Un rey europe¨ªsta
Felipe VI ha heredado un pa¨ªs integrado en Europa que cree en su destino. A ello ha contribuido el permanente empuje de su padre
El reinado de Don Juan Carlos I ha sido uno de los m¨¢s fecundos de nuestra Historia. Su aportaci¨®n a la integraci¨®n europea ha sido reconocida en numerosas ocasiones, de forma muy destacada por nuestros vecinos franceses, cuyo pa¨ªs, lengua y cultura Don Juan Carlos siempre ha apoyado y admirado. A lo largo de los a?os en los que estuvo al frente del Estado se restableci¨® y consolid¨® la democracia en Espa?a dando lugar a m¨¢s de tres d¨¦cadas de progreso estable y sostenido; el r¨¢pido crecimiento de la econom¨ªa hizo que el nivel de vida de los residentes en Espa?a se duplicase y los espa?oles recuperamos el orgullo de serlo en un mundo en el que nos hemos integrado plenamente. La percepci¨®n actual de Espa?a por parte de nuestros socios europeos, muy especialmente los franceses, como atestiguan las encuestas, poco o nada tiene que ver con la que prevalec¨ªa hace cuarenta a?os. Ahora nos ven como lo que somos: socios importantes y fiables en la construcci¨®n de un porvenir com¨²n en Europa.
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La victoria de Emmanuel Macron en Francia significar¨¢, con alta probabilidad, el relanzamiento del proyecto europeo en el que Espa?a puede desempe?ar un papel relevante. Nuestro Rey, Felipe VI, ha heredado un pa¨ªs integrado en Europa que cree en su destino. A ello ha contribuido el permanente empuje de su padre, Don Juan Carlos I, que desde su primer discurso como Rey, en noviembre de 1975, afirm¨® que "la idea de Europa ser¨ªa incompleta sin una referencia a la presencia del hombre espa?ol" y que habr¨ªa que extraer de ello "las consecuencias que se derivan".
Los m¨¦ritos contra¨ªdos "al servicio de la reconciliaci¨®n y la cooperaci¨®n internacional en Europa" le valieron la concesi¨®n del Premio Carlomagno en 1982. Era la primera vez que dicho premio se otorgaba a una cabeza coronada.
A lo largo de su reinado, Don Juan Carlos ejerci¨® con inteligencia y decisi¨®n el papel moderador que la Constituci¨®n otorga a la Corona, contribuyendo as¨ª de manera destacada a la notable estabilidad pol¨ªtica que caracteriz¨® su reinado.
El mundo cultural franc¨¦s siempre tuvo un lugar destacado en su formaci¨®n. Habla su lengua a la perfecci¨®n, en parte como resultado de los a?os de exilio que pas¨® con su familia en Lausana y el inicio de su educaci¨®n primaria en Friburgo, antes de venir a Espa?a, a los diez a?os de edad, para cursar los estudios de bachillerato. Supo mantener siempre buenas relaciones con los presidentes de Francia a pesar de las dificultades de nuestra relaci¨®n en los primeros momentos de la Transici¨®n, felizmente superadas despu¨¦s. El cambio decisivo se produjo bajo el mandato de Fran?ois Mitterrand, cuando ambos pa¨ªses decidieron cooperar estrechamente en la lucha antiterrorista. M¨¢s tarde, en 1986, nuestra entrada en la Comunidad Europea sell¨® la estrecha alianza que desde entonces nos une.
El discurso del Rey Juan Carlos en 1993 ante la Asamblea Nacional francesa fue acogido con entusiasmo
El reconocimiento por parte de Francia de lo mucho que hab¨ªan cambiado las cosas en Espa?a tuvo lugar el 7 de octubre de 1993, cuando el Rey Juan Carlos fue invitado a pronunciar un discurso ante la Asamblea Nacional francesa. No era un asunto banal que el Rey de Espa?a se dirigiera a los representantes de la Rep¨²blica Francesa. Seg¨²n las cr¨®nicas de la ¨¦poca, el discurso fue acogido con entusiasmo por la gran mayor¨ªa de los diputados, conscientes sin duda del valor simb¨®lico del acto.
Estos d¨ªas, el inicio del mandato del nuevo presidente de Francia tiene lugar bajo el signo de un europe¨ªsmo en el que sus principales apoyos los encontrar¨¢ en Alemania, Italia y Espa?a. Nuestro pa¨ªs sigue comprometido con la construcci¨®n de Europa, consciente de lo mucho que nos ha aportado nuestra adhesi¨®n y consciente tambi¨¦n de la necesidad de desarrollar la identidad europea como garant¨ªa de permanencia y progreso en un mundo multipolar.
Son las relaciones entre los pueblos los que, a la larga, determinan la Historia, pero el concurso de personalidades como la de nuestro Rey Em¨¦rito puede ser fundamental para hacer que la Historia se acelere. Es lo que ha sucedido en Espa?a.
Jos¨¦ Luis Leal fue ministro de Econom¨ªa y Hacienda y presidente de Di¨¢logo, Asociaci¨®n de Amistad Hispano-francesa.
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