La primera comuni¨®n
Los Bustamante trabajan m¨¢s en equipo ahora que est¨¢n separados
El divorcio de Paula Echevarr¨ªa y David Bustamante amenaza con ser interminable. Observando la peripecia en que se convirti¨® la primera comuni¨®n de Daniella Bustamante, record¨¦ la tensa relaci¨®n que mi madre ten¨ªa con esa celebraci¨®n. ¡°La hice por el vestido¡±, nos inform¨® a mi hermano y a m¨ª, a¨²n muy ni?os. ¡°Me convencieron con el traje, que no era de poli¨¦ster, porque a¨²n no se hab¨ªa inventado, pero s¨ª de un tejido que picaba, aunque era result¨®n¡±. Mi hermano ya hab¨ªa o¨ªdo esta historia pero yo estaba alarmado. ¡°Mami, ?ser¨¢ que no quieres que hagamos la primera comuni¨®n?¡±, pregunt¨¦ redicho, un poco revelando mi secreta admiraci¨®n porque ser¨ªamos los ¨²nicos en nuestro grupo de amigos que no la har¨ªan. ¡°Puedes hacerla el d¨ªa que te d¨¦ la gana y cuando de verdad est¨¦s convencido¡±, respondi¨® ella, y mi padre se la llev¨® a parte quiz¨¢s para reprenderle esta postura ideol¨®gica tan frontal viniendo de una madre. Mi mam¨¢ era una mujer totalmente distinta de las madres que yo conoc¨ªa. Consigui¨® lo que quer¨ªa: yo ando por la vida sin haber hecho la primera comuni¨®n.
Pero eso no me excluy¨® de asistir a las comuniones de mis compa?eros del colegio. Y de atiborrarme con sus postres y meriendas, porque mis padres ya eran macrobi¨®ticos en ese entonces, unos modernos con poco que ver con Paula y David. La ¨²nica oportunidad que ten¨ªa de devorar s¨¢ndwiches de queso crema, tartas de helado, islas flotantes, coca colas y chantilly de fresa era en esas primeras comuniones. Hasta que una de las madres descubri¨® que yo acud¨ªa como invitado glot¨®n y no como comulgante, entonces llamaron a mi mam¨¢ y ella les desvel¨® su voluntad de criarnos ateos y macrobi¨®ticos hasta que decidi¨¦ramos otra cosa. Los desmadres nutricionales se hicieron menos frecuentes.
El laicismo de mi mam¨¢ fue sincero (mis hermanos se han bautizado siendo adultos) pero infatigable. Si hubiera estado viva para ver esta primera comuni¨®n Bustamante-Echevarr¨ªa, se habr¨ªa quedado impactada con el despliegue de vestuario e invitados, el baile de los pap¨¢s en perenne proceso de divorcio y el desparrame de az¨²cares y grasas saturadas en la cordillera c¨¢ntabra. Todo ese desvivirse por ofrecer una imagen de hipernormalidad, de familia religiosa, separada pero unida por las tradiciones y la glucemia a mam¨¢ le habr¨ªa provocado dar un peque?o golpe en la mesa. Habr¨ªa dicho que todo era consumismo e imagen. Bel¨¦n era as¨ª, yo en cambio lo vi todo colorido y edulcorado como un merengue sint¨¦tico que regala el ?Hola!, en un reportaje que fue planeado y trabajado con mimo, ofreciendo una imagen buena y familiar de la bella actriz. Pero por sorpresa salt¨® la noticia de que ya tiene un nuevo amigo, una nueva ilusi¨®n. Y eso, con los dimes y diretes, los desmentidos, las buenas y malas intenciones estamp¨® un fastidioso lampar¨®n en la campa?a.
En cualquier caso, se ratific¨® que los Bustamante trabajan m¨¢s en equipo ahora que est¨¢n separados. El equipo ser¨¢ la gran reivindicaci¨®n de la d¨¦cada. Si la pareja funciona como sinergia consigue m¨¢s ¨¦xito, m¨¢s contratos. El ¨²nico problema es que un equipo necesita de otros equipos. El cantante tiene el suyo y en el de la actriz hubo fallos.
Cristiano Ronaldo tambi¨¦n forma parte de un equipo y ampl¨ªa su familia usando m¨¦todos menos convencionales que los de Paula. Florentino P¨¦rez acudi¨® a Onda Cero a manifestar que ¡°todo esto de Cristiano es muy extra?o¡±. Imaginamos que se refiere, entre otras cosas, a los rumores de que el jugador podr¨ªa abandonar el Real Madrid si Hacienda insiste en reclamarle millones. Mi mam¨¢ dec¨ªa que lo que no le gustaba de Cristiano era el nombre.
Pero la verdad que cuando Hacienda aprieta, te sientes tan acorralado que anhelas poder huir. Y no lo digo por m¨ª o por Cris, sino por casos hist¨®ricos como por ejemplo Ava Gardner, que cuenta en su biograf¨ªa c¨®mo la atosig¨® Manuel Fraga para que equilibrara sus cuentas con el fisco. Cuando ella recibi¨® la factura le pareci¨® tan astron¨®mica que se march¨®, para siempre, de Madrid. ¡°Deber¨ªan haberme pagado a m¨ª por la buena publicidad que hice de la ciudad. Y del pa¨ªs¡±, escribi¨® la m¨¢s bella del mundo. La descre¨ªda actriz olvid¨® que una dictadura cat¨®lica es siempre una dictadura y que si pueden usar tu vida personal para fastidiarte, o medrar, no lo dudan ni un minuto. Hacienda tampoco duda, o duda solo a veces.
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