Basta de asesinatos de activistas medioambientales
Cientos de defensores de la naturaleza son asesinados sistem¨¢ticamente en Am¨¦rica Latina
En marzo de 2016, viaj¨¦ a M¨¦xico para recibir el Premio Mayahuel de Derechos Humanos y Defensa del Medio Ambiente, otorgado durante el Festival Internacional de Cine de Guadalajara. Durante mi estad¨ªa me enter¨¦ de que Berta C¨¢ceres, defensora ambientalista y l¨ªder del grupo de derechos ind¨ªgenas del Consejo C¨ªvico de Organizaciones Populares e Ind¨ªgenas de Honduras (COPINH), hab¨ªa sido brutalmente asesinada.
Cuando acept¨¦ el Premio Mayahuel, el 12 de marzo, se lo dediqu¨¦ a Berta C¨¢ceres y a quienes luchan por los pueblos y la preservaci¨®n de la tierra, a aquellas personas que luchan contra la devastaci¨®n medioambiental que causan las megaindustrias extractivas en Am¨¦rica Latina y alrededor del mundo.
La vida de Berta era un s¨ªmbolo de valor inquebrantable y de compromiso con la defensa de los derechos humanos y la protecci¨®n del medio ambiente. Su muerte forma parte de una epidemia de asesinatos inadmisibles de defensores ambientalistas en Am¨¦rica Latina. En el a?o 2015 fue galardonada con el Premio Medioambiental Goldman conocido como el Nobel Verde ¡ªun prestigioso premio que reconoce a activistas comunitarios del medio ambiente de todo el mundo¡ª.
Otros art¨ªculos de la autora
A lo largo de los a?os previos a su asesinato, Berta C¨¢ceres recibi¨® numerosas amenazas de muerte y sobrevivi¨® a varios intentos de secuestro debido a su trabajo en defensa del territorio ind¨ªgena Lenca y en contra del proyecto de construcci¨®n de la represa Agua Zarc en R¨ªo Blanco. Las amenazas hab¨ªan aumentado desde que la construcci¨®n de la represa fuera reanudada. Berta C¨¢ceres recibi¨® 33 amenazas de muerte durante las tres semanas que precedieron a su homicidio. El activista mexicano Gustavo Castro Soto, que estaba con Berta la noche del asesinato, tambi¨¦n result¨® herido durante el ataque. En declaraciones a Amnist¨ªa Internacional dijo: ¡°Era evidente que la iban a matar".
Las investigaciones sobre el asesinato de Berta C¨¢ceres han dado resultados inquietantes. Una investigaci¨®n independiente realizada por The Guardian revel¨® que fue un ¡°asesinato extrajudicial planificado por especialistas de inteligencia militar vinculados a las fuerzas especiales del pa¨ªs, entrenadas por Estados Unidos¡±. El a?o pasado, The Guardian inform¨® de que un exsoldado hondure?o hab¨ªa dicho que hab¨ªa visto el nombre de C¨¢ceres en una lista negra que hab¨ªa sido entregada a las unidades entrenadas por Estados Unidos. Ocho hombres han sido arrestados en relaci¨®n con el asesinato, entre ellos uno que a¨²n sigue en las fuerzas y dos oficiales militares retirados. El sargento primero Rodrigo Cruz, un exsoldado, declar¨® que dos unidades de ¨¦lite hab¨ªan recibido las listas con los nombres y fotograf¨ªas de los activistas. Recibieron ¨®rdenes para eliminar a cada objetivo. El comandante de la unidad de Cruz desert¨® en vez de acatar la orden. Luego al resto de la unidad le dieron permiso para ausentarse. El asesinato de Berta C¨¢ceres provoc¨® un clamor mundial y aument¨® la presi¨®n de la comunidad internacional para que Estados Unidos retire su apoyo militar en Honduras. Hasta ahora, sin ning¨²n resultado.
En 2015, en el que fue el peor a?o, fueron eliminados 185 medioambientalistas
La ejecuci¨®n de Berta fue una tragedia, una gran p¨¦rdida para sus seres queridos, un golpe para la protecci¨®n medioambiental en Honduras y un crimen horrible por el cual no se ha hecho justicia. Pero no es un crimen aislado. El sistem¨¢tico asesinato de defensores del medio ambiente es un infame ataque a los derechos humanos.
