Vacile
Esa respuesta desde?osa hacia el Tribunal Constitucional se enmarca en una semana de preocupantes se?ales
Fueron grotescas declaraciones del ministro de Hacienda en las que afirm¨® que a la amnist¨ªa fiscal ordenada bajo su mandato se acogieron m¨¢s socialistas que populares. ?Cu¨¢l es la idea que se esconde debajo de una frase as¨ª? Se podr¨ªa pensar que el ministro de Hacienda revisa las declaraciones de la renta de cada persona f¨ªsica para ver c¨®mo se comportan los socialistas y c¨®mo los podemitas y c¨®mo los populares. O a lo mejor lo hace por sectores profesionales y as¨ª llega a conclusiones tan peregrinas como las que lanz¨® en el Parlamento hace a?os, cuando asegur¨® que los actores y los periodistas, as¨ª a cascoporro, eran defraudadores. Tambi¨¦n corri¨® la semana pasada a decir que un futbolista que presuntamente ha defraudado al fisco casi 15 millones de euros no deb¨ªa ser tratado de manera cr¨ªtica porque la Liga de Primera es marca pa¨ªs.
Los espa?oles no se merecen, reci¨¦n concluido el periodo de pago de impuestos, recibir mensajes tan vacilones desde la m¨¢xima autoridad pol¨ªtica. Son fechas de pago obligatorio que servir¨¢ para costear las necesidades b¨¢sicas del Estado. Pero tampoco los honestos funcionarios de la Agencia Tributaria merecen un responsable pol¨ªtico que enmara?a su labor, que lanza un mensaje a la opini¨®n p¨²blica desmoralizante, donde la esencia de la labor recaudatoria es premiar a los amigos y castigar a los enemigos. La sentencia del Constitucional donde se reprobaba la forma en que se hab¨ªa procedido con la amnist¨ªa fiscal apuntaba a la esencia de este conflicto. Al decir que la autoridad fiscal hab¨ªa abdicado de su labor y provocado el agravio por el que unos contribuyentes afrontaban exigencias y otros eran agasajados por su fraude, se?alaba al exacto tono que adopta el ministro en sus comparecencias parlamentarias. Una desigualdad formal que lleva a pensar que utiliza los datos oficiales para su agenda pol¨ªtica m¨¢s procaz y oportunista.
Esa respuesta desde?osa hacia el Tribunal Constitucional se enmarca en una semana de preocupantes se?ales. Se corresponden con el sabotaje a la investigaci¨®n del caso Guateque, las declaraciones desafiantes de Granados tras su salida de prisi¨®n, el enredo de pedir comisiones parlamentarias y dimisiones para disimular la corrupci¨®n pol¨ªtica ya bajo proceso y, por supuesto, la indecente ley del silencio del rat pack del aznarismo a su paso por la Audiencia Nacional, con Cascos, Rato, Oreja, Arenas & Acebes en modelo ¡°ni me importa ni me acuerdo¡±. La solidez democr¨¢tica pende de un hilo muy fino que consiste en la confianza en las instituciones del Estado, en la ausencia de impunidades por afinidad y en el rigor de una ley id¨¦ntica para todos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.