Una ley para pisos tur¨ªsticos
No puede demorarse m¨¢s una regulaci¨®n para la vivenda residencial que se alquila a turistas

La proliferaci¨®n de ofertas de pisos tur¨ªsticos a trav¨¦s de plataformas de Internet es ya un problema grave para la gesti¨®n urbana de grandes ciudades espa?olas, como Barcelona, Madrid y Valencia. La presi¨®n de la demanda tur¨ªstica en Espa?a facilita un aumento desorbitado de las viviendas de uso residencial que sus propietarios alquilan. Sorprende la explosi¨®n de pisos tur¨ªsticos, relacionada con la extensi¨®n de la econom¨ªa colaborativa: el a?o pasado, seg¨²n estad¨ªsticas fiables, las plazas en viviendas de uso tur¨ªstico (casi 362.500 en las 22 ciudades espa?olas m¨¢s grandes) superaron por primera vez la oferta de los hoteles.
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El fen¨®meno, tramitado por plataformas como Airbnb, no es inocuo. Eleva los alquileres en la zona y los precios de los productos en los comercios. Genera un circuito de dinero negro y una competencia desleal para las licencias hoteleras, porque es f¨¢cil ocultar los ingresos. La presencia de inquilinos cambiantes altera la convivencia vecinal y contribuye a la turismofobia. Los Ayuntamientos m¨¢s afectados por la masificaci¨®n tur¨ªstica (como Barcelona), agudizada por una oferta excesiva de plazas en pisos se enfrentan a un riesgo de colapso en los servicios. Porque la presencia multitudinaria de turistas aumenta los costes de limpieza, seguridad y transporte que no se pueden pagar si no es con impuestos espec¨ªficos.
Algunos municipios han optado por limitar mediante licencias el n¨²mero de pisos tur¨ªsticos; pero es dif¨ªcil distinguir la ocupaci¨®n residencial y la tur¨ªstica. En Barcelona, por ejemplo, hay 9.600 pisos tur¨ªsticos legales y unos 6.500 ilegales. La aplicaci¨®n de tasas espec¨ªficas, como propone Valencia, tropieza con el mismo obst¨¢culo; y la inspecci¨®n es costosa. La soluci¨®n m¨¢s sensata ser¨ªa elaborar una regulaci¨®n homog¨¦nea (y viable) para todo el pa¨ªs y preparar formas eficaces de distinguir la residencia del turismo. Pero hay que tener voluntad pol¨ªtica de hacerlo.
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