Transformar Francia

Los franceses son hoy algo m¨¢s optimistas, seg¨²n un sondeo, gracias al empuje de Emmanuel Macron. Los solemnes discursos del presidente de la Rep¨²blica el lunes y del primer ministro, ?douard Philippe, el martes, prometen mantener ese aliento en el tiempo con una combinaci¨®n de reformas que logren la ¡°transformaci¨®n profunda¡± (en palabras del propio presidente del pa¨ªs) que Francia necesita.

Las grandes l¨ªneas de la legislatura se sustentan sobre dos pilares: la regeneraci¨®n de la vida p¨²blica, por un lado, y las reformas que rompan los principales problemas de la econom¨ªa gala ¡ªla rigidez de las estructuras y el corporativismo¡ª, por otro. Philippe desgran¨® el martes los cambios que se sumar¨¢n a la reforma laboral que se va a tramitar por v¨ªa de urgencia y contra la cual los sindicatos no han levantado todav¨ªa la voz de alarma como se podr¨ªa esperar. La sociedad parece consciente de la emergencia que vive un pa¨ªs con tan alto endeudamiento p¨²blico (96% del PIB) y una tasa de paro que ronda el 10%. Como bien ha se?alado Philippe, un peque?o aumento de los tipos elevar¨ªa el pago de intereses a niveles estratosf¨¦ricos, arruinando en parte el proyecto franc¨¦s de alcanzar la velocidad de crucero de la locomotora alemana.

En paralelo, Macron va a reformar las instituciones. Ha elevado la exigencia de honestidad de los servidores p¨²blicos, cambiar¨¢ la ley electoral (lo que favorecer¨¢ indirectamente al Frente Nacional) y reducir¨¢ el n¨²mero de parlamentarios, entre otras medidas. Es lo que Francia exig¨ªa para reconciliarse con la pol¨ªtica.

Las importantes medidas econ¨®micas han quedado ensombrecidas por la vistosidad de estas propuestas, al igual que la puesta en escena en Versalles ha opacado los contenidos pol¨ªticos. El ¨¦xito del proyecto Macron se medir¨¢ por su capacidad de cumplir sus promesas electorales y de mantener un sabio equilibrio entre regeneraci¨®n y reformas.