El instituto en el que ser transg¨¦nero no es un problema

A mediados de tercero de ESO, Elisabeth Mart¨ªn, de 13 a?os, se decidi¨® a contar en su colegio que era transexual, pero recibi¨® una respuesta que no esperaba. El centro le asegur¨® que no iba a permitirle dejar de llevar el uniforme que le correspond¨ªa biol¨®gicamente, ni utilizar el ba?o para alumnas; ni cambiar su nombre en la lista de clase. Las opciones fueron claras: o se resignaba a una identidad con la que ya no se identificaba o cambiaba de colegio. ¡°De hecho, me aconsejaron sutilmente escoger la ¨²ltima opci¨®n, y fue lo que hice, me fui¡±, explica Elisabeth, que finalmente, hace tres a?os, decidi¨® cambiar de centro a mitad de curso, entre el segundo y el tercer trimestre. ¡°Escuch¨¦ hablar del IES San Isidro en Madrid, me dijeron que era un centro inclusivo en el que se esforzaban por no discriminar a nadie por ning¨²n motivo¡±, cuenta la joven que tiene ahora 16 a?os.

El instituto cuenta con un programa de g¨¦nero transversal, promovido por los propios profesores, para evitar el acoso escolar de todo tipo entre sus m¨¢s de 1.300 alumnos. El objetivo del programa es crear un espacio seguro para todos los alumnos, pero en particular los ni?os y ni?as transg¨¦nero han encontrado en sus aulas el lugar perfecto para pasar sus a?os escolares y formarse.

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El ahora instituto San Isidro tiene una larga historia, como corresponde al centro educativo m¨¢s antiguo de Madrid, que comienza en el a?o 1603 como Colegio Imperial. En pleno centro de la capital, han pasado por sus clases ilustres personajes, entre los que destacan cuatro premios Nobel: Jacinto Benavente, Camilo Jos¨¦ Cela, Jos¨¦ Echegaray y Vicente Aleixandre. Orgulloso de su historia, la imagen que ofrecen hoy los alumnos y profesores que disfrutan del recreo en su claustro del S.XVII es una muestra de la convivencia en el centro entre lo antiguo y lo moderno.

Elisabeth no es la ¨²nica transg¨¦nero del instituto. Hay m¨¢s ni?os como ella, pero prefieren llevarlo en secreto. ¡°Cuando llegaron, ya hab¨ªan hecho el tr¨¢nsito. Nosotros lo sabemos, pero respetamos su decisi¨®n y los tratamos como a cualquier otro alumno, sin ning¨²n tipo de distinci¨®n¡±, cuenta Marisa Villalba, la orientadora del centro. El programa, seg¨²n relata, consiste b¨¢sicamente en aplicar el sentido com¨²n. ¡°Nosotros les preguntamos sus necesidades y, simplemente, nos adaptamos¡±, explica la orientadora. Una de las primeras medidas es cambiar el nombre del alumno en las listas de clase, ya que la ley no les permite cambiar el nombre del DNI ni de ning¨²n documento oficial antes de cumplir los 18 a?os y sin tener el certificado psicol¨®gico que acredite su disforia de g¨¦nero. ¡°Tener que estar firmando constantemente con un nombre con el que no te identificas molesta mucho¡±, cuenta Elisabeth, que a?ade que en el instituto incluso tiene su carn¨¦ de estudiante y el usuario de EducaMadrid, la clave del aula virtual de la comunidad, con su nombre real, Elisabeth.

¡°Tambi¨¦n les dejamos que elijan el ba?o que necesiten y cubrimos sus necesidades cuando empiezan con el bloqueo hormonal. Es una etapa en la que faltan mucho a clase, pero consideramos que son faltas justificadas y les ayudamos para que las ausencias no repercutan en sus notas¡±, explica Villalba. El claro ejemplo de que esas faltas no tienen por qu¨¦ ser motivo de fracaso escolar es Elisabeth. Sus notas son de sobresaliente, siempre ha sido buena estudiante y sue?a con estudiar filosof¨ªa. De hecho, es la actual campeona de la Olimpiada filos¨®fica de la Comunidad de Madrid en la categor¨ªa de disertaci¨®n.

El programa de prevenci¨®n de acoso escolar comenz¨® en el a?o 2003, con una serie de actividades para visibilizar la igualdad de la mujer. ¡°Y poco a poco ese programa se ha ido abriendo para pedir la igualdad en todos los aspectos¡±, explica Mar¨ªa Jos¨¦ G¨®mez, responsable de Igualdad en el centro. El programa ahora se centra m¨¢s en el colectivo LGTB, porque reconocen que en otras luchas tienen m¨¢s terreno ganado, como el racismo, por ejemplo. ¡°Aqu¨ª ya no tenemos nada de eso¡±, cuenta Javier Hernando, alumno de primero de bachillerato del centro. Cada 17 de mayo, d¨ªa contra la homofobia y la transfobia, el centro despliega una gran bandera arcoiris en las escaleras principales del instituto y esa semana se realizan actividades en las que participan todos los alumnos. ¡°Son actividades de visibilizaci¨®n en las que los alumnos se implican mucho. Algunas de las actividades incluso las promueven ellos¡±, cuenta G¨®mez.

Uno de los secretos del ¨¦xito del centro contra el acoso escolar es el programa de mediaci¨®n. El centro forma a voluntarios para que sean los propios estudiantes quienes sean capaces de resolver conflictos que se produzcan en el instituto. El equipo de mediadores lo forman alumnos, profesores y, desde este a?o, tambi¨¦n padres. Para los alumnos es un aliciente porque un requisito para ser mediador es tener buenas notas. A cambio, pueden saltarse alguna clase cuando tengan que resolver alg¨²n conflicto. ¡°Hemos tenido mediaciones de todo tipo, pero nunca hemos tenido que intervenir con los alumnos transg¨¦nero, y de eso, nos sentimos muy orgullosos¡±, concluye Villalba.