La ciudad ilegal en Am¨¦rica Latina
De los asentamientos humanos a la econom¨ªa urbana
En 1963 Am¨¦rica Latina dej¨® de ser una regi¨®n con poblaci¨®n predominantemente rural y campesina para empezar a ser urbana y citadina. Los habitantes de las ciudades crecieron aceleradamente: si en 1950 el 41% de la poblaci¨®n viv¨ªa en ciudades para 2010 lleg¨® al doble (82%). Este proceso produjo un despoblamiento del campo, el cierre del ciclo de la migraci¨®n rural / urbana y la apertura de la migraci¨®n internacional.
Desde la segunda posguerra, la migraci¨®n poblacional del campo a la ciudad gener¨® una presi¨®n demogr¨¢fica sin precedentes que condujo a la aparici¨®n de los llamados asentamientos humanos precarios, que desbordaron la mancha urbana consolidada para formar las favelas en Brasil, Villas Miseria en Argentina, Barrios de Rancho en Venezuela, Colonias populares en M¨¦xico y Pueblos J¨®venes en Per¨². Adicionalmente produjo el nacimiento de un nuevo sujeto urbano cuyas demandas superaron la capacidad de respuesta de la institucionalidad p¨²blica.
Seg¨²n Hardoy y Satterthwaite, a partir de esta realidad se construy¨® la presencia dicot¨®mica que caracteriz¨® la ciudad Latinoamericana: informalidad/formalidad o ilegalidad/legalidad, constituida a partir de tres fuentes:
- La invasi¨®n de terrenos (ruptura de la propiedad del suelo).
- La captura irregular de los servicios (energ¨ªa el¨¦ctrica).
- La ausencia de respeto a las normas urban¨ªsticas y de construcci¨®n que, a su vez, condujeron a que el sector p¨²blico desconozca estos asentamientos y, por tanto, les niegue el acceso a la propiedad, a los servicios y a los recursos financieros.
Este tipo de urbanizaci¨®n deriv¨® en lo que varios autores calificaron como la ciudad dual, entre ciudad legal e ilegal, y en la disociaci¨®n hist¨®rica entre ciudad y urbanizaci¨®n o urbanizaci¨®n sin ciudad.
M¨¢s de medio siglo despu¨¦s, la ilegalidad de la ciudad ya no proviene de los asentamientos humanos, porque las invasiones pr¨¢cticamente han desaparecido, la mayor¨ªa de ellos han sido regularizados y la migraci¨®n del campo a la ciudad se cerr¨®. Hoy la ilegalidad de la ciudad en Am¨¦rica Latina se ubica en otra esfera: la econom¨ªa urbana, bajo tres formas claras y espec¨ªficas:
- a trav¨¦s de los mercados ilegales, estructurada por una red global del crimen que conforma un conjunto de relaciones interurbanas mundiales compuesta por nodos (ciudades) y rutas. En el a?o 2012 Am¨¦rica Latina recibi¨® 130 mil millones de d¨®lares por lavado de recursos provenientes del narcotr¨¢fico ¡ªun monto similar al de la inversi¨®n extranjera directa¡ª y 69 mil millones por remesas enviadas por los migrantes. Esta inyecci¨®n de recursos econ¨®micos explica el boom inmobiliario, el crecimiento del parque automotor y el desarrollo de los centros comerciales, entre otros, en un contexto ¡ªparad¨®jicamente¡ª de crisis econ¨®mica.
- En segundo lugar, est¨¢n los recursos econ¨®micos que mueven las pol¨ªticas urbanas a trav¨¦s de dos v¨ªas: por un lado y como ejemplo, la administraci¨®n de los desechos s¨®lidos y del transporte en algunas de las ciudades y por otro, el peso de la corrupci¨®n a gran escala ¡ªcomo el caso de Odebrecht recientemente descubierto¡ª tanto en la financiaci¨®n de las campa?as electorales como tambi¨¦n en la producci¨®n de grandes proyectos urbanos: v¨ªas, metros, aeropuertos, puertos y energ¨ªa el¨¦ctrica, entre otros. Esto da que pensar que se estar¨ªa formando un estado mafioso, al que confluyen por la v¨ªa electoral algunos representantes directos de la Red Global del Crimen como, por ejemplo, del Cartel de Sinaloa en M¨¦xico, de las bandas criminales en Colombia, de las mafias en Venezuela o de los comandos en Brasil.
- En tercer lugar, est¨¢n los altos costos que el crimen y la violencia incurren: seg¨²n estimaciones del BID, en Am¨¦rica Latina el costo de la violencia lleg¨® a la cifra de 120 mil millones de d¨®lares anuales. Hoy la violencia es el imaginario m¨¢s potente que tienen los habitantes de las ciudades en la regi¨®n, tanto que se ha convertido en un principio urban¨ªstico, en un punto de partida para la inversi¨®n, en elemento constructor de la cotidianidad.
Si en el per¨ªodo anterior la ilegalidad estuvo vinculada a los asentamientos humanos en la periferia, hoy parece m¨¢s bien estar relacionado a la econom¨ªa urbana. Si esto es as¨ª, ello supone un cambio significativo en la cuesti¨®n urbana en Am¨¦rica Latina. La desigualdad tendr¨ªa un componente adicional muy complejo de asimilarse.
Fernando Carri¨®n M. es profesor investigador en FLACSO-Ecuador. Ha publicado m¨¢s de 1.000 art¨ªculos period¨ªsticos, 200 acad¨¦micos y 35 libros. Su ¨²ltimo se denomina ¡°Ciudades resistentes, Ciudades Posibles¡±, publicado por la UOC en Barcelona y co-editado con Jordi Borja y Marcelo Corti.
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