C¨®mo decir a tu hijo adolescente que fumar marihuana es malo sin sonar c¨ªnico
Padres y psic¨®logos ponen sobre la mesa sus argumentos para cuando llegue el momento
La ni?a de seis a?os hizo la temida pregunta: "Pap¨¢, ?por qu¨¦ rompes los cigarros para luego pegarlos?". Jos¨¦, 43 a?os consultor de Recursos Humanos y fumador ocasional, lo recuerda: "Mi hija deb¨ªa pensar que le hab¨ªa tocado el padre m¨¢s tonto de su clase, as¨ª que le dije que lo hac¨ªa para echarle unas hierbas que ol¨ªan mejor". La segunda pregunta inc¨®moda lleg¨® cuando la ni?a cumpli¨® 13 a?os: "Pap¨¢, esa hierba que dices que le echas a los cigarros... Es marihuana, ?no?". Jos¨¦ claudic¨®, y tuvo su primera conversaci¨®n seria con ella al respecto.
Esta situaci¨®n es bastante habitual. El consumo de cannabis (nombre cient¨ªfico de la planta de la que se extraen la marihuana y el hach¨ªs) ha ido aumentando en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Seg¨²n la ¨²ltima Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en Espa?a (EDADES) del Ministerio de Sanidad, casi una de cada 10 personas de entre 15 y 64 a?os afirma haberlo fumado en el ¨²ltimo mes, y un 2 % lo hace a diario. En este grupo tambi¨¦n entran padres que, hoy, tienen hijos adolescentes o que est¨¢n a punto de serlo. Cinco progenitores y dos especialistas nos dan las claves para enfrentarse a esa situaci¨®n. Por motivos obvios, han pedido que omitamos sus apellidos.
1. Mi h¨¢bito no es su h¨¢bito
"El d¨ªa que naci¨® mi hija, lo primero que me cuestion¨¦ fue: '?Dejo de fumar?", recuerda Jos¨¦, y sigue: "La respuesta me lleg¨® ipso facto: 'No'. De modo que decid¨ª normalizarlo, y en ning¨²n caso ocult¨¢rselo". La psic¨®loga Beatriz de Vicente Jim¨¦nez, especializada en tratar a j¨®venes, conoce esta situaci¨®n. "Son padres que mantienen un consumo normalizado, aunque saben que no es bueno para el organismo, y menos para sus hijos, que a¨²n se est¨¢n desarrollando. Que ellos no quieran deshabituarse no implica que no eduquen en lo que es correcto: les deben aconsejar, desde su propia experiencia, para que ese consumo no se generalice en ellos. Por supuesto, no es una tarea f¨¢cil pretender que no hagan algo que te ven hacer (y disfrutar) en casa".
Jos¨¦ est¨¢ de acuerdo, pero matiza: "Quiero evitar que mi hija fume. Pero mi temor a ese respecto es el mismo a que un d¨ªa la atropelle un coche, o que se case con un maltratador. Le he explicado muy bien en qu¨¦ consiste la marihuana, el efecto que produce y por supuesto los aspectos negativos. El resto, ya forma parte de la confianza rec¨ªproca que siempre he promovido. Y conf¨ªo en ella".
2. No a la prohici¨®n "porque lo digo yo"
Las medidas coercitivas no son recomendables, seg¨²n algunos expertos. "Para eso, ya est¨¢n los agentes de la ley", opina Miguel Prada que, adem¨¢s de psic¨®logo familiar, ha pasado por esta situaci¨®n en su propia casa. No es fumador, pero actu¨® igual que hubiera aconsejado a uno de sus pacientes. La prohibici¨®n exarcebada, que siempre lleva acompa?ada el castigo, es la actitud que se debe evitar. "Es mejor explicar antes que adoptar una posici¨®n tajante". De Vicente a?ade: "Alguien de 15 ¨® 16 a?os ya tiene la capacidad de razonar y asimilar casi como un adulto. Tiene claro lo que est¨¢ bien y lo que est¨¢ mal. La decisi¨®n ¨²ltima siempre ser¨¢ la suya. Debes informar, explicar. Si te muestras visceral puedes cerrar la v¨ªa de comunicaci¨®n con tu hijo".
3. Abrirle los ojos con ejemplos cercanos
Al hijo de Mar¨ªa, madre de 39 a?os, a¨²n le quedan algunos a?os para llegar a la adolescencia, pero esta periodista ya se ha planteado qu¨¦ hacer cuando llegue el momento. "No se lo prohibir¨¦. Pero s¨ª le explicar¨¦ todas las consecuencias que puede acarrear. A mi alrededor hay mucha gente que no ha acabado bien. Tengo amigos con una vida m¨¢s o menos normal, pero llevan 20 a?os fumando y, cuando hablas con ellos, parece que tienen encima como un retraso vital. Yo he pasado por todo eso, de modo que le contar¨¦ a mi hijo cu¨¢l fue mi experiencia, y por qu¨¦ mi decisi¨®n personal fue dejarlo, para que ¨¦l act¨²e en consecuencia".
