Votar distinto
Las preferencias pol¨ªticas de las nuevas generaciones se est¨¢ separando del equilibrio que hasta ahora reinaba
![Los ciudadanos de Reino Unido están llamados hoy a las urnas.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/KT5IC5JGCQRH7H2MZ4EPG6ILWY.jpg?auth=f46ef5547bdec7a78dfbff1b8accf30210c6c68295495a188916d6018ab33b29&width=414)
Las elecciones brit¨¢nicas de ayer tuvieron una v¨ªctima que no fueron los partidos perdedores, sino el voto de clase. Desde 2015 las diferencias de voto a conservadores y laboristas dentro de la clase obrera, las clases medias y la clase alta se han ido cerrando. En su lugar ha emergido una profunda brecha generacional: seg¨²n datos de YouGov, Corbyn recoge m¨¢s de un 40% del voto de los menores de 25, pero no m¨¢s de un irrisorio 16% entre los mayores de 65. Con May pasa lo contrario: la juventud le da la espalda (apenas un 21%), pero arrasa m¨¢s all¨¢ de los 50 (la mitad de esos votantes). Sin embargo, la campa?a de Corbyn, desde su mismo eslogan (¡°para la mayor¨ªa, no para la minor¨ªa¡±), ha hecho extenso uso de conceptos provenientes de la lucha de clases.
Algo similar sucede aqu¨ª, en Espa?a. A pesar de que Podemos mantiene un tono con reminiscencias socioecon¨®micas, ser joven (menor de 35) predice el voto a la formaci¨®n morada de manera mucho m¨¢s clara que la ubicaci¨®n en el espectro de clase. En el otro extremo, el PP arrasa en las capas de m¨¢s edad mientras Rajoy construye una plataforma ideol¨®gica pensada para las clases medias conservadoras.
Esta conexi¨®n aparente entre discurso de clase y patr¨®n generacional de voto apunta, al menos como hip¨®tesis de partida, a algo que va m¨¢s all¨¢ de la estereot¨ªpica rebeld¨ªa que se pasa con la edad. En otros pa¨ªses (Francia, Italia, Pa¨ªses Bajos) los j¨®venes tambi¨¦n se est¨¢n casando con partidos o plataformas distintas. De tal manera que quiz¨¢s nos encontramos ante un efecto cohorte: sea por percepci¨®n, sea por situaci¨®n objetiva, parece que el conjunto de preferencias pol¨ªticas de las nuevas generaciones de votantes se est¨¢ separando del equilibrio que hasta ahora reinaba. Desde esta perspectiva, el voto de clase no estar¨ªa desapareciendo sino transform¨¢ndose. Si la segmentaci¨®n de las sociedades occidentales est¨¢ cambiando, parece l¨®gico que tambi¨¦n lo hagan las pautas de comportamiento pol¨ªtico. No es improbable que dentro de un par de d¨¦cadas nos encontremos mirando hacia atr¨¢s, hacia hoy, y pensemos que es en este momento cuando empezamos a votar distinto. @jorgegalindo
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