Pierde Maduro
La liberaci¨®n de L¨®pez no debe ser una excusa para bloquear el cambio pol¨ªtico
El Gobierno de Nicol¨¢s Maduro ha liberado a Leopoldo L¨®pez. El dirigente del partido Voluntad Popular (VP), y exalcalde del municipio caraque?o de Cachao, fue detenido durante las movilizaciones de 2014 y declarado culpable de instigaci¨®n a la violencia por los 43 muertos con los que se saldaron aquellas protestas. Lo condenaron, en un proceso fraudulento y sin garant¨ªas, a pasar m¨¢s de 13 a?os en la c¨¢rcel en unas condiciones de aislamiento tan lamentables como crueles. Desde la madrugada del s¨¢bado est¨¢ de nuevo con los suyos gracias a la medida ¡°casa por c¨¢rcel¡± que las autoridades conceden por motivos de salud. El pa¨ªs entero ha podido respirar por un momento tras meses de intensa conflictividad.
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Todav¨ªa no se sabe el alcance que pueda tener la iniciativa tomada por el Gobierno y, por lo que se sabe, sin ninguna contrapartida por parte del joven pol¨ªtico opositor y preso de conciencia. Lo que s¨ª deja traslucir el gesto de Maduro es que el r¨¦gimen necesita abrir una v¨¢lvula de escape para reducir la tensi¨®n que se ha venido acumulando tras tres meses de protestas en las que han muerto 89 personas.
Reconducir la dif¨ªcil situaci¨®n en la que el r¨¦gimen se ha precipitado, tras empe?arse en una suicida huida hacia adelante que no conduce a parte alguna, no va a resultar nada f¨¢cil. La liberaci¨®n de L¨®pez podr¨ªa no ser nada m¨¢s que una a?agaza para desviar el foco de atenci¨®n. Son muchas las organizaciones internacionales y personalidades de relieve que llevan pidiendo hace tiempo que salga de la c¨¢rcel. El llamativo gesto de liberar a L¨®pez podr¨ªa permitir a Maduro conseguir esa tregua que necesita para seguir adelante con su proyecto de convocar una Asamblea Constituyente. La violencia de los ¨²ltimos meses, el acoso a la Asamblea Nacional ¡ªcon el bochornoso asalto a la C¨¢mara que realiz¨® hace unos d¨ªas un grupo chavista¡ª, la voluntad de obstaculizar y denigrar a la fiscal general, Luisa Ortega D¨ªaz, por su actitud cr¨ªtica y las presiones internacionales han debilitado de forma notable e irreversible los apoyos internos con los que cuenta el r¨¦gimen.
El regreso de L¨®pez a casa no debe servir al Gobierno para ganar tiempo y culminar sus planes de disolver de facto el ¨²nico reducto que le queda a la oposici¨®n, la Asamblea Nacional, y sustituirla por una C¨¢mara af¨ªn ideol¨®gicamente. La ¨²ltima iniciativa de Maduro ha sido la de embarcarse en una gira para que los colegios electorales se llenen cuando los venezolanos elijan el pr¨®ximo 30 la Asamblea Constituyente. Quedan pocos d¨ªas: de ah¨ª el golpe de efecto de la liberaci¨®n de L¨®pez.
El r¨¦gimen bolivariano ha perdido el aura revolucionaria que un d¨ªa quiso imprimirle su fundador, Hugo Ch¨¢vez. Ni siquiera los m¨¢s entusiastas se atreven ya a alzar la voz para defender a Maduro, que solo se sostiene en el poder gracias a una feroz represi¨®n y hostigamiento de la oposici¨®n. En vez de enrocarse en el poder, le toca dar un golpe brusco al tim¨®n: si as¨ª fuera, la liberaci¨®n de L¨®pez ser¨ªa un primer paso. Deber¨ªa seguirle la liberaci¨®n del resto de los presos pol¨ªticos, la suspensi¨®n del proceso constituyente y el inicio de negociaciones con la oposici¨®n para abrir un proceso de profundo y aut¨¦ntico cambio pol¨ªtico que restaure la democracia en el pa¨ªs.
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