Te ayudo con una condici¨®n, que tu hijo vaya al colegio y al m¨¦dico
Los problemas econ¨®micos de las familias m¨¢s pobres hacen que los ni?os abandonen la escuela para empezar a trabajar y as¨ª generar ingresos que ayuden a paliar las dificultades
Am¨¦rica Latina y el Caribe es la regi¨®n del mundo con m¨¢s desigualdades econ¨®micas. Para reducir esa brecha los diferentes Gobiernos han articulado desde hace d¨¦cadas programas que buscan mejorar la situaci¨®n de las poblaciones m¨¢s desfavorecidas. Pero hace 20 a?os hubo un cambio radical en la forma de afrontar esa realidad. ?Y si en vez de subvencionar determinados productos como la leche, tortillas o pan se diera el dinero directamente a las familias? Con esa idea se pas¨® a entregar ese ingreso a las mujeres, que son las que prioritariamente toman las decisiones que afectan a sus hijos y a la econom¨ªa dom¨¦stica. Pero se pon¨ªa una condici¨®n para recibirlo: que se cumplieran unas obligaciones que incid¨ªan directamente en el capital humano de dichas familias, en particular en la salud, la nutrici¨®n y la educaci¨®n de los ni?os.
Los problemas econ¨®micos de las familias m¨¢s pobres hacen que los ni?os abandonen la escuela para empezar a trabajar y as¨ª generar ingresos que ayuden a paliar las dificultades. Pero ello les priva de las habilidades y la formaci¨®n necesarias para ser competitivos en el mercado laboral y se quedan atrapados en trabajos arriesgados y mal remunerados. Para romper este c¨ªrculo vicioso se promocionaban actividades como la asistencia a las escuelas y a los controles de salud: ni?os m¨¢s sanos y mejor formados, ser¨ªan m¨¢s competitivos y tendr¨ªan mayores ¨¦xitos en el mercado laboral aumentando as¨ª las probabilidades de que sus familias salieran de la pobreza. Con este objetivo nac¨ªan los Programas de Transferencias Monetarias Condicionadas que, tras aplicarse inicialmente en M¨¦xico y Brasil, se han expandido por toda la regi¨®n de Am¨¦rica Latina y el Caribe, donde benefician a m¨¢s de 30 millones de familias, as¨ª como por ?frica, Asia y Oriente Medio.
El impacto de las transferencias condicionadas en las familias ha sido muy positivo. Un claro ejemplo de ello es el Programa Bono Vida Mejor que se aplica desde el a?o 2010 en Honduras con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y que ha mostrado resultados muy optimistas, en un contexto que requiere con urgencia pol¨ªticas sociales efectivas que ayuden a las familias m¨¢s pobres. Un estudio realizado recientemente demostr¨® que la intensidad de la pobreza hab¨ªa bajado en las familias beneficiarias y que hab¨ªan aumentado su consumo, tanto de alimentos de mayor calidad y variedad como en ¨²tiles escolares y uniformes; constat¨® mayores niveles en la matriculaci¨®n y en la asistencia escolar, destacando una disminuci¨®n en la deserci¨®n escolar en periodos de transici¨®n (de sexto a s¨¦ptimo grado, cuando normalmente hay altas tasas de abandono); y registr¨® aumentos en los controles de salud y de las curvas de peso y crecimiento de ni?os menores de 3 a?os.
En el caso del programa hondure?o, un estudio complementario realizado por el equipo del BID, encontr¨®, adem¨¢s, interesantes efectos indirectos a tener en cuenta en los ni?os de 0 a 5 a?os con hermanos mayores beneficiarios el Bono. En especial, los resultados fueron m¨¢s positivos en aquellos ni?os con hermanos en tercero, cuarto o quinto de primaria. Si bien el Programa no establece para los menores de 5 a?os la obligaci¨®n de ir al colegio por no tener todav¨ªa la edad necesaria, el informe presenta evidencia de que sus habilidades en comunicaci¨®n y en resoluci¨®n de problemas mejoran: cuando sus hermanos van m¨¢s a la escuela, trabajan menos y se fortalecen los lazos y relaciones en la familia y hay m¨¢s y mejores interacciones entre hermanos, lo que muestra que los hermanos mayores con mayor escolaridad (y en consecuencia, probablemente, con un vocabulario m¨¢s rico y complejo) pueden ser son los mejores profesores para los m¨¢s peque?os.
Por otra parte, al ser las madres quienes reciben las transferencias y las que representan a los hogares, los programas han contribuido a dar mayor protagonismo a la mujer otorg¨¢ndole un papel m¨¢s relevante en la toma de decisiones en el hogar y, adem¨¢s, los adultos de los hogares beneficiarios no han reducido su participaci¨®n en el mercado de trabajo, una importante preocupaci¨®n de todos los programas de transferencias.
Estos efectos directos e indirectos ponen de manifiesto que, veinte a?os despu¨¦s de su primera aplicaci¨®n, los Programas de Transferencias Condicionadas siguen siendo un instrumento v¨¢lido para combatir la pobreza a trav¨¦s de inversiones en la salud, la nutrici¨®n y el desarrollo infantil.
Pablo Ibarraran especialista l¨ªder en la divisi¨®n de protecci¨®n social y salud del BID.
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