Los transg¨¦nicos, materia cr¨ªtica
Un art¨ªculo del suplemento ¡®Ideas¡¯ desata protestas de algunos lectores al defender la inocuidad de los organismos modificados gen¨¦ticamente
Bajo el t¨ªtulo ¡°Ofensiva contra la ciencia¡±, este peri¨®dico dedic¨® la portada de su suplemento Ideas del domingo 18 de junio a repasar lo que se considera una nueva versi¨®n ¡°del viejo ataque a la ciencia¡± que estar¨ªa representado, dec¨ªa uno de los sumarios, por ¡°el rechace a las vacunas, el ataque a los transg¨¦nicos o la negaci¨®n del cambio clim¨¢tico¡±. Varios lectores me han escrito alabando la decisi¨®n de EL PA?S de abordar este tema, sin dejar de hacer algunas puntualizaciones al art¨ªculo principal del suplemento, firmado por el cient¨ªfico y periodista colaborador de EL PA?S Javier Sampedro. Por ejemplo, un lector de M¨¦xico, Guillermo Oliveros, se queja en un mensaje de que el autor coloque ¡°como extremos incompatibles Ciencia y Dios. Cuando no es un asunto de blanco y negro¡±. Otra lectora, Carme Garc¨ªa, cree que no hay motivo para criticar el pensamiento, aunque este sea acient¨ªfico. La mayor parte de las cr¨ªticas las ha provocado, sin embargo, la defensa de los transg¨¦nicos que se hac¨ªa en el texto.
Un lector, Diego B¨¢rcena, felicita al peri¨®dico por defender la importancia de las vacunas para a continuaci¨®n, se?alar:
¡°Me parece sorprendente que a la negaci¨®n del cambio clim¨¢tico no se le dedicara m¨¢s espacio¡±, dice, debido a la gravedad que representa para nuestra especie. ¡°Le sugerir¨ªa al autor que se atreviera a profundizar sobre (...) el cambio clim¨¢tico ya que tal vez as¨ª llegar¨ªa a la conclusi¨®n de que la revoluci¨®n verde, que impl¨ªcitamente alaba, tuvo una contribuci¨®n no descartable en el aumento de emisiones de CO2 y CH4. Con esto me refiero a la deforestaci¨®n y destrucci¨®n masiva de los suelos causada en gran parte por la ¡®revoluci¨®n verde¡¯¡±. Ya que, a?ade el lector, ¡°el hecho de que el mundo ¡®desarrollado¡¯ haya tenido la ¡®panza llena¡¯ (no solo los ecologistas) durante dos o tres generaciones, ha condenado a futuras generaciones a vivir en un planeta mucho m¨¢s hostil de lo que lo ha sido en los ¨²ltimos 20.000 a?os¡±.
Y a?ade: ¡°El autor no presenta ning¨²n argumento v¨¢lido en defensa de los transg¨¦nicos, y en ning¨²n momento contrasta [sus afirmaciones] con visiones cr¨ªticas hacia la agricultura extensiva e industrializada, sobre todo en materia de mantenimiento de la biodiversidad (¡) Por ¨²ltimo, y en resumen, insisto en que la divulgaci¨®n cient¨ªfica necesita de argumentaci¨®n rigurosa. En el apartado de vacunas aplaudo el esfuerzo del autor sobre un tema tan importante. En el apartado de organismos modificados gen¨¦ticamente (OMG) lo repruebo por falta de objetividad ya que ni se le ocurre aludir al hecho que la bio-agrotecnolog¨ªa puede tener efectos da?inos para el medio ambiente. En el apartado de cambio clim¨¢tico queda m¨¢s que reprobado¡±.
Otro lector, Daniel L¨®pez Garc¨ªa, que se presenta como bi¨®logo y doctor en Agroecolog¨ªa por la Universidad Internacional de Andaluc¨ªa, no se limita en su mensaje a disentir de lo expuesto por Sampedro, sino que lanza un virulento ataque contra este peri¨®dico en su conjunto:
¡°Como cient¨ªfico, como agricultor, pero especialmente como ciudadano, me preocupa la banalizaci¨®n de la ciencia en que est¨¢ incurriendo repetidamente el peri¨®dico EL PA?S. Especialmente en cuestiones agroalimentarias, que son las que me tocan m¨¢s de cerca en mi actividad investigadora. De hecho, pareciera que EL PA?S haya puesto en marcha desde hace un tiempo su propia ¡®ofensiva contra la ciencia¡¯, pero especialmente contra el rigor cient¨ªfico y, por extensi¨®n, contra el rigor period¨ªstico¡±.
