Profetas de la democracia
Retornamos estos d¨ªas a la furia moral, exasperada e irracional de los que aspiran a derribarlo todo para construirlo todo
Se cumplen 40 a?os de las primeras elecciones en libertad y la cr¨ªtica a la democracia del 78 se ha convertido en un lugar com¨²n. Nada malo hay en la cr¨ªtica en s¨ª. Como se?alaba Javier Pradera, jefe de Opini¨®n de este diario, en su premonitorio ensayo de 1994 Corrupci¨®n y pol¨ªtica: los costes de la democracia (Galaxia), las tensiones entre hechos y valores, entre el ser y el deber ser, son la savia misma de la democracia. Pero advert¨ªa del peligro de enfrentar la democracia como ideal y como realidad pues en ese contraste inevitablemente se constatar¨ªa que ninguna democracia funciona como ordenan los textos constitucionales.
El problema, seg¨²n Javier Pradera, era que la verificaci¨®n de ese natural desfase, que cualquiera podr¨ªa llevar a cabo en cualquier tiempo y lugar que uno quisiera elegir de la vida democr¨¢tica de cualquier pa¨ªs, llevara a tomar esa discrepancia como la demostraci¨®n de que se vive en un sistema autoritario. Lo que le permit¨ªa concluir que ¡°esa democracia intransigente, defendida tanto desde la derecha como de la izquierda, lleva a la pira las democracias existentes en nombre de las democracias imaginarias¡±.
Ah¨ª estamos. Como predijo, bajo el manto supuestamente joven, moderno y radical de la reivindicaci¨®n de una aut¨¦ntica democracia, retornamos estos d¨ªas a algo tan viejo, da?ino y espa?ol como la furia moral, exasperada e irracional de los que aspiran a derribarlo todo para construirlo todo.
Son muchos los que desde esa intransigencia exaltada asedian a nuestra democracia con jeremiadas que exasperar¨ªan sin fin a Javier Pradera. Unas veces reclamando el derecho a separarse de un Estado autoritario (Josep Guardiola). Otras transformando a una Espa?a ?por fin europea! en una colonia de Alemania (Irene Montero) o aturdiendo los sentidos con una tan arrogante como insufrible jerga sobre el proceso ¡°destituyente¡±, ¡°el r¨¦gimen del 78¡±, ¡°la trama¡± o ¡°el estado de excepci¨®n democr¨¢tico¡±. Como se?alaba Pradera, a pesar de las merecid¨ªsimas cr¨ªticas a la democracia espa?ola por el c¨ªrculo vicioso de corrupci¨®n institucional y financiera creado por unos partidos pol¨ªticos cerrados en s¨ª mismos, el principal residuo del franquismo es que, todav¨ªa hoy, en este pa¨ªs parece haber m¨¢s democracia que verdaderos dem¨®cratas. @jitorreblanca
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