Messi, el ¡®rey¡¯ de Argentina, vuelve a casa para casarse
Shakira, Piqu¨¦, Neymar, Luis Su¨¢rez, Cesc F¨¤bregas y ?ngel di Maria, entre los famosos que revolucionar¨¢n con su presencia la ciudad natal del futbolista, a pesar de la discreci¨®n que busca la familia
Rosario, una conocida ciudad argentina 300 kil¨®metros al norte de Buenos Aires, se prepara para la boda del a?o que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 30. Pero nadie lo dir¨ªa. El perfil bajo del clan Messi no deja de sorprender a los argentinos, tan poco acostumbrados a la discreci¨®n. Incluso en el momento de su boda, esta familia multimillonaria evita toda ostentaci¨®n. Si se compara con la de Maradona, en 1989, cuando tir¨® la casa por la ventana, invit¨® a 1.200 personas, alquil¨® el Luna Park, la sala de conciertos m¨¢s famosa de Buenos Aires, e invit¨® incluso a Fidel Castro ¨Cque al final no fue¨C, la de Messi parece una celebraci¨®n bastante normal, con 250 personas en un hotel sin muchos lujos. Incluso han despedido a la organizadora de bodas que ten¨ªan prevista, B¨¢rbara D¨ªez, la m¨¢s famosa de Argentina, esposa del alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodr¨ªguez Larreta. Los Messi pensaron que era demasiado cara y contrataron a otros m¨¢s baratos, Farina-Pavia.
Quer¨ªan algo m¨¢s normal, una obsesi¨®n de esta familia siempre preocupada por no aparentar. Y lo tendr¨¢n. Lionel Messi, que este s¨¢bado ha cumplido 30 a?os,?y Antonella Roccuzzo, su novia de toda la vida, no se casar¨¢n en alguno de los hoteles m¨¢s elegantes de la ciudad, que est¨¢n en el norte, a la ribera del r¨ªo Paran¨¢. Aparentemente, Jorge Messi, el padre, tambi¨¦n los descart¨® por una cuesti¨®n de costes. Se ir¨¢n al hotel del casino, un lugar popular de las afueras. ¡°Ellos son muy sencillos y quieren un casamiento ¨ªntimo, discreto, no quieren interrumpir la vida de la ciudad¡±, explica a EL PA?S la alcaldesa, la socialista M¨®nica Fein, entusiasmada con la imagen positiva que dar¨¢ la boda de una urbe que ha sufrido mucho el embate narco durante los ¨²ltimos a?os. De hecho, no muy lejos del hotel mataron la semana pasada en un ajuste de cuentas a la hermana del l¨ªder de Los Monos, la banda m¨¢s poderosa.
¡°Esta boda es una caricia para la ciudad, queremos mucho a Leo Messi, que elija Rosario para casarse nos llena de orgullo. Sus ra¨ªces est¨¢n ac¨¢ aunque viva fuera. Ac¨¢ se conoci¨® con Antonella. Esto tiene una connotaci¨®n muy fuerte, la ciudad est¨¢ convulsionada¡±, explica. Ella espera que esta boda ofrezca la imagen m¨¢s positiva de la ciudad del Che Guevara, Roberto Fontanarrosa y Fito P¨¢ez.
Todo en esta boda ser¨ªa bastante normal, si no fuera por los invitados. En ese ambiente tan popular, con comida tradicional argentina preparada por cocineros de Rosario y hasta con un fot¨®grafo oficial local, sin pretensiones, aparecer¨¢n algunas de las personas m¨¢s ricas y famosas de la tierra, como Shakira y Piqu¨¦, Neymar, Luis Su¨¢rez, Xavi Hernandez o Cesc F¨¤bregas, cuya pareja, Daniella Seeman, es ¨ªntima amiga de Roccuzzo. Tambi¨¦n habr¨¢ compa?eros de selecci¨®n como el Kun Ag¨¹ero, Ezequiel Lavezzi y ?ngel di Mar¨ªa.
Aunque tambi¨¦n con los invitados Messi ha lanzado un mensaje muy claro. Estar¨¢n todos sus compa?eros de la plantilla del Barcelona ¨Cmenos Iniesta, que acaba de ser pap¨¢ por tercera vez¨C y algunos masajistas y trabajadores pero ninguno de los directivos, ni siquiera Luis Enrique, que le entren¨® los ¨²ltimos tres a?os.
Los rosarinos parecen m¨¢s pendientes de estos famosos que llegar¨¢n con sus aviones privados y sus cochazos que del propio Messi. El mejor jugador del mundo es para los argentinos una especie de rey en el exilio. Es un compatriota at¨ªpico, que no responde a los c¨¢nones de excesos y protagonismo que muchos esperan de sus futbolistas. Todo en ¨¦l es diferente. Se fue de Rosario de ni?o. Y sin embargo vive en Barcelona como si siguiera all¨ª: todo su entorno cercano, incluida su futura esposa, son rosarinos. Conserva intacto el acento de su infancia, pero cuando llega a su tierra parece que sigue en Barcelona. Ahora mismo la pareja ya est¨¢ all¨ª, pero nadie los ve. Messi y Roccuzzo se refugian en la mansi¨®n que tienen a las afueras, ven a su familia, invitan a amigos de la infancia a un asado, pero no salen. No participan de la vida en la ciudad. All¨ª son due?os de un conocido bar, el VIP, pero nunca lo pisan.
Messi nunca ha querido dejar de ser ese chico de barrio que se casa con una amiga de la infancia ¨Cse conocieron a los nueve a?os¨C hija del due?o de una cadena de supermercados. Nunca quiere destacar fuera del campo. Leo ni siquiera es, como Maradona, un hombre surgido de la miseria, no tiene ese relato. Era un chico de clase media, no viv¨ªa en una chabola como Diego. Algunos medios argentinos dicen que precisamente Maradona ser¨ªa el invitado sorpresa. Es dif¨ªcil imaginar a dos personas m¨¢s diferentes. Diego es una m¨¢quina de esc¨¢ndalos y titulares. Leo se empe?a en no destacar en nada que no tenga que ver con el bal¨®n. Ni siquiera el d¨ªa de su boda.
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