Pol¨ªticos embrutecidos por la corrupci¨®n
Tras el descenso a los infiernos, la mayor¨ªa se encuentran m¨¢s c¨®modos en el lenguaje zafio y machista de su enfangado entorno

Ante la clamorosa evidencia de que algunos pol¨ªticos se han dedicado a robar a sus administrados cabe preguntarse cu¨¢ndo empezaron a torcerse. ?Entraron en pol¨ªtica para ganar dinero f¨¢cil o, por el contrario, una vez que accedieron al poder comprendieron que negarse a ciertas componendas era de est¨²pidos?
Eduardo Zaplana, exministro de Aznar, nunca dijo dedicarse a la pol¨ªtica para forrarse, pero s¨ª demostr¨® desde muy joven su preocupaci¨®n por el dinero: ¡°Estoy arruinado. (¡). Me lo gasto todo en pol¨ªtica¡±. Cabe preguntarse cu¨¢ndo algunos pol¨ªticos aceptaron una invitaci¨®n en un restaurante de alto post¨ªn de parte de un empresario con intereses en el departamento que administraban. Y c¨®mo y cu¨¢ndo dieron varios pasos adelante entreg¨¢ndose, por ejemplo, a una de las org¨ªas de ?lvaro P¨¦rez, el bigotes,organizadas para ablandar voluntades. Eran fiestas a las que P¨¦rez llevaba, seg¨²n propias palabras, ¡°chicas espa?olas, entre 25 y 30 a?os (...) que, sobre todo, follen como ¨¢ngeles¡±.
A falta de datos para reconstruir ciertas biograf¨ªas, es f¨¢cil imaginar c¨®mo esos pol¨ªticos han ido descendiendo a los infiernos, olvid¨¢ndose de sus ideales, si los tuvieron, para colmar sus crecientes ambiciones de lujo y poder. Lo que no hace falta imaginar es c¨®mo han terminado. La justicia ha levantado algunos velos y en ese inframundo de alcantarilla algunos han adoptado los modales del mat¨®n de barrio. ¡°Socialista, me vas a encontrar¡±, le dijo el extesorero del PP Luis B¨¢rcenas al letrado de la acusaci¨®n popular levantando el dedo ¨ªndice.
El exdirector de la Guardia Civil Luis Rold¨¢n acud¨ªa a actos p¨²blicos con un abrigo de piel de camello valorado en unos mil euros, lo mismo que cuestan los relojes que luc¨ªa el expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio Gonz¨¢lez. En ese descenso a los infiernos hay una p¨¦rdida del sentido de la realidad, pero tambi¨¦n un embrutecimiento sin l¨ªmites. Pol¨ªticos como Gonz¨¢lez parecen hoy incapaces de hilvanar una frase completa y se encuentran c¨®modos en el lenguaje zafio y machista de su enfangado entorno, ese en el que una jefa de gabinete es una ¡°zorra¡± y una presidenta de comunidad, una ¡°gilipollas¡±.
¡°He tenido que pagar determinadas gestiones. ?Estoy hasta los huevos! Creo que ya he terminado¡ He pagao 50.000 euros de mis cuentas¡±, le dice Gonz¨¢lez a su hermano en una charla telef¨®nica interceptada por la Guardia Civil. ¡°No, eso no es¡ cre¨ªble¡±, le contesta su hermano. ¡°?Ya, macho, pero como este pa¨ªs es una puta mierda¡!¡±, le replica el pol¨ªtico.
Ignacio Gonz¨¢lez es licenciado en Derecho y con 36 a?os fue subsecretario de Educaci¨®n. Escuchando sus conversaciones, una se pregunta d¨®nde qued¨® todo eso. ¡°?No podemos montarnos alguna historia para canalizar alg¨²n tipo de operaci¨®n (...) joer, eh, a ver, poco a poco¡?¡±, le comenta a Zaplana. ¡°Hay que montar algo, macho, una empresa o algo¡¡±, le insiste a su hermano.
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