¡°?bamos a vacunar a unos 30.000 ni?os. Acabaron siendo casi 70.000¡±
Tras mucho tiempo elaborando un plan para inmunizar a miles de ni?os contra ocho enfermedades en Rep¨²blica Centroafricana, el equipo de MSF tuvo que hacer frente tambi¨¦n a una epidemia de sarampi¨®n
Hace unos meses, otros equipo de M¨¦dicos Sin Fronteras estuvo visitando la regi¨®n en la que hoy me encuentro para hacer una evaluaci¨®n de las necesidades y preparar un plan de acci¨®n. Recorrieron cada rinc¨®n en el que pensaban que podr¨ªa haber necesidades de vacunaci¨®n y se reunieron con los l¨ªderes locales de pueblecitos completamente aislados. Para llegar a alguno de estos lugares ni siquiera hay caminos en los que se pueda transitar con un coche o una moto, as¨ª que, si uno quiere llegar hasta ah¨ª, la ¨²nica soluci¨®n es ponerse la mochila a la espalda, cargar con todos los b¨¢rtulos y caminar hasta tres o cuatro horas para llegar al destino. Para acceder a otros pueblecitos hay que atravesar r¨ªos en canoas que nadie imaginar¨ªa que pudieran llegar a flotar o subirse a una moto de monta?a y armarse de valor, ya que los caminos de esta regi¨®n no son precisamente amigables.
Debido al conflicto que desgarr¨® la Rep¨²blica Centroafricana en 2013 y 2014, y que contin¨²a causando estragos en muchas partes del pa¨ªs, la tasa de cobertura de vacunaci¨®n entre los ni?os menores de cinco a?os de muchas regiones del pa¨ªs es extremadamente baja. Y en estas circunstancias, el riesgo de que se produzcan epidemias y muertes que ser¨ªan evitables con una simple vacuna es muy elevado. En casos como este, es donde nuestros equipos pueden marcar una importante diferencia.
Siguiendo el plan marcado por aquellos compa?eros, nos desplazamos hasta Mba?ki para iniciar lo que en MSF llamamos una vacunaci¨®n preventiva (que no se hace como respuesta a una epidemia, sino para proteger a la poblaci¨®n ante las enfermedades). La campa?a que ten¨ªamos previsto llevar a cabo en este distrito de la subprefectura de Lobaye es una vacunaci¨®n multiant¨ªgeno; es decir, una vacunaci¨®n que sirve para ofrecer protecci¨®n contra varias enfermedades. En este caso, el t¨¦tanos, la difteria, la tosferina, la hepatitis B, el sarampi¨®n y algunas formas de neumon¨ªa.
La tasa de cobertura de vacunaci¨®n entre los ni?os menores de cinco a?os de muchas regiones del pa¨ªs es extremadamente baja
Sin embargo, una vez llegamos aqu¨ª, nos topamos con varios casos sospechosos de sarampi¨®n, lo cual, obviamente, daba la vuelta a todo nuestro planteamiento inicial. Enviamos muestras a la capital para que las analizaran y el 4 de abril se acab¨® declarando la epidemia. Inmediatamente tuvimos que ampliar los objetivos de nuestra campa?a de vacunaci¨®n, que inicialmente estaba destinada a vacunar a ni?os de cero a cinco a?os, e incluir en ella a ni?os de hasta 15 a?os, a los que vacunar¨ªamos tan solo contra el sarampi¨®n. Hubo que revisar muy r¨¢pidamente todo nuestro plan de acci¨®n, ya que, entre otras cosas, las vacunas de m¨²ltiples ant¨ªgenos est¨¢n destinadas ¨²nicamente a ni?os menores de cinco a?os y no resultan eficaces con ni?os de mayor edad.
Los retos log¨ªsticos que ya sab¨ªamos que ¨ªbamos a tener se multiplicaban, ya que adem¨¢s de llevar a cabo una vacunaci¨®n en un lugar tan remoto y de tener que llegar hasta los pueblos de los pigmeos que habitan en el coraz¨®n de la selva, ahora ten¨ªamos tambi¨¦n la misi¨®n de parar una epidemia. Lo que iba a ser una vacunaci¨®n para 30.000 o 40.000 ni?os, se convert¨ªa ahora en una en la que tendr¨ªamos que llegar a m¨¢s del doble. Eso implica m¨¢s trabajadores, m¨¢s bicicletas para atravesar los caminos embarrados y m¨¢s dificultades para organizar el transporte en canoas. Y, obviamente, m¨¢s vacunas y m¨¢s materiales de todo tipo.
