La pareja de espa?oles fascinada por curar cerebros
Ana Maiques y Giulio Ruffini son los fundadores de Neuroelectrics, una empresa pionera en terapias que combinan electroestimulaci¨®n y 'machine learning'
El cerebro ejerce una fascinaci¨®n ¨²nica. Entender sus reglas de funcionamiento y descifrar los billones de conexiones neuronales que articulan nuestro comportamiento es una de las obsesiones de la comunidad cient¨ªfica. Tambi¨¦n lo es de Ana Maiques y Giulio Ruffini, el matrimonio fundador de Neuroelectrics, una empresa espa?ola que trabaja en terapias para paliar enfermedades neurol¨®gicas y neurodegenerativas. Su metodolog¨ªa es pionera en combinar dos disciplinas: la electroestimulaci¨®n cerebral y el machine learning. Ella, economista, y ¨¦l, f¨ªsico y matem¨¢tico, modelan con precisi¨®n lo que sucede dentro del cr¨¢neo. Un conocimiento que posibilita, entre otras cosas, acelerar la rehabilitaci¨®n de personas que hayan sufrido un ictus, aliviar dolores neurop¨¢ticos o detectar marcadores tempranos de p¨¢rkinson.
La de Maiques (Valencia, 1973) y Ruffini (Barcelona, 1966) es una historia de emprendimiento puro. En 1999 ambos trabajaban para la delegaci¨®n belga de Starlab, una compa?¨ªa dedicada a la investigaci¨®n aeroespacial y neurocient¨ªfica que quebr¨® cuando se desplom¨® la llamada burbuja de las punto com. "Ten¨ªamos la opci¨®n de irnos a casa con el finiquito o arriesgar y hacer de esto nuestro proyecto", cuenta Maiques por tel¨¦fono desde Cambridge (Boston), donde la compa?¨ªa tiene sucursal desde 2014. No se resignaron. Junto a un tercer socio refundaron la compa?¨ªa y reanudaron sus investigaciones. En 2011 crearon una filial espec¨ªfica en neurociencia, la actual Neuroelectrics, y desarrollaron su producto estrella: el Starstim, un casco de lectura cerebral y electroestimulaci¨®n personalizada basadas en modelos matem¨¢ticos y an¨¢lisis de datos.
Seis a?os despu¨¦s, Maiques y Ruffini comercializan su dispositivo en 40 pa¨ªses. Ganaron en 2015 el premio a la mejor startup en salud seg¨²n la revista Wired, y este a?o El Peri¨®dico les nombr¨® mejor empresa innovadora de Catalu?a. Ahora buscan la aprobaci¨®n de la FDA (Food and Drug Administration) para entrar en el mercado estadounidense. "El haber creado una empresa privada de investigaci¨®n puntera y de ella una spinoff de dispositivos m¨¦dicos es como rizar el rizo", dice entre risas la fundadora, que recibi¨® un premio de la UE a la mujer m¨¢s innovadora de 2014, . "Incluso aqu¨ª estando en Boston no encuentro modelos de negocio tan innovadores". A d¨ªa de hoy, la colaboraci¨®n entre la matriz Starlab y la actual Neuroelectrics es todav¨ªa muy estrecha.
?Por qu¨¦ apuntar al cerebro como objeto de estudio y negocio? "Hace muchos a?os a Giulio se le acerc¨® un doctor y le dijo si pod¨ªa analizar electroencefalogramas de alcoh¨®licos y no alcoh¨®licos para ver diferencias. Y le pareci¨® fascinante", relata Maiques. Con el camino ya claro, poco despu¨¦s dise?aron para la Comisi¨®n Europea un proyecto con el objetivo de enviar un pensamiento de un cerebro a otro como si de un whatsapp se tratara. El experimento telep¨¢tico, conducido por Ruffini y una de las publicaciones cient¨ªficas m¨¢s citadas en 2014, anticip¨® su incursi¨®n definitiva en el ¨¢mbito m¨¦dico. "Desde el principio pensamos en las aplicaciones terap¨¦uticas que pod¨ªa tener la lectura y estimulaci¨®n cerebral", recuerda.
Todo ello desemboc¨® en la creaci¨®n de Starstim, un casco capaz de leer la actividad cerebral y aplicar corrientes de bajo voltaje para estimularla o inhibirla en funci¨®n de la dolencia. La diferencia respecto a la electroestimulaci¨®n tradicional no reside en el aspecto del gorro, al que Maiques, en una charla, le coloc¨® unas orejas de Mickey Mouse para representar c¨®mo un ni?o podr¨ªa usarlo con normalidad. Lo fundamental, recalca, es la investigaci¨®n y el an¨¢lisis de datos que sustenta el sistema. "La electroestimulaci¨®n existe desde hace a?os. No la hemos inventado nosotros. Lo que es ¨²nico es el conocimiento para descifrar las se?ales el¨¦ctricas del cerebro", explica. Para ello, su equipo de cient¨ªficos dibuja el paso de estas se?ales por el mapa cerebral. "Modelamos el efecto que tiene una corriente en el cerebro. Estos modelos biof¨ªsicos se obtienen mediante matem¨¢ticas, algoritmos y t¨¦cnicas de machine learning". Simulaciones en 3D que, a?ade, permiten dise?ar un plan para combatir con mayor precisi¨®n una lesi¨®n cerebral concreta.
