Escuadrones de ¡®hackers¡¯ contra los ciberataques

Los ciberdelincuentes han dado muestra de su poder para perturbar el normal funcionamiento de todo el planeta. A algunos parece haberles pillado por sorpresa, pero Barack Obama ya advirti¨® en 2009 del peligro que se avecinaba: ¡°En el mundo actual los actos terroristas no solo los pueden llevar a cabo unos cuantos extremistas con chalecos bomba; tambi¨¦n es posible perpetrarlos desde las teclas de un ordenador¡±. En la era anal¨®gica, para cometer atracos se utilizaban recortadas y medias de licra en la cabeza. Ahora los instrumentos han cambiado, pero la metodolog¨ªa es la misma: se secuestra algo valioso (los datos), se amenaza con destruirlo y se solicita un rescate. No en billetes peque?os y sin marcar sino en bitcoins,esa moneda digital imposible de rastrear.

El ¨²ltimo gran golpe virtual es el secuestro de una pel¨ªcula de la factor¨ªa Disney. El gigante de la industria cinematogr¨¢fica y de animaci¨®n ha reconocido el robo de una cinta (nuevas entregas de Piratas del Caribe y Cars est¨¢n a punto de estrenarse) y la consiguiente extorsi¨®n. Piden dinero (una ingente cantidad, seg¨²n Disney, que no ha revelado el montante) a cambio de no difundirla, a pedacitos, en Internet. No ser¨ªa la primera vez que se produce un sabotaje de este calibre. Netflix fue v¨ªctima de un chantaje similar a cuenta de la serie Orange is the New Black. La compa?¨ªa se neg¨® a pagar y r¨¢pidamente los episodios a¨²n sin estrenar aparecieron disponibles en Pirate Bay.

El espionaje ya no necesita de romances ni disfraces. La guerra moderna se libra en el ciberespacio y el arma m¨¢s destructiva es el software. El virus contaminado WannaCry, que estos d¨ªas tiene atemorizado a medio mundo, ha demostrado que es capaz de distorsionar los sistemas inform¨¢ticos de los hospitales brit¨¢nicos, sembrar la alarma en la red ferroviaria alemana, poner en alerta a la principal empresa de telecomunicaciones espa?ola o alterar el funcionamiento de las universidades chinas.

Romper las barreras de seguridad es un reto para los cibercriminales. La Agencia Nacional de Seguridad calcula que cada d¨ªa se producen unos seis millones de intentonas para colarse en el sistema del Pent¨¢gono. Para hacer frente a los virus malignos, servicios de inteligencia y ej¨¦rcitos de todo el mundo est¨¢n creando unidades de hackers, una especie de quintacolumnistas de la web entrenados para neutralizar programas maliciosos. Son inform¨¢ticos con el talento suficiente como para infiltrarse en redes y sistemas complejos, sabotearlos y destruirlos. Siempre al servicio del bien.

Espa?a quiere importar este modelo. Cargos del PP han planteado la necesidad de crear milicias, cuyos integrantes ser¨ªan reclutados en universidades y congresos de hackers, para detener agresiones inform¨¢ticas. Este ej¨¦rcito de civiles, formado por unos 2.000 efectivos, estar¨ªa en la reserva hasta ser llamado al frente. La cuesti¨®n es si los piratas patriotas abordar¨¢n solo maniobras defensivas o tambi¨¦n ofensivas.