Alimento para est¨®magos y cerebros en N¡¯Zikro
El programa de comedores de Costa de Marfil facilita la escolarizaci¨®n y la seguridad alimentaria con un partenariado de gobierno, PMA y comunidades locales
El comedor, aseado y simple, se empieza a llenar de ni?os uniformados que se lavan las manos antes de entrar. En el men¨² de hoy, un nutritivo plato de arroz con salsa de espinacas y pescado, que se cocina en grandes perolas al aire libre, situadas sobre peque?as hogueras y bajo la atenta mirada de una voluntaria que remueve su contenido. Jarras de agua fresca completan la carta.
Es el grupo escolar de N¡¯Zikro, un pueblo a pocos kil¨®metros de Aboisso, una localidad del este de Costa de Marfil, situada a un centenar y pico de kil¨®metros de la capital econ¨®mica del pa¨ªs, Abiy¨¢n. Por el camino hacia Ghana, se pasan chaparrones intermitentes, retazos de selva y exuberantes cultivos de pi?a tropical hasta llegar aqu¨ª. Es un lugar tranquilo, sencillo, con carreteras de tierra y unas pocas casas desperdigadas entre los ¨¢rboles.
En N¡¯Zikro hay dos escuelas de primaria y una de infantil. Las de primaria son las que tienen acceso al programa de comedores escolares que el gobierno de Costa de Marfil mantiene en todo el territorio nacional, auxiliado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y apoy¨¢ndose en las comunidades locales de agricultores y vecinos. Hay m¨¢s de 600 ni?os matriculados en este complejo escolar concreto y todos ellos tienen derecho a un almuerzo que parte su horario de estudios y garantiza seguridad alimentaria y escolarizaci¨®n a un tiempo. M¨¢s de un mill¨®n de escolares marfile?os se benefician del programa de comedores escolares este curso. Un ni?o de cada tres menor de 5 a?os sufre desnutrici¨®n cr¨®nica en el pa¨ªs, y un 40% de ellos se sit¨²a en las zonas m¨¢s empobrecidas, sobre todo rurales y en el norte y oeste de Costa de Marfil, seg¨²n datos de Unicef.
¡°Los comedores escolares luchan contra la malnutrici¨®n y la inseguridad alimentaria que existen en nuestro pa¨ªs y tambi¨¦n contra el absentismo escolar¡±, explica Jules Sey Bi, subdirector encargado del aprovisionamiento de las cantinas escolares por parte del Ministerio de la Educaci¨®n Nacional y la Ense?anza T¨¦cnica. La asistencia a clase del ciclo de primaria es del 71,8% en los ni?os y el 64% de las ni?as en el pa¨ªs, seg¨²n datos de Unesco. ¡°Si est¨¢n bien alimentados, van a estudiar mejor. Hace falta nutrirse para aprender y trabajar bien. Adem¨¢s, nadie se queda en casa porque no hay comida. Con este programa podemos dar un almuerzo cada d¨ªa que van al colegio", a?ade Bi, que matiza que el gobierno colabora con las comunidades locales organizadas. "Aqu¨ª el Gobierno provee al comedor dos d¨ªas a la semana y la comunidad otros dos. Hay voluntarias que se han movilizado para preparar la comida hoy¡±, ejemplifica Bi.
Si los ni?os comen y trabajan bien, la comunidad y el pa¨ªs ganan
El programa de comedores escolares abarca todo el territorio marfile?o. Hay 41 direcciones regionales de la Educaci¨®n Nacional y el PMA est¨¢, hoy, especialmente presente en siete de ellas, en el norte y oeste del pa¨ªs, donde se encarga directamente de las cantinas escolares. En las otras 34, presta su apoyo t¨¦cnico y financiero al Gobierno, tanto a la hora de facilitar los transportes del personal que supervisa los comedores como con formaci¨®n en nutrici¨®n y otras cuestiones. El PMA elige las zonas del pa¨ªs en las que se ocupa de los comedores escolares en base a los niveles de malnutrici¨®n e inseguridad alimentaria, adem¨¢s de las tasas de inscripci¨®n en el colegio y absentismo escolar.
Comer y estudiar
Hoy le toca preparar la comida a la comunidad. Mientras la cocinera voltea el arroz con una enorme cuchara de palo, ponen una mesa especial para los visitantes que llegan de Abiy¨¢n esta ma?ana. Est¨¢ avituallada con pescado en salsa de man¨ª, pescado en sauce graine y refrescos. En ella se sientan Bi y su colega, Yanou Y¨¦o, jefe de la Divisi¨®n de Seguimiento y Evaluaci¨®n de la Direcci¨®n de Cantinas Escolares. Tambi¨¦n un peque?o equipo del PMA.
Los visitantes hacen fotos y prueban la comida de los ni?os, gustosa y ligera, adem¨¢s de hablar con los responsables del complejo escolar y la comunidad. Tambi¨¦n sacan fotos a los lemas c¨ªvicos que figuran en las paredes, escritos con una caligraf¨ªa cuidada y que rese?an la importancia de lavarse las manos antes de comer o invitan a comer en silencio. Los representantes de la comunidad de agricultores de la zona esperan respetuosamente el final del almuerzo para mantener una reuni¨®n con la comitiva visitante. Todo se desarrolla de manera ceremoniosa y cordial.
