C¨®mo darle una vuelta de tuerca al cibercaf¨¦ de toda la vida
Nuevos espacios ofrecen servicio a la comunidad 'gamer', y conjugan ocio y alimentaci¨®n
Los ciber de hoy no huelen como los de antes. Tampoco saben como antes. Esa atm¨®sfera de pl¨¢stico recalentado por unas CPU que a duras penas aguantaban los tiroteos del Counter Strike queda ya muy lejos. Tambi¨¦n, el aire como clandestino en el que se mov¨ªan los chavales que iban a viciar en los 2000.
Lo que antes llam¨¢bamos cibercaf¨¦ son ahora otra cosa. ¡°Nuestra clientela es mitad y mitad. Mitad por lo que es nuestro propio producto, con comida de calidad, y mitad comunidad gamer que se acerca, sobre todo los fines de semana¡±, cuenta David, del Good Game Restaurant (Plaza Francisco Morano, 3). El restaurante abri¨® en Madrid hace mes y medio con una filosof¨ªa exigente en cuanto a comer se trata y varias armas gamer: cuatro Play Station 4, dos X BOX One, dos Wii U¡ as¨ª hasta 10 consolas que, junto con los ordenadores forman su arsenal. ¡°Con los ordenadores ofrecemos tiempo libre dependiendo de lo que el cliente consuma¡±. Los juegos reyes: League of Legends, Overwatch, Paladins...
Hace a?o y medio, abri¨® El Pixel, el primer bar dedicado a los juegos y los eSports en Madrid (Calle de Joaqu¨ªn Mar¨ªa L¨®pez, 46). Se llena de un p¨²blico joven y fiel. "Otros hacen botell¨®n. Nosotros venimos aqu¨ª", dice Jaime, que cursa bachiller y viene con un grupo de amigos y amigas, mientras se encoge de hombros. El local est¨¢ forrado de carteles de dos tipos: Por un lado, el men¨²: todos los martes, buf¨¦ pizza por 6 euros; los jueves: barra libre de cerveza por 10 euros. Por otro, el men¨²: El martes, FIFA 2017; el jueves, Hearthstone; el viernes, Smash Bros, luchas de dos contra dos. En la planta baja es un bar normal, que en las pantallas retransmite partidas del Call of Duty; en la de arriba, ordenadores, pantallas enormes, y mandos de Wii U.
El BTG est¨¢ en la manzana de al lado, en la calle Donoso Cort¨¦s. "Nuestro p¨²blico habitual son, sobre todo, adolescentes", cuenta Alicia. "Dir¨ªa que la media hace el bachillerato". Son las 12 de la ma?ana y ya hay dos jugadores sentados al fondo del local. En sus paredes hay estanter¨ªas con ramen apilados de forma decorativa, y una barra con grifo de cerveza a la derecha de la entrada. Aqu¨ª no hay consolas, solo ordenadores, pero del aire como clandestino de oficina reconvertida que reinaba en los 2000 no queda rastro: las sillas son butacas ergon¨®micas, los ordenadores son animales de gran potencia, un tenue ne¨®n naranja y estiloso ba?a las paredes pastel. Un cartel anuncia un evento del League of Legends: Hasta el 21 de mayo, solo un euro la hora.
El sistema, ya se sabe, acaba haciendo cultura con la contracultura, y cada acto de resistencia planta la semilla del orgullo. Los adolescentes que hace 10 a?os dec¨ªan t¨ªmidamente que iban al ciber son ahora gente que vive una experiencia integradora y desafiante. Los ciber se adaptan a los nuevos tiempos (y los videojuegos siguen su lucha por salir a la luz).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.