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CLAVES
Columna
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El pivote naranja

Los datos indican que la base de votantes que ha construido Ciudadanos se escora al centro-derecha

Jorge Galindo
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera en el Congreso de los Diputados.
El l¨ªder de Ciudadanos, Albert Rivera en el Congreso de los Diputados. KIKO HUESCA / EFE

Cuando Ciudadanos se enfrent¨® a los resultados del 20-D (y a los del 26-J) los n¨²meros parec¨ªan claros: se quedaba sin el instrumento m¨¢s poderoso en una democracia parlamentaria, el poder de veto dentro del Congreso. Este papel correspond¨ªa al PSOE, un partido que, parad¨®jicamente, no lo quer¨ªa por tener vocaci¨®n de oposici¨®n y alternativa.

Sin embargo, la evoluci¨®n de los ¨²ltimos meses ha devuelto a Albert Rivera y los suyos la capacidad de ser bisagra. Por un lado, el movimiento de Pedro Quevedo para apoyar los Presupuestos y alejarse de la l¨ªnea socialista facilita una mayor¨ªa en la cual Ciudadanos es decisivo. Por otro, la l¨ªnea roja cruzada sobre el refer¨¦ndum deja al bloque catal¨¢n fuera de juego, facilitando la estrategia de Pedro S¨¢nchez en el entendimiento ideol¨®gico cruzado con Podemos.

Ahora s¨ª, Ciudadanos ha adquirido la capacidad de veto. Pero un gran poder conlleva una gran responsabilidad, que, en democracia, puede ser un regalo envenenado. En teor¨ªa, para Rivera hay un coste claro en mantenerse junto al Gobierno mientras arrecian los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n. Pero tambi¨¦n lo habr¨ªa si rompiera el pacto actual. Los datos indican que la base de votantes que ha construido Ciudadanos se escora al centroderecha, viene sobre todo de desencantados con el PP, y no ha decrecido en los ¨²ltimos tiempos. Seg¨²n varias encuestas, de hecho, el partido ha visto repuntar sus n¨²meros. Es decir: el votante preferir¨ªa encontrar una alternativa en su espacio ideol¨®gico a pesar de que no llegase al extremo de retirar su apoyo a un partido visto como corrupto. Adem¨¢s, mientras se alimente de un solo bloque ideol¨®gico, el mestizaje le puede salir m¨¢s caro, pues es poco probable que esta base prefiera un hipot¨¦tico pacto hacia la izquierda al statu quo.

Sin embargo, no est¨¢ claro que no haya un punto en el cual el eje izquierda-derecha se vea superado por la dimensi¨®n de castigo a la corrupci¨®n, y el votante prefiera, por ejemplo, abstenerse de decidir entre la corrupci¨®n y lo que se retratar¨ªa como su muleta. La pregunta (dif¨ªcil y sin respuesta clara por ahora) para Rivera es si en alg¨²n momento deber¨ªa hacer girar el pivote naranja. @jorgegalindo

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Sobre la firma

Jorge Galindo
Es analista colaborador en EL PA?S, doctor en sociolog¨ªa por la Universidad de Ginebra con un doble master en Pol¨ªticas P¨²blicas por la Central European University y la Erasmus University de Rotterdam. Es coautor de los libros ¡®El muro invisible¡¯ (2017) y ¡®La urna rota¡¯ (2014), y forma parte de EsadeEcPol (Esade Center for Economic Policy).

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