"Nadie dec¨ªa que escuchaba a Camela pero hab¨ªa 7 millones de copias vendidas"
Han sido una de las bandas m¨¢s vendedoras del pop espa?ol, pero tambi¨¦n una de las m¨¢s denostadas. Ahora, tras 23 a?os de carrera, por fin se sienten aceptados. Ya no es tab¨² decir "escucho a Camela"
?ngeles Mu?oz (Madrid, 1974), la mitad femenina de Camela, est¨¢ bailando sin despegar las botas del suelo, haciendo el gesto de la avioneta mientras suena Chemtrails, el hit de los traperos Pimp Flaco y Kinder Malo. A su lado, Dionisio Mart¨ªn, Dioni (Madrid, 1970), agita las yemas de los dedos y gira sobre su eje en pose flamenca. Llevan poco m¨¢s de una hora en una sesi¨®n de fotos en las que TENTACIONES les ha propuesto cambiar de registro completamente y ya se han ganado a todo el equipo a base de bromas y una predisposici¨®n que deber¨ªa ense?arse en las escuelas de promoci¨®n. Si alguien ajeno presenciase la escena, no sospechar¨ªa que esas dos personas que muestran el entusiasmo de unos primerizos llevan 23 a?os de carrera y son uno de los grupos de pop espa?ol m¨¢s vendedores de la historia. Pero eso, claro, es imposible. Porque, ?qui¨¦n no conoce a Camela?
Tu abuela, tu jefe, el camarero del bar de abajo y los que se sientan en la junta de accionistas. Todo el mundo sabe quienes son Camela y todos tienen una opini¨®n sobre ellos. Probablemente sean el grupo que m¨¢s reacciones encontradas ha generado en Espa?a en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. Del amor incondicional al desd¨¦n absoluto. Aunque eso, como nos contar¨¢n m¨¢s tarde, ha empezado a cambiar con los a?os. De momento, no han dudado en prestarse al juego. ?ngeles lleva puesto un ch¨¢ndal de perneras interminables que juega con la est¨¦tica de extrarradio creado por los dise?adores Mar¨ªa ke Fisherman, y Dioni desaf¨ªa al calor con una camiseta de manga larga de Shoop. Tampoco deber¨ªa extra?arnos: en sus portadas han posado caracterizados como piratas, al estilo Bollywood o, en su reciente Me met¨ª en tu coraz¨®n, recreando a John Travolta y Olivia Newton-John en Grease. De hecho, poco antes han descubierto un videoclub cercano en el que han intentado encontrar una copia del musical y, aunque les informan de que est¨¢ descatalogado, el lugar acaba siendo el escenario de una foto.
En un pasillo repleto hasta el techo de DVDs adoptan la pose de chuler¨ªa de barrio, pese a que ellos no tienen rastro de ella. "Es como los actores, que se tienen que meter en un papel. Pues nosotros lo mismo", explica ?ngeles poco despu¨¦s. "Nos prestamos siempre de buen rollo", contin¨²a, "siempre que se haga con cari?o. Ahora depende de c¨®mo lo enfoqu¨¦is", consciente de que en alguna ocasi¨®n los medios les han jugado malas pasadas. "Yo me r¨ªo de mi propia sombra", interviene Dioni. "Es que ya estamos por encima del bien y del mal". Se nota que han pasado por toda clase de situaciones, y han conseguido superarlas todas: desde un primer contrato discogr¨¢fico abusivo hasta la etiqueta de "m¨²sica de gasolineras". Pero ellos no se lo toman con amargura. "Ahora hay medios que se han empezado a interesar por nosotros", cuenta Dioni, "pero el mayor apoyo que hemos tenido es el del p¨²blico. Ojo, pero nosotros tambi¨¦n hemos mantenido nuestra esencia, nuestra pureza, para que sigan con nosotros".
As¨ª es: Camela no enga?an. Pasan los a?os y sabes perfectamente que sus canciones van a incluir esa mezcla entre melod¨ªas pegadizas de sintetizador y ritmos para bailar, adem¨¢s de esas letras que circulan entre todas las posibilidades que ofrece el amor y el desamor. Como AC/DC o C¨¦line Dion, tienen una f¨®rmula inmutable con la que sus fans saben que siempre pueden contar. "No sabes la de veces que nos dicen 'seguid as¨ª'. Les contestamos: '?Si no hemos cambiado ya c¨®mo vamos a hacerlo ahora?". Dioni lo corrobora: "Hoy me dec¨ªan que Camela somos una marca. Se ha dicho que es tecno-rumba, que es no se qu¨¦, pero mira, es sonido Camela. Nos escuchas y enseguida dices: 'Esto es Camela".
