Honeymoon
S¨¢nchez ha pasado a asumir como propia la agenda pol¨ªtica del populismo
Se dir¨ªa que estamos en plena luna de miel (honeymoon) entre Pedro y Pablo, cuya uni¨®n de circunstancias incluso parece contar con la bendici¨®n papal (as¨ª se interpret¨® cierto tuit del Vaticano). Es posible que su idilio solo sea flor de un d¨ªa, como pas¨® con aquella almibarada imagen del a?o pasado, cuando pasearon casi cogidos de la mano ante las c¨¢maras de la Carrera de San Jer¨®nimo. Pero lo cierto es que ahora parecen haberse puesto de acuerdo en adoptar una estrategia com¨²n al frente de la oposici¨®n parlamentaria, cuyo sentido se resume en el eslogan de ¡°desmantelar¡± la ejecutoria del gobierno Rajoy.
Y esto supone un giro copernicano en los programas de ambas formaciones y en el car¨¢cter de sus respectivos l¨ªderes. En el caso de Podemos, es evidente que Pablo Iglesias se ha errejonizado, invirtiendo el resultado de Vistalegre II. All¨ª se enfrentaron dos programas: el reformista de Errej¨®n, predispuesto a pactar con el PSOE acuerdos institucionales de gobierno, frente al rupturista de Iglesias, empe?ado en imponer desde el activismo callejero un bloque hist¨®rico destituyente, lo que la militancia apoy¨® optando por la lucha de clases. Pero una vez purgado Podemos de todo errejonismo, ahora resulta que Pablo Iglesias se evade del bloque hist¨®rico gramsciano para pactar con el nuevo S¨¢nchez, lo que implica traicionar no s¨®lo a las mareas, a los anticapis y a IU (que ahora se lamenta por su eclipsada visibilidad) sino a las bases del partido, cuyo mandato se ha desnaturalizado.
Por lo que respecto a Pedro S¨¢nchez, es evidente que su flamante alianza con el l¨ªder podemista tambi¨¦n implica romper con la estrategia del partido socialista y con su propia trayectoria como l¨ªder pol¨ªtico. Ante todo, ha pasado a asumir como propia la agenda pol¨ªtica del populismo, comprometiendo al PSOE con 3 objetivos incompatibles con un partido de gobierno responsable: la antiglobalizaci¨®n (con denuncia aut¨¢rquica del libre comercio), el plurinacionalismo (fracturando as¨ª la soberan¨ªa popular) y el antiestablishment (con cord¨®n sanitario excluyente del PP). Es como si se pretendiera incluir al nuevo PSOE en el gramsciano bloque hist¨®rico frentepopulista.
Y esto lo hace un Pedro S¨¢nchez que se comporta como un converso o un reborn en el sentido evangelista del t¨¦rmino (as¨ª se declar¨® en su d¨ªa Bush Jr): alguien que retorna del pasado revestido con una segunda naturaleza. Algo de eso hay, pues el nuevo S¨¢nchez parece liberado de sus anteriores limitaciones y se comporta con una in¨¦dita seguridad en s¨ª mismo, como si se sintiera enviado por el destino con el encargo de realizar una misi¨®n trascendente: la de redimir al PSOE del pasado pecador que le imputa Podemos. Pero por sus obras los conocer¨¦is, lo que aconseja esperar y ver. Pues todo parece indicar que el noviazgo de Pedro y Pablo es una aventura pasajera que s¨®lo durar¨¢ el tiempo que se tarde en desmantelar la ejecutoria de Rajoy, estando predestinado a caducar en las pr¨®ximas elecciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.