Tan solo en enero y febrero de 2017, la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) fue informada del asesinato de 14 defensores de derechos humanos: siete en Colombia, dos en Guatemala, dos en M¨¦xico y tres en Nicaragua. Solo durante 2016, 281 activistas alrededor del mundo fueron asesinados por defender sus causas. La mitad de estos activistas proteg¨ªa su tierra, defend¨ªa sus derechos ind¨ªgenas o sus derechos ambientalistas. En 2015 otros 185 defensores del medio ambiente fueron asesinados, en lo que fue el peor a?o; un total de v¨ªctimas mortales m¨¢s del doble de los periodistas asesinados en el mundo seg¨²n el Global Witness and the World Resources Institute.
Brasil es el pa¨ªs m¨¢s peligroso para los activistas del medio ambiente ¡ªdurante el a?o 2015, cincuenta fueron asesinados¡ª. Las Filipinas consiguieron el dudoso honor de obtener el segundo lugar con una cifra de 33 activistas asesinados, y Colombia el tercer lugar con 26.
Es momento de exigir que la matanza de defensores del medio ambiente cese. Los Gobiernos deben actuar, deben implementar sistemas de protecci¨®n exigibles por ley y deben llevar a los culpables ante la justicia. Desafortunadamente, en algunos casos los Gobiernos son c¨®mplices de las hidroel¨¦ctricas, de las mineras, de las petroleras, de las industrias del gas y de otras corporaciones. En algunos pa¨ªses, los asesinatos de defensores ambientalistas son perpetrados con total impunidad.
Los gobiernos deben implementar sistemas de protecci¨®n exigibles por ley y hacer justicia
Los perpetradores seguir¨¢n en libertad a no ser que los Gobiernos y la comunidad internacional act¨²en. A medida que los recursos naturales van escaseando y la presi¨®n por disponer de ellos aumenta debido al incremento de la poblaci¨®n, las disputas sobre los derechos de la tierra se van intensificando, sobre todo con respecto a la exploraci¨®n petrol¨ªfera, las hidroel¨¦ctricas, la explotaci¨®n minera y agropecuaria, y la tala. Las comunidades y los pueblos ind¨ªgenas son los que m¨¢s sufren. Dada la falta de mecanismos legales vinculantes para protegerles internacionalmente, la responsabilidad debe ser asumida por cada pa¨ªs de manera individual.
Los Gobiernos deber¨ªan explicar con detalle c¨®mo intentan proteger a los defensores del medio ambiente y al territorio nacional, abordar la ra¨ªz de la violencia a la que se enfrentan y garantizar que las comunidades locales puedan participar en el proceso de toma de decisiones que ata?en el uso de sus tierras y sus recursos naturales; tal como la ley internacional dicta que deber¨ªan hacerlo.
Los Gobiernos y las instituciones financieras internacionales deben hacer que su ayuda e inversi¨®n est¨¦n sujetas a la condici¨®n de responsabilidad: la implementaci¨®n de medidas para salvaguardar los derechos humanos, que incluya la protecci¨®n del medio ambiente, el derecho a la libertad de expresi¨®n y asociaci¨®n. Las compa?¨ªas no deber¨ªan emprender proyectos en pa¨ªses donde estas medidas b¨¢sicas de protecci¨®n no han sido acordadas. Si no cumplen con sus compromisos, deber¨ªan ser sancionadas en sus propios pa¨ªses y en el mercado. La epidemia de violencia contra los defensores ambientalistas debe ser abordada en suelo nacional, adem¨¢s de en el extranjero.
Insto a los l¨ªderes mundiales a prestar atenci¨®n a las palabras de Berta C¨¢ceres: ¡°La madre tierra ¡ªmilitarizada, cercada, envenenada¡ª nos exige actuar¡±.
Bianca Jagger es presidenta y directora de la Bianca Jagger Human Rights Foundation; embajadora de buena voluntad del Consejo de Europa y miembro del Consejo de Directores Ejecutivos de Amnesty International USA.
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