En Oriente Pr¨®ximo, Trump aparca la islamofobia
El presidente ¡®olvida¡¯ la ret¨®rica contra los musulmanes que uso de ense?a de su campa?a
En la feroz campa?a electoral, hubiese sido imposible imaginar que Donald Trump lanzara al mundo musulm¨¢n un ¡°mensaje de amistad, esperanza y amor¡±, describiera al Islam como ¡°una de las grandes fes del mundo¡± y dijera que el terrorismo yihadista ¡°no es una batalla¡± entre religiones. Tambi¨¦n hubiese sido ut¨®pico o¨ªr esas palabras en su primera semana como presidente de Estados Unidos, a finales de enero, cuando firm¨® un veto ¡ªque paraliz¨® la justicia¡ª a la entrada de visitantes de siete pa¨ªses de mayor¨ªa musulmana para ¡°mantener a terroristas islamistas radicales¡± fuera de EE UU.
Parec¨ªa imposible hace poco pero Trump pronunci¨® esas palabras el domingo en el discurso que dio en Arabia Saud¨ª en el inicio de su gira por Oriente Pr¨®ximo y Europa. Ante una cincuentena de l¨ªderes de pa¨ªses musulmanes, opt¨® por la cautela y el pragmatismo. Ya fuera por voluntad propia o porque atendi¨® al criterio de sus asesores, la realidad es que evit¨® las palabras que emplea en EE UU para electrizar a sus votantes m¨¢s radicales. Aparc¨® la islamofobia que fue una se?a de identidad de su campa?a electoral y del inicio de su presidencia.
El mejor ejemplo: el t¨¦rmino ¡°terrorismo isl¨¢mico radical¡±. Como candidato republicano, Trump critic¨® que el presidente Barack Obama no lo empleara. Lo ve¨ªa como una se?al de debilidad. Cuando lleg¨® a la Casa Blanca, Trump lo us¨® sin reparos. En febrero, su consejero de Seguridad Nacional le pidi¨® que dejara de hacerlo para no alienar a la poblaci¨®n musulmana, pero ¨¦l le desoy¨®. Lo utiliz¨® a finales de febrero en el discurso conjunto ante las C¨¢maras, el m¨¢s importante del a?o tras el de investidura. Y lo repiti¨® hace una semana cuando habl¨® de su viaje a Oriente Pr¨®ximo. Pero en Riad el concepto m¨¢s parecido que emple¨® fue el de ¡°extremismo islamista¡±.
En Arabia Saud¨ª, que acoge las dos mezquitas m¨¢s sagradas del Islam, Trump pareci¨® otra persona. No habl¨® de su sugerencia, en septiembre de 2015, de expulsar a todos los refugiados sirios en EE UU porque ¡°podr¨ªan¡± ser del Estado Isl¨¢mico. Tampoco de su promesa, en diciembre de 2015, de impulsar un ¡°cierre total y completo de musulmanes entrando a Estados Unidos¡±. Ni record¨® que en febrero de 2016 critic¨® que Obama ¡ªdel que en el pasado sugiri¨® que era musulm¨¢n¡ª visitara por primera vez una mezquita en EE UU. ¡°Quiz¨¢ se siente c¨®modo all¨ª¡±, espet¨® entonces.
Tampoco repiti¨® Trump en Riad lo que afirm¨® en marzo de 2016: ¡°Creo que el Islam nos odia. Hay un odio tremendo all¨ª¡±. Y tampoco apost¨®, como hizo ese mismo mes tras los atentados en Bruselas, por espiar mezquitas. ¡°Tienes que abordar las mezquitas, te guste o no. Estos ataques no salen de la nada, no los cometen suecos¡±, se?al¨® entonces.
Trump tambi¨¦n aparc¨® las cr¨ªticas al pa¨ªs anfitri¨®n. Como cuando en octubre de 2016, en el ¨²ltimo debate televisivo de la campa?a, reproch¨® que la fundaci¨®n de la candidata dem¨®crata Hillary Clinton hubiese aceptado donaciones de Arabia Saud¨ª, un pa¨ªs que ¡°empuja a homosexuales desde edificios¡± y ¡°mata a mujeres y trata a mujeres horriblemente¡±.
Y finalmente tampoco record¨® el multimillonario neoyorquino lo que dijo en febrero de 2016: ¡°?Qui¨¦n hizo estallar el World Trade Center? No fueron los iraqu¨ªes, fueron los saud¨ªes. Mira a Arabia Saud¨ª, abre los documentos¡±. Trump se refer¨ªa al hecho de que 15 de los 19 terroristas de los atentados del 11-S eran saud¨ªes. Tambi¨¦n a un informe desclasificado de la comisi¨®n oficial que investig¨® el ataque que determin¨® que en EE UU algunos de los terroristas tuvieron contacto y fueron ayudados por personas que ¡°podr¨ªan estar conectadas¡± con el Gobierno saud¨ª.
En cambio, Trump visit¨® en Riad un nuevo centro que combate el radicalismo isl¨¢mico y anunci¨® la creaci¨®n de un proyecto conjunto entre EE UU y Arabia Saud¨ª para dificultar los flujos de financiaci¨®n a yihadistas.
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