EL PESO DE LLAMARSE CAMELA
"Mira ni?o, 23 a?os en el panorama de la m¨²sica y el otro d¨ªa fuimos a los 40 Principales por primera vez". Dioni se dirige a un taxista que nos lleva hasta el siguiente punto de nuestra sesi¨®n de fotos. Por supuesto, los ha reconocido al instante, pese al peinado de ?ngeles y la ropa que llevan puesta. Es el momento perfecto para hablar con ellos de lo que podr¨ªamos llamar "el estigma Camela". Durante a?os, su nombre ha provocado reacciones de rechazo extremo entre mucha gente. Se les ha ninguneado y ridiculizado, pese a que sus cifras de ventas apenas tienen rival en Espa?a. Todav¨ªa, despu¨¦s de dos d¨¦cadas, no encuentran los motivos. O prefieren no decirlos.
"A lo mejor pensaban que trabaj¨¢bamos menos en la m¨²sica, o es porque nuestras letras son muy sencillas y directas", apunta ?ngeles. "Nosotros la met¨¢fora la utilizamos poco, pero es que es lo que nos ha funcionado desde el principio: cosas directas, claritas. Ha sido nuestro sello y no lo podemos cambiar". "Yo s¨¦ que hemos gustado en sitios que¡ parec¨ªa como que no", reconoce Dioni. "Que tuvieran verg¨¹enza de decir 'yo escucho a Camela' puede ser". "?Pero verg¨¹enza por qu¨¦?", interviene su cu?ada y compa?era de banda. "?Camela ha matado a alguien como para que les de verg¨¹enza? Es una m¨²sica muy sencilla pero es ¨²nica, y eso ha llegado a la gente. Nadie escuchaba a Camela, pero hab¨ªa siete millones de copias vendidas. Siempre ha habido mucho cachondeo con nosotros".
"Nunca har¨ªamos una canci¨®n sobre pol¨ªtica. De ese tema no tenemos nada que decir"
Pese a que todav¨ªa se puedan encender por un instante, los Camela actuales prefieren no darle muchas vueltas a las cr¨ªticas. A eso ha ayudado tambi¨¦n el hecho de que, poco a poco, el veto que han sufrido en determinados c¨ªrculos se ha ido relajando. "Con los ¨²ltimos discos hemos visto muchos medios que antes eran reacios y que ahora nos sacan por primera vez", concede Dioni. "Es como lo que estamos haciendo con vosotros. Estamos encantados, pero es la primera vez que nos proponen una cosa as¨ª". Quiz¨¢s la clave se encuentre en que su p¨²blico tambi¨¦n se ha ido renovando. Hace unos a?os participaron en el desfile del Orgullo, y este a?o repetir¨¢n con una actuaci¨®n dentro de los festejos del World Pride. "Ahora mismo la mentalidad es mucho m¨¢s abierta¡±, apunta Dioni. Incluso han ganado adeptos en lugares que ellos no esperaban. "Hace poco nos llam¨® Eduardo Casanova para ver si pod¨ªamos ir a cantar al cumplea?os de ?lex de la Iglesia", cuentan.
LA BANDA DEL PUEBLO
De repente, una situaci¨®n in¨¦dita. Estamos en uno de los pocos puntos de Madrid en los que alguien no reconoce a Camela: el restaurante chino del subterr¨¢neo de Plaza de Espa?a. La barrera del idioma nos impide explicar que queremos hacerles all¨ª unas fotos. Dioni lo resuelve en un instante: desenfunda el m¨®vil y busca en YouTube una actuaci¨®n de Camela en televisi¨®n. El personal del restaurante comprende al instante, nos permiten continuar la sesi¨®n e incluso acaban haci¨¦ndose selfies con ellos. As¨ª se ha forjado su carrera: con naturalidad. "Nosotros nos sentimos muy del pueblo, de la gente", afirma Dioni, y se comprueba andando con ellos por la calle: van devolviendo el saludo y recibiendo peticiones de fotos constantes. Quiz¨¢s no todo el mundo reconozca ser fan, pero ha llegado un momento en su carrera en el que a nadie se ruboriza al decir que Camela le caen bien.
"Nosotros no pens¨¢bamos ni de broma llegar hasta aqu¨ª", reconoce m¨¢s tarde ?ngeles. "La m¨²sica era un hobby. Llegaba el fin de semana y dec¨ªamos 'vamos a cantar' como otros se van a esquiar". En su barrio, San Crist¨®bal de los ?ngeles, comenzaron en los 90 junto a Miguel ?ngel Cabrera, el tercer miembro original de Camela. "Nos grabamos una maqueta pero no pens¨¢bamos en sacar discos, lo hicimos para nosotros, para nuestros familiares", recuerda Dioni. Una de esas cintas lleg¨® al despacho de Alfonso Corral, director de su primera discogr¨¢fica. "Nos llam¨® y nada m¨¢s entrar por la puerta ya ten¨ªamos un contrato, que lo firmamos porque entonces hubi¨¦semos firmado hasta en el libro gordo de Petete", reconoce Dioni.
