible plantear las primarias en esa clave antag¨®nica. Tan militantes son unos como otros. Y tan militantes son aquellos que no tienen cargos en el partido como quienes asumen puestos de representaci¨®n para los que han sido leg¨ªtimamente elegidos. Negar esto es tanto como negar la democracia representativa.
El segundo peligro es el intento de polarizar la confrontaci¨®n en torno a un eje ideol¨®gico y moral, es decir, contraponiendo una opci¨®n virtuosa y sana, expresada en un giro hacia una supuesta izquierda aut¨¦ntica y pura, frente a una opci¨®n viciada e inmoral que, en el nombre del compromiso, se entrega a la derecha. Esto, adem¨¢s de un peligro, es una clara distorsi¨®n de la realidad y, sobre todo, un aut¨¦ntico sinsentido. Ni quienes impulsan ese planteamiento tienen credenciales que avalen su presunto izquierdismo ni se puede descalificar de forma tan burda a cualquiera que ofrezca otras soluciones pol¨ªticas.
Frente a estos peligros es necesario recordar que la funci¨®n de las primarias de una organizaci¨®n es elegir a aquellos equipos mejor capacitados para llevar al partido a la victoria en las urnas, y de ah¨ª, al Gobierno. Nada puede haber m¨¢s da?ino para el PSOE que unas primarias dilucidadas en torno a falsos t¨®picos y categor¨ªas morales. Las dos semanas que restan deber¨ªan por tanto servir para hacer visible ante la militancia del PSOE, y ante la sociedad, la determinaci¨®n de los socialistas para construir una alternativa de gobierno al PP de Mariano Rajoy.
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