Pacto contra la violencia
Las administraciones deben implicarse en un acuerdo en defensa de la mujer
Para avanzar en la erradicaci¨®n de la violencia de g¨¦nero es imprescindible poner el foco en la conducta social y establecer objetivos de cambio social. Ello requiere un pacto de Estado que involucre a todas las Administraciones y unos presupuestos acordes con esa prioridad. Pero esto no ser¨¢ posible mientras las Administraciones p¨²blicas carezcan de herramientas eficaces y sigan dominadas por la inercias machistas. Es urgente que intervengamos para redise?ar los servicios generales y espec¨ªficos y garanticemos que se cumplan, en todo el territorio nacional, las labores de prevenci¨®n, detecci¨®n, valoraci¨®n de la violencia y sus consecuencias, planificaci¨®n de la intervenci¨®n, coordinaci¨®n entre instituciones y profesionales y documentaci¨®n. Labores o procesos que vienen determinados en leyes y acuerdos de coordinaci¨®n, pero que no est¨¢n garantizados en todos los lugares y servicios y que con frecuencia no se cumplen o solo lo hacen dependiendo de la voluntariedad, la bondad, la capacidad, los recursos y el compromiso de las personas que intervienen.
Cuando en las intervenciones pesa m¨¢s el compromiso, la capacidad y los recursos que la tolerancia hacia la violencia, el desconocimiento, el agotamiento o la precariedad, el resultado es positivo. Pero cuando lo que tiene m¨¢s peso es la inercia machista o la falta de recursos humanos o materiales, el resultado es negativo.
No es intrascendente para la protecci¨®n y recuperaci¨®n de las v¨ªctimas que quede a la voluntariedad de las personas cumplir la obligaci¨®n, establecida en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, de notificar al juzgado o a fiscal¨ªa, adoptando y recomendando pautas de protecci¨®n, cuando se tengan noticias de la posible existencia de un delito. No es intrascendente que unas fiscal¨ªas est¨¦n organizadas con recursos humanos y materiales para atender esas notificaciones y proteger a las v¨ªctimas y otras no.
No es intrascendente que en unos lugares se den automatismos judiciales y extrajudiciales y en otros se analice con detalle cada caso
No es intrascendente que en unos lugares se emitan informes de valoraci¨®n de la violencia detectada y su impacto por parte de los servicios especializados en atender a las mujeres y se les entreguen a estas, y en otros no. No es intrascendente que en unos lugares los servicios especializados est¨¦n formados por personas verdaderamente especializadas y que en otros tengan de especializados tan solo el nombre, bien porque las personas no tienen especializaci¨®n alguna, bien porque lo que se les abona por su trabajo es tan insignificante y desproporcionado que el trabajo de calidad se convierte en una cuesti¨®n de voluntarismo (como, por ejemplo, en los turnos de oficio espec¨ªficos).
No es intrascendente que a veces, tras una intervenci¨®n policial en un club de alterne, se tome nota como posibles testigos o fuentes de informaci¨®n de los clientes y que otras veces se les invite a irse a su casa sin tomar sus datos para preservar su intimidad. No es intrascendente que en unos equipos forenses se d¨¦ relevancia a la violencia psicol¨®gica y en otros no. No es intrascendente que en unos lugares la atenci¨®n a la v¨ªctima est¨¦ personalizada en base a valoraciones con claros criterios profesionales que queden documentados y en otros no.
En definitiva, no es intrascendente que en unos lugares se den automatismos judiciales y extrajudiciales y en otros se analice con detalle cada caso, se haga visible la violencia de g¨¦nero que exista en concreto y se responda de manera ajustada. No es intrascendente ni para las mujeres, ni en los casos de violencia en la pareja, para sus hijos e hijas.
Los mandatos de igualdad y de erradicaci¨®n de la violencia de g¨¦nero son enterrados d¨ªa a d¨ªa por la inercia machista de las Administraciones. Hay servicios dirigidos en teor¨ªa a hacer visible la violencia de g¨¦nero pero donde algunos se esfuerzan en todo lo contrario, bien porque est¨¢n motivados personalmente para negar la violencia, bien porque no est¨¢n preparados para verla, o porque han sido orientados desde dentro del servicio para tapar la violencia de g¨¦nero. Hay un negacionismo de la violencia de g¨¦nero que se est¨¢ desarrollando en algunos casos desde dentro de las propias instituciones, en pugna con quienes s¨ª trabajan por la igualdad.
Por tanto, adem¨¢s de un pacto de Estado, es necesario evaluar los distintos servicios p¨²blicos ¡ªincluyendo a la Administraci¨®n de justicia¡ª y sujetos a convenio. Muchas deficiencias se podr¨ªan resolver a corto plazo a nivel local y auton¨®mico si se hiciera esa evaluaci¨®n desde la honestidad y no desde la complacencia. ?A qu¨¦ esperamos para hacerlo? ?Por qu¨¦ no se est¨¢ haciendo ya?
Amparo D¨ªaz Ramos es abogada especialista en violencia de g¨¦nero.
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