¡°Cuando preguntas a una familia cu¨¢ntos hijos tienen nunca cuentan al discapacitado¡±

Darasath Ramadu (Anantapur, 1957) tuvo dos motivos para no aceptar el trabajo bien remunerado como guarda forestal que el Gobierno indio le ofreci¨® siendo un reci¨¦n licenciado: el segundo fue el uniforme, con unos pantalones cortos que no le gustaban nada; y el primero que Ana Ferrer le ofreciera formaci¨®n, a trav¨¦s de la Fundaci¨®n Vicente Ferrer, en el programa de educaci¨®n para ni?os sordos. De menor o mayor peso, aquellas dos razones fueron fundamentales para que despu¨¦s de 40 a?os Ramadu, licenciado en Educaci¨®n Especial y en Programas Comunitarios de Rehabilitaci¨®n, sea hoy el director del sector de personas con discapacidad de la Fundaci¨®n Vicente Ferrer que lucha por la educaci¨®n y la inclusi¨®n social de los ni?os y ni?as con discapacidad.

¡°Lo m¨¢s dif¨ªcil es conseguir que los padres acepten que tienen un hijo con discapacidad. Hay muchos casos en India de ni?os discapacitados que no los alimentan bien, incluso mueren, y esa actitud de la familia tambi¨¦n repercute en su futuro, en que puedan acceder a una educaci¨®n apropiada¡±, explica Ramadu, invitado a las jornadas Madrid en la Agenda 2030: experiencias transformadoras de las organizaciones del Tercer Sector en pobreza y exclusi¨®n, educaci¨®n y personas con discapacidad, impulsadas por la Fundaci¨®n Vicente Ferrer, celebradas el pasado 23 y 24 de mayo, que buscan hacer reflexionar a las asociaciones del Tercer Sector, al voluntariado y a los expertos sobre c¨®mo ser¨¢ Madrid desde el punto de vista social en el 2030.

Dasarath Ramadu est¨¢ al frente de los distintos proyectos educativos, deportivos, culturales y de intermediaci¨®n laboral que la Fundaci¨®n Vicente Ferrer ofrece a m¨¢s de 30.000 personas con discapacidad, de los que 1.135 son estudiantes. En la actualidad, la fundaci¨®n gestiona 18 centros en la regi¨®n: seis escuelas de discapacidad intelectual, cuatro para alumnos con discapacidad auditiva, tres centros destinados a ni?os con par¨¢lisis cerebral, tres de Primaria dedicadas a chicos ciegos y dos colegios de Secundaria.

"El primer colegio para ni?os ciegos empez¨® en 1995 con apenas tres alumnos", destaca Ramudu. De aquella primera escuela recuerda el d¨ªa que Vicente Ferrer la visit¨®, cuando consiguieron, a pesar de la reticencia de las familias, que hubiera 7 ni?os m¨¢s, un total de 10: ¡°Despu¨¦s de verla me dijo: habr¨¢ 10 escuelas como estas. Yo le dije a Vicente que ya hab¨ªa sido un logro escolarizar a 10 ni?os. Era un gran visionario¡±, recuerda con una sonrisa al hablar de las 18 que hay en marcha.

Adem¨¢s de ¡°ser buenas personas¡±, de los miembros de su equipo de trabajo pide que se involucren tanto como lo hac¨ªa el fallecido Vicente Ferrer: que visiten los poblados, que conozcan a los aldeanos, sus problemas, sus necesidades y esta sea su fuente de inspiraci¨®n para extender la obra de la fundaci¨®n. ¡°He sido bendecido por haber trabajado con ellos -Vicente y Ana, ?qu¨¦ pareja m¨¢s maravillosa!, enfatiza-. ?l no te ense?aba c¨®mo hacerlo, sino que su comportamiento era tu modelo a seguir. Siempre nos motivaba, aunque solo fueran 5 minutos de charla. Y nos ped¨ªa siempre que atendi¨¦ramos a nuestras familias, adem¨¢s del trabajo¡±.

La discriminaci¨®n y el tab¨² de ser discapacitado siguen pesando entre las familias y la sociedad india, que siente que ha sido maldecida por alguna raz¨®n cuando tiene entre sus hijos a una persona discapacitada, explica Ramadu: ¡°Cuando preguntas a una familia cu¨¢ntos hijos tiene, nunca cuentan al discapacitado. En el fondo su mayor preocupaci¨®n es qu¨¦ pasara con su hijo despu¨¦s de que ellos mueran, qui¨¦n se har¨¢ cargo. Quieren que sus hijos tengan un futuro¡±.

De ese futuro Ramadu destaca el ejemplo de Obaiah, de 30 a?os, licenciado en Educaci¨®n Especial y master en Arte, ciego y afectado por la polio en una pierna, que ahora es profesor de ni?os y ni?as ciegos que son beneficiarios del programa de discapacidad de Vicente Ferrer, del que el propio Obaiah fue alumno, el primero.

La fundaci¨®n ha mantenido tres escuelas residenciales en Motukupalli, Bukkaraya Samudram y Kanekal para personas con discapacidad: una para alumnos ciegos, otra en estudiantes con diversos grados de sordera y una tercera que atend¨ªa a chicos con diversas discapacidades f¨ªsicas y par¨¢lisis cerebral. "Queremos unir estas tres en un gran centro, y eso es lo que hemos empezado a hacer este a?o, aunque de momento de forma experimental". El proyecto progresivamente se extender¨¢ al cien por cien de los alumnos atendidos all¨ª. Adem¨¢s, desde 2007 alumnos ciegos y sin discapacidad estudian juntos con un gran ¨¦xito, tanto acad¨¦mico como personal en la Escuela Inclusiva de Secundaria de Anantapur. La ¨²ltima cruzada de Ramadu es la de conseguir que se desarrollen m¨¦todos de ense?anza para ni?os y ni?as sordociegas y que estos puedan acceder a las aulas igual que los dem¨¢s. ¡°No es f¨¢cil ser discapacitado en India, pero no ser¨¢ imposible¡±, sentencia.