Pedro S¨¢nchez y el populismo
Lo soterrado, lo pasional, se est¨¢ cobrando su venganza tras tanto ¡°consenso de centro¡±
?Es populista Pedro S¨¢nchez? No. ?Ha sido racional su elecci¨®n como secretario general del PSOE? Tampoco. Entonces, ?c¨®mo podemos explicar lo que ha pasado? Mi tesis parte del supuesto de que S¨¢nchez mismo no es populista pero que ha sabido aprovecharse de un momento que s¨ª lo es. En este sentido s¨ª hab¨ªa una racionalidad, puramente instrumental, en acudir al tipo de reclamos que encajan en un populismo de manual (?chapeau a su jefa de comunicaci¨®n!).
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Sus electores no lo eligieron, sin embargo, porque garantizara mejores resultados electorales que su adversaria (algunos imagino que s¨ª, como siempre). Si hoy imperara este tipo de racionalidad no hubieran salido los Corbyn, Hamon, Fillon. Adem¨¢s, S¨¢nchez ya se hab¨ªa sometido previamente a esa prueba con las secuelas conocidas. Tampoco ha sido una decisi¨®n irracional en el sentido de que desv¨ªa al PSOE de su ADN sist¨¦mico y lo arroja a la incertidumbre.
Creo que todo este tipo de explicaciones est¨¢n llamadas a fracasar, porque aquello a lo que estamos asistiendo es, precisamente, a una rebeli¨®n frente a visiones de la pol¨ªtica en clave de ¡°lo que hay que hacer¡±, lo que dicta la raz¨®n, el ¡°preferidor racional¡±, etc¨¦tera. Vivimos un momento de eso que Freud llam¨® el ¡°retorno de lo reprimido¡±, lo soterrado, lo pasional, que se est¨¢ cobrando su venganza despu¨¦s de tanta despolitizaci¨®n tecnocr¨¢tica, moderaci¨®n y ¡°consenso de centro¡±. Hoy imperan otras l¨®gicas, mucho m¨¢s discursivas, performativas, y de apelaci¨®n a los afectos.
Pedro S¨¢nchez no es populista pero ha sabido aprovecharse de un momento que s¨ª lo es
Un populista har¨ªa la siguiente lectura del ¨¦xito de S¨¢nchez. Para empezar, supo marcar el campo pol¨ªtico a partir de una escisi¨®n maniquea entre un ¡°nosotros¡±, las buenas bases, y un ¡°ellos¡±, el aparato sist¨¦mico, se?alando as¨ª a un adversario al que sintoniz¨® con el verdadero antagonista, el PP. Acert¨®, como se ve, en la ¡°construcci¨®n discursiva del enemigo¡± (Laclau). Entre otras cosas porque supo ocupar dos significantes vac¨ªos: ¡°izquierda¡± y ¡°democracia de partido¡±. Como dir¨ªa Laclau, muchos de estos significantes evocan tambi¨¦n una ¡°ausencia¡±, una realidad todav¨ªa irrealizada y que aspira a ser consumada. Frente al fr¨ªo pragmatismo de los del otro lado, la c¨¢lida proximidad hacia los anhelos no satisfechos; indignaci¨®n hacia el enemigo, esperanza para los pr¨®ximos: el perfecto mix emocional.
Gracias a eso mismo, al presentarse como el Robin Hood que quiere robarle la cartera a los bur¨®cratas del partido y se enfrenta a los poderes econ¨®micos y medi¨¢ticos dominantes, entra en la cadena de equivalencias (Laclau) de quienes comparten enemigo. Como la lucha por la hegemon¨ªa se est¨¢ ventilando ¨²ltimamente en el espacio medi¨¢tico, S¨¢nchez fue aplaudido entusiastamente por parte de quienes hasta su defenestraci¨®n de los Idus de octubre no hab¨ªan mostrado la m¨¢s m¨ªnima consideraci¨®n hacia ¨¦l. Agitprop gratis.
Si este an¨¢lisis tiene algo de verosimilitud, vemos que en un momento populista no hace falta que triunfe un partido de ese signo: su din¨¢mica ya lo empapa todo.
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