?Por qu¨¦ necesitamos ¡°hacer nada¡± para encontrar soluciones a nuestros problemas?

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No hacer nada desarrolla nuestro cerebro

Si consideras que no hacer nada es un s¨ªntoma de vagancia o te sientes culpable por ello, est¨¢s equivocado. Lo necesitas para luego ser m¨¢s creativo, tener mejores ideas y encontrar soluciones a tus problemas. As¨ª lo explica Marta Romo en su libro ¡°Entrena tu cerebro¡±. La mayor parte de las investigaciones neurocient¨ªficas se centran en lo que nos ocurre cuando hacemos determinados ejercicios, pero apenas se estudia qu¨¦ nos sucede cuando estamos ensimismados o ¡°en Babia¡±. Los cient¨ªficos del Spanish Resting State Network (SRSN) se han puesto manos a la obra y han analizado qu¨¦ ¡°cableado neuronal¡± se activa en esos momentos. Y es curioso, porque se despierta una red formada por varias regiones de nuestro cerebro (corteza frontal ventromedial, el c¨ªngulo anterior, el hipocampo¡­), todas ellas relacionadas con la introspecci¨®n o la memoria autobiogr¨¢fica. Es decir, cuando alguien nos dice algo y nosotros nos quedamos con la mirada perdida, es porque nos ha hecho recordar alguna experiencia del pasado, recreamos una sensaci¨®n, nos imaginamos algo¡­ Y todo ello desaparece cuando el de enfrente nos dice algo as¨ª como: ¡°?Me est¨¢s escuchando?¡±. En ese momento si caemos del guindo, es porque la red se ha desactivado y comienzan otras zonas de nuestro cerebro relacionadas con la atenci¨®n. Y como dice Marta Romo: ¡°ambos circuitos, atenci¨®n y ¡°no hacer¡± se relacionan pero de forma inversa: cuando la se?al se incrementa en un circuito, se disminuye en el otro. Es decir, si activamos la atenci¨®n, desactivamos la introspecci¨®n y viceversa, son dos circuitos cerebrales que no pueden funcionar a la vez¡±.

La ciencia ha demostrado que cuando ¡°hacemos nada¡±, ponemos la base para encontrar soluciones a problemas dif¨ªciles, conocernos m¨¢s a nosotros mismos y ser m¨¢s creativos.

L¨®gicamente, a la hora de encontrar buenas soluciones, necesitamos introspecci¨®n, meditar bien las cosas¡­ y para conseguirlo, un buen aliado es poner el cerebro en reposo. No consiste en ver la televisi¨®n o estar con el m¨®vil, sino en hacer tareas sencillas, agradables o directamente ¡°hacer nada¡±, tumbados en el sof¨¢, contemplando una puesta de sol o mientras perdemos la mirada en algo que nos distraiga. Es entonces cuando puede aparecer una soluci¨®n a algo que se nos estaba atascando. Por ello, no es de extra?ar que las buenas ideas nos surjan en la ducha, paseando o conduciendo tranquilamente. Y esto tambi¨¦n les ocurre a los grandes cient¨ªficos. Se dice de Newton que la ca¨ªda de una manzana le inspir¨® la teor¨ªa de la gravedad; o que Einstein vio la soluci¨®n para la teor¨ªa de la relatividad mientras paseaba de camino al trabajo con un ingeniero amigo, o que a Bohr se le encendi¨® la bombilla sobre la estructura de los ¨¢tomos cuando contemplaba una carrera de caballos. Ninguno de ellos estaba en su despacho. Hab¨ªan introducido mucha informaci¨®n en sus cabezas, pero la red del cerebro en reposo fue la que les ayud¨® a conectar las piezas necesarias.

En definitiva, es absurdo sentirse culpable por no hacer nada y permitir que la mente vague tranquilamente. Necesitamos poner el cerebro en ¡°modo avi¨®n¡± y aparcar el m¨®vil y todo aquello que nos robe nuestra atenci¨®n. Adem¨¢s, como ha demostrado la ciencia, cuando ¡°hacemos nada¡±, estamos poniendo la base para encontrar soluciones a problemas que nos cuestan, conocernos m¨¢s a nosotros mismos y ser m¨¢s creativos.