4. No conviene jugar al escondite
Mercedes, consultora mercantil de 39 a?os, cuenta: "Lo peor que podr¨ªa pasarme es que mis hijos me pillaran fumando un porro. Solo lo hago cuando salgo con mis amigos. Cuando llego a casa, lo primero que hago es meter la ropa en la lavadora, darme una ducha y lavarme los dientes. No es porque me averg¨¹ence; pero cuando llegue el momento de hablar del tema, quiero estar en posici¨®n de poder prohib¨ªrselo. Lo mismo que con el alcohol, o con el tabaco". "Adopta dos posturas err¨®neas", opina el psic¨®logo Prada sobre el caso de Mercedes. "Primero, prohibirlo por sistema. Segundo, romper el di¨¢logo sincero con su hijo, algo muy valioso en la educaci¨®n".
5. Nunca humillarle delante de sus amigos
Leo, 45 a?os, inform¨¢tico, lo ha vivido en su casa: "Le pill¨¦ a mi hijo fumando un porro a un par de manzanas de casa. Ten¨ªa 17 a?os y le exig¨ª, delante de sus amigos, que se subiera al coche. S¨¦ que me odiaba profundamente. Le ech¨¦ una bronca antol¨®gica en cuanto llegamos al sal¨®n. Me dijo que lo hac¨ªa porque lo hac¨ªan sus amigos, pero a m¨ª me daba igual. Entonces, me solt¨® que sab¨ªa que yo fumaba marihuana. Lo negu¨¦ categ¨®ricamente. Fue cuando se acerc¨® al armario de la entrada, meti¨® la mano en una de mis gabardinas y sac¨® un par de cogollos. Me qued¨¦ blanco de la verg¨¹enza, cuando me dijo: 'Huele mogoll¨®n. Lo s¨¦ desde hace a?os'. Hab¨ªa perdido toda autoridad al respecto. Desde entonces se encarga su madre de hablar de determinados temas. Yo perd¨ª mi oportunidad. Siempre me lamentar¨¦ por ello".
6. Otra cosa es exhibirse...
"Yo he consumido marihuana, pero hace tiempo que lo dej¨¦", confiesa Mar¨ªa. Y a?ade: "Si hoy siguiera fumando, no lo har¨ªa en casa. Tampoco me esconder¨ªa, pero evitar¨ªa hacerlo delante de ¨¦l. Te lo digo porque he vuelto a fumar tabaco hace poco, y as¨ª es como lo hago". El psic¨®logo familiar Miguel Prada coincide: "Una cosa es mentir y otra normalizar el consumo, haci¨¦ndolo delante de ellos. Adem¨¢s, est¨¢ el componente f¨ªsico: los hijos se convierten en fumadores pasivos, y eso les puede generar problemas respiratorios, e incluso plantar los primeros pilares para una futura adicci¨®n".
7. Di¨¢logo, s¨ª, pero, ?c¨®mo?
"No existen unas palabras m¨¢gicas porque cada adolescente es un mundo", advierte la psic¨®loga De Vicente. Y se?ala unas pautas: "Lo correcto es establecer un di¨¢logo con ellos sin cerrarles puertas, y que los hijos conf¨ªen en ti. Explicarles, desde tu experiencia como consumidor, las cosas negativas que comporta". Prada a?ade: "Los padres que beben vino o fuman tabaco en casa, no tienen problema en decirles a sus hijos que es algo malo, que nunca deben hacer. En el caso de consumo de marihuana no deber¨ªan verlo m¨¢s problem¨¢tico. La clave es dejar clara tu postura, esto es: t¨² est¨¢s haciendo las cosas mal, ellos no deben seguir tu ejemplo. Aunque al final har¨¢n lo que ellos quieran, porque esa s¨ª es una regla general, esa postura siempre la tendr¨¢n en cuenta".
Agustina y Alfonso adelantan c¨®mo ser¨¢ su di¨¢logo con su hija, una vez llegado el momento: "Har¨ªamos hincapi¨¦ en que la adolescencia es el momento de encontrar tu yo m¨¢s intimo y afrontar lo que te rodea y a d¨®nde perteneces, el momento de luchar por lo que crees, y que el uso de la marihuana u otras sustancias pueden provocar la reacci¨®n contraria y hacerte perder batallas".
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