As¨ª surgi¨® L¨¢grimas de amor, su primer ¨¢lbum oficial. En ¨¦l se inclu¨ªa la canci¨®n de igual t¨ªtulo que se convirti¨® en su primer hit. Vendieron un mill¨®n de copias sin apenas promoci¨®n, pero no lo rentabilizaron como era de esperar. "Nos dijeron: 'Vais a percibir un 1% de royalties cada uno'. Nosotros nos mir¨¢bamos sin saber que era un royalty", recuerdan. "Nos daba igual, no pens¨¢bamos en vivir de eso", asegura ?ngeles. "Yo trabajaba en encuadernaci¨®n, y de repente ten¨ªa que decirle a mi jefe que me cog¨ªa vacaciones para hacer conciertos". Tardaron poco en darse cuenta de que hab¨ªan firmado el papel equivocado. "Cuando ya est¨¢bamos m¨¢s en el mundillo y lo coment¨¢bamos, la gente nos dec¨ªa: '?Pero qu¨¦ hab¨¦is hecho, chiquillos?'. Pagamos la ignorancia como la pagan tantos otros", asume Dioni.
CAMELA ES AMOR
Desde L¨¢grimas de amor, la carrera de Camela no ha dado tregua. Han publicado 16 discos en 23 a?os y pr¨¢cticamente no han parado de actuar. Recuerdan meses en los que han ofrecido 27 conciertos. Y siempre manteniendo su f¨®rmula intacta. "El amor es el sello de Camela", asegura ?ngeles, tajante. "Ya bastantes cosas malas tiene la vida". "Amor" o "enamorado" se repite los t¨ªtulos de seis de sus discos y en 27 canciones. "No va a pasar de moda, es eterno", defiende Dioni. "Nos preguntan mucho si da para tanto el amor. S¨ª, sigue dando, y lo que tiene que dar todav¨ªa".
De forma m¨¢s espor¨¢dica han cantado a otros asuntos, y ?ngeles recuerda sus composiciones sobre el Alzheimer (La m¨¢s bonita) o contra la violencia de g¨¦nero (Ya se acab¨® el tener due?o). Pero tienen claro que nunca tratar¨ªan algunos temas. ?El que menos? "La pol¨ªtica", dice ?ngeles sin dudar. "Pero porque somos apol¨ªticos", contin¨²a su compa?ero. "Vamos, es que tu imag¨ªnate a Camela cantando de pol¨ªtica", retoma ella. "De la pol¨ªtica no tenemos nada que decir", zanja mientras abre bien los ojos y se los se?ala.
Pero no todo ha sido armon¨ªa en Camela. En 2013, Miguel ?ngel Cabrera abandon¨® el grupo entre acusaciones de haber sido dejado de lado en el plano compositivo. Ellos dan por zanjada la pol¨¦mica, y m¨¢s desde que su figura haya encontrado reemplazo en Rub¨¦n, el hijo de Dioni. "Un d¨ªa, con 14 a?os, me dijo que hab¨ªa hecho una canci¨®n", explica su padre. "Pero que hizo Por siempre tu y yo, ?eh?", puntualiza ?ngeles, resaltando que es la canci¨®n de uno de sus v¨ªdeos m¨¢s conocidos, dirigido por Juan Antonio Bayona antes de reventar taquillas. Ahora todos sus temas llevan la firma de Ruben y ?ngeles.
Aunque no se les note, el camino hasta llegar a los Camela actuales ha sido largo. Ahora, por fin, disfrutan de la popularidad o, mejor dicho de la visibilizaci¨®n de esa popularidad. En los ¨²ltimos a?os les han empezado a llegar propuestas de la televisi¨®n, incluidos realities como Supervivientes o Gran Hermano VIP. Ellos solo han aceptado las que ten¨ªan alguna vinculaci¨®n con la m¨²sica. Solo a veces se piensan las cosas dos veces, como cuando a Dioni le invitaron a Pasapalabra: "Christian G¨¢lvez es muy fan, y siempre me dec¨ªa que fuese al programa, pero me daba respeto. Basta con que siempre nos han puesto de barriobajeros y de incultos para que vaya y no de una¡". Finalmente acept¨®, y ya le est¨¢n pidiendo que vuelva. Camela ya no es un tab¨² ni un placer culpable. "Viendo todo esto tenemos para 20 a?os m¨¢s", exclama ?ngeles. "Dioni, no s¨¦ c¨®mo tendr¨¢s t¨² el cuerpo¡".
Realizaci¨®n: Victoria Z¨¢rate
Maquillaje: Kley Kafe para Mac Cosmetics y GHD
Asistente: Lulu P¨¦rez.
Agradecimientos: Videoclup El Duende, Restaurante Yulong.
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