Respuestas urgentes

El masivo ataque inform¨¢tico lanzado ayer de manera aparentemente coordinada en numerosos pa¨ªses, entre ellos Espa?a, confirma la predicci¨®n del exdirector nacional de Inteligencia de Estados Unidos James Clapper, quien hace ya un a?o advert¨ªa que los ataques cibern¨¦ticos suponen una amenaza incluso mayor que el terrorismo.

El cibercrimen ha adoptado diferentes y eficaces estrategias para robar los archivos de usuarios, empresas o Gobiernos y pedir rescates para recuperarlos, tal y como sucedi¨® ayer en las miles de agresiones inform¨¢ticas contra los sistemas de grandes compa?¨ªas e instituciones en todo el mundo. Bajo la amenaza de ¡°paga o destruimos tus datos¡±, este formato delictivo ha encontrado un caldo de cultivo extraordinario en la sociedad de la comunicaci¨®n y la informaci¨®n, que ha revelado as¨ª su extrema vulnerabilidad. Los ¨²ltimos ataques fueron directos al sistema de salud brit¨¢nico y a numerosos hospitales de Reino Unido y EE?UU, que vieron afectado su funcionamiento tras el colapso en sus ordenadores para cuya liberaci¨®n se solicitaba el pago de un rescate en bitcoin, la irregular y virtual moneda que existe solo en la Red y cuyas transacciones no dejan rastro. En Portugal y Espa?a la ofensiva alcanz¨® a la banca y las telecomunicaciones.

Ante esta escalada de delitos cibern¨¦ticos se hace necesaria una estrategia urgente y de alcance global para proteger a empresas, usuarios e infraestructuras de los programas maliciosos que infectan los ordenadores y roban los datos, y cuya efectividad se est¨¢ demostrando cada vez m¨¢s letal. Se trata de un fen¨®meno que trasciende fronteras y amenaza con distorsionar peligrosamente las relaciones internacionales. La sede central de Telef¨®nica en Madrid fue atacada, probablemente desde China, con un virus malicioso que provocaba la detenci¨®n de los ordenadores e inutilizaba los equipos.

El mapamundi de la pirater¨ªa digital es escalofriante y no vale pensar que es un problema ajeno. La empresa de ciberseguridad Kaspersky Lab calcula que algunas regiones del planeta son v¨ªctimas de 12 ataques por segundo. Estas invasiones, en forma de virus o de programas troyanos, pueden robar c¨®digos de acceso a cuentas bancarias o alterar los sistemas de cajeros autom¨¢ticos. Es decir, afectan de manera significativa a la vida cotidiana de los ciudadanos y al normal funcionamiento de la econom¨ªa de los Estados.

De poco sirve que las grandes corporaciones se esfuercen a cada instante en proteger sus instalaciones tecnol¨®gicas si, como se est¨¢ observando, los ciberdelincuentes comienzan a explorar otros territorios. La inminente expansi¨®n del Internet de las cosas, con la conexi¨®n masiva de electrodom¨¦sticos a la Red, puede multiplicar la efectividad de la amenaza.

Queda una posibilidad a¨²n peor en t¨¦rminos de seguridad internacional. Y es que el origen del ataque sea terrorista o haya sido orquestado desde alg¨²n Estado. Urge, por tanto, buscar soluciones inmediatas.