Un trabajo que han puesto en pr¨¢ctica en diversos frentes. Neuroelectrics acaba de lograr la aprobaci¨®n de las autoridades estadounidenses para desarrollar un estudio en el Boston Children's Hospital con ni?os que sufren epilepsia. El objetivo es reducir el n¨²mero de crisis en aquellos pacientes que no responden a la medicaci¨®n. Tambi¨¦n trabaja con la Universidad de Harvard en un proyecto cuyo objetivo es estimular la memoria y las habilidades motoras de 40 pacientes con demencia.
Pero fue en la Michael J. Fox Foundation donde llevaron a cabo una de sus experiencias m¨¢s interesantes: el an¨¢lisis de electroencefalogramas para detectar marcadores tempranos de p¨¢rkinson. "Si tienes un problema de sue?o o una epilepsia te van a hacer un electroencefalograma para el diagn¨®stico. Nosotros pensamos que aplicando t¨¦cnicas avanzadas se puede sacar mucha m¨¢s informaci¨®n", desarrolla Maiques. A bordo a¨²n de Starlab, analizaron los encefalogramas de un grupo de personas ocho a?os despu¨¦s de su realizaci¨®n. Y vieron que los que hab¨ªan desarrollado p¨¢rkinson presentaban "un patr¨®n" en la prueba. "Esto nos da una esperanza. Si a los 65 a?os, poni¨¦ndote un gorro cinco minutos al d¨ªa, podemos ser capaces de ver signos que indiquen una alta probabilidad de desarrollar una enfermedad neurodegenerativa antes de que sea demasiado tarde... Ya es algo bueno. Tarde o temprano tendremos terapias apropiadas", afirma.
Maiques deja claro que este es un terreno a¨²n por explorar y refinar. "Vamos a tener mucho trabajo, sobre todo en EE UU, donde no hay nada probado respecto a la eficacia de esta tecnolog¨ªa", se?ala. "La clave es c¨®mo plantear el uso del casco en diferentes patolog¨ªas en la cl¨ªnica y en el hogar". Si bien se trata de una metodolog¨ªa joven, los dispositivos de Neuroelectrics est¨¢n aprobados en Europa por la CE para tratar depresiones, paliar dolores y rehabilitar ictus. En Espa?a hay un buen n¨²mero de hospitales, entre ellos el Vall d'Hebron o el Hospital Sant Joan de D¨¦u Barcelona, que utilizan habitualmente este casco en sus terapias e investigaciones.
En el barcelon¨¦s Institut Guttmann, por ejemplo, el dispositivo forma parte de un m¨¦todo para mitigar los dolores neurop¨¢ticos, aquellos que sufren pacientes con una lesi¨®n en la m¨¦dula espinal. Son causados por una especie de cortocircuito neurol¨®gico: los miembros inferiores no funcionan, el cerebro no procesa bien la informaci¨®n y genera sensaciones de dolor. "Junto a un equipo de doctores estamos aplicando electroestimulaci¨®n sobre la zona motora del cerebro", explica Maiques. "Para ello activan esa regi¨®n mostr¨¢ndole al paciente una proyecci¨®n de sus piernas en movimiento. En ese momento efectuamos descargas y el dolor desaparece durante un tiempo", detalla.
Su tecnolog¨ªa no se entiende sin supervisi¨®n m¨¦dica. "Estos m¨¦todos tienen que empezar en el hospital bajo prescripci¨®n cl¨ªnica. Luego el paciente deber¨ªa tratarse en casa. No porque nos parezca m¨¢s c¨®modo, sino porque la estimulaci¨®n el¨¦ctrica aplicada de manera repetida va a ser m¨¢s eficaz", afirma Maiques, que a largo plazo s¨ª aspira a hacer m¨¢s flexibles, efectivas y personalizadas esta clase de terapias. Para ello seguir¨¢ estudiando el cerebro, ese gran desconocido. El ¨®rgano que les cautiv¨® hace 18 a?os.
?Qu¨¦ es la electroestimulaci¨®n?
La electroestimulaci¨®n no invasiva (tCS-Transcranial current stimulation)?es un m¨¦todo terap¨¦utico que permite estimular o inhibir la actividad de cerebral mediante corrientes de bajo voltaje. Por ejemplo, un paciente epil¨¦ptico sufre de sobreexcitabilidad en parte de su tejido cerebral. La aplicaci¨®n de una corriente negativa (cat¨®dica) aplacar¨¢ la actividad por un tiempo y puede evitar la aparici¨®n de crisis. Por el contrario, a un paciente que se est¨¦ recuperando de un ictus le puede convenir una descarga positiva para reactivar las zonas cercanas a las da?adas tras el infarto.
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