Los primeros d¨ªas yo no hac¨ªa m¨¢s que preguntarme c¨®mo har¨ªamos para mantener refrigeradas las vacunas hasta el momento de ponerlas. Una cosa es ir uno mismo y hacer la visita para organizar la vacunaci¨®n, pero a la hora de la verdad, ?c¨®mo ¨ªbamos a llevar all¨ª en condiciones toda esa cadena de innumerables neveras? Afortunadamente, MSF cuenta con una amplia experiencia en este ¨¢mbito y estamos acostumbrados a que nuestros equipos hagan posible lo que parece irrealizable. Y una vez m¨¢s, hemos demostrado que con esfuerzo y trabajo, adem¨¢s de con una planificaci¨®n adecuada, se puede llegar a hacer casi cualquier cosa que uno se proponga.
Los primeros d¨ªas yo no hac¨ªa m¨¢s que preguntarme c¨®mo har¨ªamos para mantener refrigeradas las vacunas hasta el momento de ponerlas
Nos levantamos cada d¨ªa a las cuatro o cinco de la ma?ana para preparar el material que llevamos a los puntos de vacunaci¨®n, luego administramos las vacunas de sol a sol y finalmente, ya de regreso en la base de MSF, hac¨ªamos un recuento de las vacunas administradas y nos prepar¨¢bamos para el d¨ªa siguiente. Ese ha sido nuestro d¨ªa a d¨ªa durante las ¨²ltimas semanas. Todo ha funcionado como una m¨¢quina bien engrasada y gracias a eso, en tan solo un mes, hemos vacunado a 64.000 ni?os contra el sarampi¨®n; 25.300 de ellos menores de cinco a?os que tambi¨¦n recibieron la vacuna multiant¨ªgeno que estaba prevista desde el principio.
Adem¨¢s de la campa?a para detener la propagaci¨®n de la epidemia, desde la sede nos enviaron un equipo de emergencia que se encarg¨® de la atenci¨®n a los enfermos y que ech¨® una mano a nuestro equipo de inmunizaci¨®n. ?Y menos mal! Ya que en apenas un mes llegaron a tratar a 142 pacientes. Ha sido un trabajo de coordinaci¨®n y de colaboraci¨®n muy bonito.
La campa?a de vacunaci¨®n contra el sarampi¨®n ya ha finalizado y la alerta por epidemia tambi¨¦n, pero todav¨ªa permanecemos en la zona para reforzar las actividades de vacunaci¨®n rutinarias y para monitorizar la situaci¨®n. La campa?a de inmunizaci¨®n multiant¨ªgeno tambi¨¦n fue dada por conclu¨ªda el pasado dos de mayo, pero en este caso se trata solo de un par¨®n moment¨¢neo. En esta ronda hemos vacunado a toda la poblaci¨®n que nos hab¨ªamos marcado como objetivo en la subprefectura de Mba?ki, pero dentro de un par de meses continuaremos nuestro trabajo en la subprefectura de Mougoumba, donde, si todo va bien, vacunaremos a entre 30.000 y 40.000 ni?os m¨¢s.
Ahora mis preocupaciones son otras: la temporada de lluvias est¨¢ por llegar, as¨ª que, de aqu¨ª en adelante, somos conscientes de que los desaf¨ªos a los que nos enfrentaremos ir¨¢n de nuevo en aumento.
El pasado mes de marzo, M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF) comenz¨® una nueva campa?a de vacunaci¨®n en el sur de la Rep¨²blica Centroafricana, donde a lo largo de los pr¨®ximos meses m¨¢s de 70.000 ni?os ser¨¢n vacunados contra ocho de las enfermedades m¨¢s frecuentes y peligrosas para la poblaci¨®n de esta regi¨®n.Esta es la tercera entrega de tres art¨ªculos en los que , a trav¨¦s de los relatos de los cooperantes, conocemos c¨®mo se implementa el uso de las nuevas tecnolog¨ªas en estas campa?as, c¨®mo se lleva a cabo una misi¨®n exploratoria para preparar una vacunaci¨®n a gran escala y c¨®mo se afronta el hecho de encontrarse con una epidemia en mitad de una vacunaci¨®n que en principio era solo preventiva.
Sasha Matthews coordin¨® las operaciones del equipo de vacunaci¨®n de MSF en Rep¨²blica Centroafricana.
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