Cindy Crawford: ¡°A estas alturas ya no pongo l¨ªmite de edad a mi trabajo¡±
Fue una de las top models de los noventa, y hoy, a sus 51 a?os, cree que las marcas se han fijado en el potencial de las mujeres maduras
Si alguien le hubiera dicho, cuando empez¨® a trabajar como modelo, que iba a seguir ejerciendo su profesi¨®n pasados los 50 a?os nunca lo hubiera cre¨ªdo. Incluso despu¨¦s de convertirse en una de las caras m¨¢s conocidas del mundo y entrar en el exclusivo grupo de las m¨ªticas supermodelos de la d¨¦cada de los noventa, Cindy Crawford (1966, Illinois, Estados Unidos) pensaba que sus d¨ªas en la industria de la moda ten¨ªan fecha de caducidad y que no ser¨ªa muy lejana.
¡°Cuando empec¨¦ a trabajar pensaba que a lo mejor podr¨ªa hacerlo hasta cumplir 25 a?os o as¨ª y luego volver a la universidad, centrarme en lo que ser¨ªa despu¨¦s de ser modelo mi trabajo de verdad. Cuando a los 25 segu¨ªa trabajando, pens¨¦, bueno, quiz¨¢ lo puedo mantener hasta los 30. Poco a poco se fue posponiendo, hasta los 30, hasta los 40¡ Ahora ya no le pongo l¨ªmite¡±, explica Cindy Crawford en unos estudios de Hollywood, preparada para su millon¨¦simo photocall. A sus 51 a?os, una firma vuelve a querer asociar su nombre a su rostro y ella vuelve a ponerse ante las c¨¢maras como imagen de la marca Silestone, las encimeras de cuarzo de la firma almeriense Cosentino.
¡°Obviamente, el tipo de trabajo que hago ha ido cambiando. Pero sigue implicando maquillarme, peinarme, ponerme delante de un objetivo. Quiz¨¢ la diferencia respecto a cuando ten¨ªa 20 a?os es que soy m¨¢s yo misma, hago cosas que tienen que ver m¨¢s con mi vida y con lo que me importa¡±, reflexiona sobre el paso del tiempo. El a?o pasado, tras una campa?a de la colecci¨®n de la firma de lujo Balmain para H&M junto a Claudia Schiffer y Naomi Campbell, Crawford hab¨ªa apuntado a una posible jubilaci¨®n. Pero qui¨¦n quiere retirarse si las ofertas siguen llegando y su nombre sigue funcionando como un tiro.
¡°Las empresas se est¨¢n dando cuenta de que no solo las veintea?eras compran cosm¨¦tica o moda. Al rev¨¦s, son las mujeres maduras las que tienen m¨¢s dinero para gastar en esas cosas. Y las marcas quieren llegar a esas mujeres¡±. Mujeres que crecieron con Crawford como icono y que la siguen viendo como exponente de alguien que aparentemente lo tiene todo: una carrera, un matrimonio con el empresario Rande Gerber que va a entrar en su tercera d¨¦cada y dos hijos adolescentes, Kaia y Presley, que ya han empezado a seguir los pasos de su madre. ¡°Hay gente que se sorprende de que mis hijos quieran ser modelos, pero creo que tiene todo el sentido. Han visto cu¨¢nto me gusta mi trabajo, el tipo de carrera que he tenido, y piensan: ¡®Eso mola, yo lo quiero hacer tambi¨¦n¡±.
Preguntada sobre si les da consejos, asegura que sobre todo les ofrece uno: ¡°Me encanta ser modelo, pero es un trabajo como otro cualquiera. Tienes que llegar a tiempo, esforzarte, cooperar con el resto del equipo¡±. Aunque no se le escapa que el mundo actual es muy diferente al que ella conoci¨®. En la ¨¦poca m¨¢s pujante de su carrera como modelo, las revistas de moda y los anuncios televisivos monopolizaban el trabajo y el negocio. Hoy, el panorama est¨¢ descentralizado y youtubers, instagrammers y bloggers compiten en influencia con el resto de grupos de poder que mueven los hilos de la moda. Un entorno en el que un paso en falso en Instagram o Twitter puede hundir una carrera a una velocidad de v¨¦rtigo.
¡°Las redes sociales te permiten ser tu propio relaciones p¨²blicas, presentarte ante la gente como t¨² quieres. La parte negativa, claro, es que supone un mont¨®n de presi¨®n. A m¨ª esto no me afecta tanto, pero tengo una hija de 15 a?os y hay que tener mucho cuidado con lo que publicas. ?Hay tanta negatividad! Supongo que es la naturaleza humana. Pero algunas cosas que leo me asombran. Nunca te lo dir¨ªan a la cara¡±. Crawford, que tiene 2,1 millones de seguidores en su cuenta de Instagram y 1,6 en Twitter, cree haber encontrado el punto de equilibrio en cuanto a lo que comparte o no online. ¡°Mis hijos me echaron una mano, sobre todo al principio. Les preguntaba: ?Te parece que este es un buen post?¡±, r¨ªe mientras confiesa su inicial desconocimiento del mundo digital.?
Crawford ofrece un aspecto de mujer cuidada que est¨¢ en forma y que ha envejecido de forma natural, o, al menos, ha conseguido que lo parezca. Su vida en Malib¨², para¨ªso de la comida org¨¢nica y el ejercicio, probablemente haya ayudado. Ella es consciente de que no est¨¢ al alcance de todos. ¡°Desgraciadamente, en este pa¨ªs la comida menos cara es tambi¨¦n la menos sana. Es terrible y deber¨ªa cambiar¡±. Hace una semana, particip¨® en un acto de Healthier America, una organizaci¨®n que lucha por el fin de la obesidad infantil. ¡°Lo que dijo en el acto Michelle Obama es muy cierto: si pudi¨¦ramos dejar por un momento los intereses econ¨®micos al margen, y nos pusi¨¦ramos a debatir sobre la salud de nuestros hijos y lo que deben comer, estar¨ªamos todos de acuerdo. Y, probablemente, a¨²n podr¨ªa ser un negocio rentable¡±.
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