Rajoy, sin plasma y sin ¡®playback¡¯ ante la ley
Buena noticia: la Audiencia recuerda al presidente que el Ejecutivo est¨¢ en el mismo plano que el Judicial
Rendici¨®n, el inteligente libro de Ray Loriga que ha ganado este a?o el Premio Alfaguara, narra la vida en una ciudad transparente donde suelos, techos y paredes son de cristal, los cuerpos no huelen y los secretos deben sofocarse a mayor gloria de la perfecci¨®n visible. Pero cuidado: la vida tras el cristal, nos ense?a Loriga, es tan visible como falsa por prefabricada, innatural. La verdad no suele estar a la vista bajo la iluminaci¨®n artificial.
La imagen viene a cuento de la decisi¨®n que ha tomado la Audiencia Nacional al rechazar los argumentos del ciudadano Rajoy y obligarle a comparecer en persona en el caso G¨¹rtel, donde ha sido citado como testigo. La afici¨®n del presidente del Gobierno a actuar a trav¨¦s de plasma, que ha practicado con la prensa y que quer¨ªa repetir ahora con la justicia, no ha valido esta vez. Y eso, en la guerra que libra la justicia por la verdad, es una peque?a buena noticia.
Rajoy hab¨ªa alegado razones de seguridad, de agenda y de recursos p¨²blicos para defender su apuesta por la videoconferencia en lugar de la presencia f¨ªsica en la sala, donde obviamente quiere evitar cruzarse con Francisco Correa, Luis B¨¢rcenas y algunos exalcaldes procesados. La Secci¨®n Segunda de la Sala Penal de la Audiencia, sin embargo, ha considerado tajantemente que sus razones ¡°no son consistentes¡± y que Rajoy no comparece como presidente del Gobierno ¡°sino como ciudadano espa?ol, en un acto ciudadano que se enmarca en la legalidad democr¨¢tica¡±. El auto le recuerda que la sede de la Audiencia est¨¢ a solo 18 kil¨®metros de Moncloa, lo que no exige un gran despliegue de recursos p¨²blicos, que la seguridad est¨¢ m¨¢s garantizada que en mercados y otros foros en los que hace campa?a y lee la cartilla al presidente en lo que respecta a la separaci¨®n de poderes: ¡°El poder judicial se sit¨²a en el mismo plano en cuanto a poderes del Estado que el Ejecutivo, por lo que la comparecencia personal de su representante m¨¢ximo se ajusta a derecho¡±.
La Audiencia ha dado as¨ª al presidente una lecci¨®n de estado de derecho, de igualdad ante la ley y, sobre todo, de sentido com¨²n al defender que ¡°el principio de inmediaci¨®n sigue siendo un valor que preservar¡±. Frente a los defensores del plasma, de la videoconferencia y de la supuesta transparencia que permite t¨¦cnicamente la pantalla est¨¢ la realidad: respirar el mismo aire que B¨¢rcenas, reaccionar en vivo y en directo a las preguntas de jueces o fiscales, caminar junto al banquillo.
Pero no nos enga?emos. En el canto a la igualdad que intenta ser este art¨ªculo tambi¨¦n pende una amenaza m¨¢s grande que las que pinta Loriga en Rendici¨®n. Y es la siguiente pregunta: ?qu¨¦ habr¨ªa pasado si la juez Espejel, apartada hace tiempo de esta causa por su afinidad al PP, ya hubiera tomado posesi¨®n como presidenta de la Sala de lo Penal, cargo para el que fue elegida la semana pasada gracias a la mayor¨ªa conservadora del CGPJ? Es solo una pregunta, sin m¨¢s. Hoy celebraremos, aunque sea por un rato, la igualdad ante la ley.
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