Vestidas para ejercer el poder

?Est¨¢ Melania Trump tomando lecciones de estilo de Claire Underwood, la primera dama de la serie? House of Cards? Eso insin¨²an Vanessa Friedman, la influyente cr¨ªtica de moda de The New York Times, y otras publicaciones que han encontrado parecidos razonables entre los roperos de ambas.

Al personaje de Robin Wright, desde luego, jam¨¢s lo cazar¨ªan con un abrigo con cientos de aplicaciones multicolor como el que llev¨® Trump en Sicilia ¡ªla pieza de Dolce & Gabbana levant¨® pol¨¦mica por su precio, unos 46.000 euros¡ª, pero en esa misma gira internacional la reciente inquilina de la Casa Blanca s¨ª llev¨® varios trajes con el sello Underwood. Parti¨® en el avi¨®n presidencial con una falda tubo de piel color caramelo de Pierre Herv¨¦ y un jersey blanco ce?ido que cumpl¨ªa con todas las prescripciones del estilo House of Cards: sastrer¨ªa, l¨ªneas limpias, tonos discretos y un corte que implique cierta marcialidad, indicando que la ropa se est¨¢ usando como armadura y no como campo para la creatividad, a lo Michelle Obama. Ambas, Claire y Melania, se refugian en la marca Michael Kors cuando quieren demostrar que controlan la situaci¨®n y las dos tienen una obsesi¨®n con enfatizar la cintura. En el caso de Trump, colocando maxicinturones por encima de casi todo lo que se pone, ya sean abrigos o vestidos de noche.

En realidad, las similitudes entre ellas empiezan y acaban en la moda. Melania Trump tiene escaso inter¨¦s en el poder, incluso el simb¨®lico que le toca como consorte. Hace unos d¨ªas se mud¨® a la Casa Blanca con su hijo Barron, de 11 a?os, y ha tenido que repetir en varias ocasiones que lo hace ¡°muy ilusionada¡± para disipar la sensaci¨®n de que la han arrastrado all¨ª. Sigue sin concretar en qu¨¦ ¨¢reas centrar¨¢ su trabajo como primera dama de EE?UU y cuenta con un equipo menor que el de sus predecesoras. Por el contrario, a la protagonista de House of Cards no le interesa otra cosa que no sea el poder. Termin¨® la cuarta temporada como candidata a la vicepresidencia, formando d¨²o electoral con su marido, y durante la quinta, que Netflix colg¨® completa hace unos d¨ªas, conserva su sed de mando. Sin caer en el spoiler, se puede decir que Claire se enfrenta a cambios que se reflejan tambi¨¦n en su vestuario. Menos faldas de tubo y m¨¢s pantalones de pernera ancha.

Sin abandonar las camisas blancas entallad¨ªsimas y los vestidos sin mangas ¡ªtic que el personaje comparte con Melania¡ª, la directora de vestuario Kemal Harris ha incorporado un aire ¡°militarista¡±, seg¨²n explic¨® a Los Angeles Times. Eso implica escotes m¨¢s cerrados y botones en fila. El vestido m¨¢s representativo de ese nuevo estilo, en dos tonos de azul y con dos largas hileras de botones ¡ªcomo muchas otras piezas del vestuario¡ª, lo hizo a medida la propia Harris. ¡°Usar¨ªa la palabra ¡®dictador¡¯ porque es as¨ª como Claire se ve cuando se mira en el espejo. Ella es as¨ª, aunque los dem¨¢s no lo comprendan del todo¡±, explic¨®. A¨²n as¨ª, Underwood resulta manipuladoramente sexy. ¡°Lo es incluso cuando est¨¢ completamente cubierta¡±, cree Harris, que se incorpor¨® a la serie por deseo de Robin Wright, a quien viste fuera de la pantalla. ¡°Aunque lleve pantalones no es un estilo aburrido. Son de pierna larga y los lleva con una blusa o un jersey de cuello alto. Usa su imagen para desarmar o confundir a sus enemigos porque todo lo que lleva se ha ajustado a su medida hasta el ¨²ltimo cent¨ªmetro¡±, a?ade. Los colores que luce en esta temporada, verde oliva, azul marino, negro y burdeos tambi¨¦nreflejan un estado de batalla permanente.

Sin llegar a esa rigidez, Trump, que hasta ahora vest¨ªa con un estilo m¨¢s cercano a Palm Beach que a Washington, tambi¨¦n ha incorporado las chaquetas abotonadas y los abrigos estrictos a su vestuario y, al contrario de Michelle Obama, parece huir de los estampados. Curiosamente, en la ¨²ltima entrega es Underwood la que parece tomar apuntes del estilo de Trump, con un vestido de connotaciones mucho m¨¢s suaves en el mismo azul beb¨¦ que la primera dama llev¨® en la toma de posesi¨®n. Eso s¨ª, el peinado, corto y con una onda frontal que quiere invocar una estudiada relajaci¨®n, es puro estilo Hillary Clinton.