¡°Por parte del Gobierno, este a?o, hay 750.000 ni?os que se benefician del programa de comedores escolares¡±, explica Bi, mientras el turno de los m¨¢s peque?os se despliega ruidosamente entre las mesas de madera. ¡°En este a?o escolar y en todo el territorio marfile?o el PMA incorpora 200.000 menores m¨¢s. En total, hablamos de poco m¨¢s de un mill¨®n para un programa que funciona desde 1989 y que comenz¨® con 277 cantinas. Actualmente funcionan alrededor de 5.600¡±, a?ade Bi.
Este grupo escolar concreto parte de una escuela que se abri¨® en 1957 y se rehabilit¨® en 2015 con fondos de Unicef. Hoy forman parte de ¨¦l dos escuelas de primaria y otra de infantil que depende, en este ¨²ltimo caso, del Ministerio de Asuntos Sociales. La primera escuela acoge a 280 ni?os, en la segunda son 360. En cada centro hay seis clases y si se a?aden las tres de infantil, se computan 15 aulas en total, con una media de unos 50 alumnos por cada una.
¡°Los ni?os vienen de manera regular a clase gracias a la cantina, porque antes nos dimos cuenta de que no hab¨ªa una regularidad¡±, precisa uno de los directores del complejo escolar de N¡¯Zikro, Salami Gandounou. ¡°Antes ven¨ªan por la ma?ana, pero no los ve¨ªamos por la tarde. Se iban a comer a sus casas y no regresaban. Hicimos el comedor y ahora los ni?os vienen de manera regular. La tasa de absentismo ha bajado desde que comenzamos con el proyecto y los resultados han mejorado. Despu¨¦s de cinco a?os, el 100% de los ni?os pasan de curso. As¨ª que el comedor es muy bueno para los ellos, para la comunidad educativa y para el pueblo¡±. Gandounou es taxativo: si los ni?os comen y trabajan bien, la comunidad y el pa¨ªs ganan.
La comunidad de N¡¯Zikro est¨¢ empobrecida y el comedor escolar se ha revelado como una f¨®rmula de apoyarla a todos los niveles. El representante de la cooperativa agr¨ªcola local encargada de aprovisionar los comedores escolares se llama Daouda Konat¨¦ y explica que se integraron en el proyecto en 2013. ¡°Lo que cultivamos lo dividimos en tres partes: dos partes para la venta y otra para la cantina. Si es pl¨¢tano, se divide en tres. Si es mandioca, se divide en tres. Nos hemos beneficiado de un proyecto del Banco Mundial para cultivar mandioca y hacer attiek¨¦ (s¨¦mola de mandioca) que tambi¨¦n viene para la cantina¡±. El PMA apoya, adem¨¢s, a las comunidades con semillas, herramientas y formaci¨®n en t¨¦cnicas agr¨ªcolas.
La idea es que, cuando desaparezca el PMA, las comunidades puedan mantener el sistema y prosperar
El gobierno organiza el sistema de comedores de tal manera que colectan y reciben informaci¨®n de las diferentes inspecciones regionales, seis en el caso de Aboisso, y pasan directrices y se comunican con el terreno a trav¨¦s de esas mismas inspecciones. Trabajan en dos sentidos: con un programa que garantiza el suministro de alimentos a los comedores escolares y se dirige a la comunidad educativa y con otro que incide en la movilizaci¨®n, la formaci¨®n y el empoderamiento de las comunidades locales que son sus socias. La idea es que, cuando desaparezca el PMA, las comunidades puedan mantener el sistema y prosperar.
Al finalizar el segundo turno de almuerzo, el de los mayores, los ni?os tienen una pausa para reposar la comida en el patio de tierra o en sus propias casas y jugar, repasar su cuaderno de ejercicios y preparar las clases de la tarde. Tras un par de horas de lecciones, volver¨¢n con sus familias hasta el d¨ªa siguiente.
Las risas se espacian en una sobremesa so?olienta hasta que los visitantes del PMA salen del comedor y se dirigen a su veh¨ªculo. Los ni?os dispersos por los alrededores de la escuela se acercan a curiosear y posar para que les saquen fotos. La expedici¨®n gubernamental termina y se encamina tambi¨¦n a su propio veh¨ªculo, cortes¨ªa del PMA. Queda una hora para atravesar Bonua y Bassam y llegar a los embotellamientos de Abiy¨¢n y los chiquillos se despiden con un tremolar de palmas de mano y sonrisas blancas en una nube de polvo rojo.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
Archivado En
- ?frica
- Centros educativos
- Infancia
- Cuidado corporal
- Bienestar
- Educaci¨®n
- Organizaciones internacionales
- Estilo vida
- Medicina
- Problemas sociales
- Comedores escolares
- Salud
- Relaciones exteriores
- Sociedad
- Derechos ni?o
- Malnutrici¨®n
- Analfabetismo
- Costa de Marfil
- Espacios educativos
- ?frica subsahariana
- ?frica occidental
- Nutrici¨®n
- Planeta Futuro