La defensa de los europeos
Hemos dependido demasiado del poder militar de otros. La UE tiene que asumir su propia seguridad
No cabe duda de que el poder simb¨®lico de Europa resulta eficaz. Con nuestra diplomacia, nuestra pol¨ªtica de desarrollo y nuestras relaciones comerciales, los europeos contribuimos a crear estabilidad y promover la paz, los derechos humanos y el Estado de derecho en todo el mundo. Pero el poder simb¨®lico por s¨ª solo no tiene fuerza suficiente.
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No podemos dar por sentado que Europa es segura, libre y pac¨ªfica. Los recuerdos de terror y derramamiento de sangre siguen estando muy vivos para mucha gente de toda Europa. Y basta con echar un vistazo a nuestro entorno inmediato, con todas las tensiones en el este y la brutal guerra de Siria, para ver que la guerra no es cosa del pasado. Los intentos por avanzar hacia una defensa com¨²n forman parte del proyecto europeo desde su inicio. Pero, hasta ahora, es una ambici¨®n que ha quedado en gran medida insatisfecha. Ha llegado el momento de que hagamos algo m¨¢s.
La ineficiencia y la fragmentaci¨®n nos salen muy caras. Mientras que en Europa tenemos 178 sistemas de armas diferentes, Estados Unidos solo tiene 30. Al mismo tiempo, tenemos m¨¢s fabricantes de helic¨®pteros en Europa que Gobiernos que puedan comprarlos. Y nos permitimos el lujo de tener 17 tipos diferentes de carros de combate, cuando es evidente que EE?UU se las arregla perfectamente bien con un solo modelo.
La falta de cooperaci¨®n en defensa y seguridad nos cuesta anualmente entre 25.000 y 100.000 millones de euros. Los Estados de la UE tienen mucho que ganar si comparten veh¨ªculos, normalizan la munici¨®n y, en definitiva, investigan juntos, en lugar de hacerlo por separado.
La falta de cooperaci¨®n en defensa y seguridad nos cuesta anualmente entre 25.000 y 100.000 millones de euros
Por eso la Comisi¨®n Europea ha propuesto la creaci¨®n de un Fondo Europeo de Defensa. Si bien no va a reemplazar los presupuestos nacionales de defensa, s¨ª proporcionar¨¢ incentivos para la cooperaci¨®n en la investigaci¨®n, el desarrollo y la adquisici¨®n conjuntos de equipos y tecnolog¨ªas de defensa. Esto es algo que va tanto en inter¨¦s de nuestra seguridad como en beneficio de los contribuyentes. Los Estados miembros seguir¨¢n estando al mando, decidiendo por ellos mismos a qu¨¦ proyectos desean dar prioridad, ya sea la tecnolog¨ªa de drones, la comunicaci¨®n por sat¨¦lite o la adquisici¨®n de helic¨®pteros al por mayor. El valor a?adido que aportar¨¢ la Comisi¨®n Europea ser¨¢ el de combinar esfuerzos y permitir as¨ª que los proyectos se inicien de manera m¨¢s coordinada, sistem¨¢tica y eficiente.
Sin embargo, solo con dinero no puede comprarse una aut¨¦ntica Uni¨®n Europea de Seguridad y Defensa. Tambi¨¦n necesitamos voluntad y ambici¨®n pol¨ªticas. Como parte del debate sobre el futuro de Europa, quiero que discutamos honestamente qu¨¦ camino vamos a seguir a partir de aqu¨ª.
El hecho es que ya estamos ganando impulso. Justo el mes pasado, todos los Estados miembros decidieron por unanimidad establecer la primera Capacidad Militar de Planificaci¨®n y Ejecuci¨®n para que asuma el mando de las misiones de formaci¨®n de la UE. Es un primer paso que debe ir seguido de zancadas m¨¢s largas.
La UE ya dispone de los medios para apartarse del actual mosaico de acciones de cooperaci¨®n militar de car¨¢cter bilateral y multilateral hacia formas m¨¢s eficientes de integraci¨®n de la defensa. El Tratado de la UE establece la posibilidad de una cooperaci¨®n estructurada permanente para aquellos Estados miembros que deseen y puedan ir hacia adelante juntos. Creo que ahora es el momento para hacer uso de ella.
Este enfoque complementa nuestra cooperaci¨®n con la OTAN, que es de vital importancia para nuestro futuro. Al fin y al cabo, 22 Estados miembros pertenecen tambi¨¦n a esta alianza de defensa. Pero nuestra cooperaci¨®n con la OTAN no puede seguir sirviendo de c¨®moda coartada para argumentar en contra de unos esfuerzos europeos aut¨®nomos.
Hemos dependido en demas¨ªa y demasiado tiempo del poder militar de otros. Tenemos ahora que aprovechar la ocasi¨®n para hacernos cargo de nuestra propia seguridad. Se lo debemos a nuestros conciudadanos europeos. Porque el impulso para una cooperaci¨®n m¨¢s estrecha en materia de defensa viene antes de nada y sobre todo de las gentes de Europa. En casi todos los pa¨ªses de la UE, la seguridad es una de las tres prioridades principales, y tres cuartas partes de los europeos est¨¢n a favor de una pol¨ªtica com¨²n de seguridad y defensa.
El derecho a sentirse seguro y protegido en su propia casa es el m¨¢s b¨¢sico y universal de todos.
Nuestra Uni¨®n deber¨ªa proporcion¨¢rselo a los europeos.
?Jean-Claude Juncker es presidente de la Comisi¨®n Europe.
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