El lector califica al art¨ªculo de, ¡°ejercicio de sensacionalismo de muy baja calidad¡±, y acusa al autor de no contrastar la informaci¨®n. A su juicio este texto, como otros anteriores, ¡°contradicen una gran cantidad de publicaciones cient¨ªficas del m¨¢s alto nivel, en relaci¨®n con los cultivos y alimentos transg¨¦nicos. Publicaciones cient¨ªficas que, por supuesto, no tienen en cuenta en sus art¨ªculos, quiz¨¢ porque no la conocen¡±.
He trasladado las quejas a Javier Sampedro que responde a las cuatro objeciones principales lo siguiente:
¡°Deb¨ª dedicar m¨¢s espacio al clima. Lo admito, pero solo como torpeza. Decid¨ª pasar de reojo por el cambio clim¨¢tico porque pens¨¦ que era un asunto m¨¢s manido y menos pol¨¦mico. Tal vez fue un error, pero no hay ninguna mano invisible detr¨¢s de ello. ?No somos tan listos como el lector piensa!
La revoluci¨®n verde disparada por el premio Nobel de la Paz Norman Borlaug ha producido emisiones de gases de efecto invernadero, por supuesto, como lo hace toda agricultura desde hace 10.000 a?os. Es el precio de alimentar a la poblaci¨®n, y un precio que muchos pagamos sin complejos para ese fin. Ahorrar energ¨ªa es una buena estrategia, pero ni una sola persona deber¨ªa pasar hambre por ello.
EL PA?S no es una revista cient¨ªfica. Hay 5.000 revistas cient¨ªficas en el mundo, y los peri¨®dicos nos dedicamos a otra cosa: a ayudar al lector general a comprender la realidad. En la secci¨®n de ciencia de este peri¨®dico, Materia, informamos a diario sobre los avances cient¨ªficos, y colgamos ah¨ª las referencias t¨¦cnicas necesarias. Eso es informaci¨®n de primer grado. El suplemento Ideas propone enfoques de segundo grado, m¨¢s pr¨®ximos al ensayo y destinados a plantear debates a la sociedad. De todos modos, para las publicaciones t¨¦cnicas, recomiendo al lector la p¨¢gina PubMed, la gran biblioteca p¨²blica de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. La b¨²squeda de ¡°GMO¡± (organismos gen¨¦ticamente modificados, en sus siglas inglesas) le devolver¨¢ 1.200 art¨ªculos.
Una cr¨ªtica com¨²n es que mi art¨ªculo responde a una supuesta maniobra de la direcci¨®n de este diario para perder el rigor cient¨ªfico que lo caracterizaba antes, banalizar la ciencia ¡°especialmente en cuestiones agroalimentarias¡± y, en general, empezar a generar un ¡°sensacionalismo de muy baja calidad¡±. Todo esto es rigurosamente falso. Que yo no haya recibido ninguna presi¨®n para escribir lo que he escrito es casi lo de menos. Lo esencial es que este diario ha mantenido la misma l¨ªnea editorial sobre los transg¨¦nicos durante los ¨²ltimos veinte a?os. Consiste en pegarse siempre a la mejor ciencia disponible. No hay trama por aqu¨ª¡±.
Por mi parte, considero que el suplemento Ideas aborda temas de inter¨¦s general y de ¨ªndole muy diversa con af¨¢n de plantear debates y no con pretensi¨®n de estudio exhaustivo. Desde esa perspectiva hay que juzgar todos los temas abordados, desde el que analizaba el fen¨®meno del reforzamiento de los grupos como respuesta a una era de individualismos, hasta el que se ocupaba del impacto de las nuevas tecnolog¨ªas en la sociedad. O el que trataba de la ofensiva contra la ciencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.