Turqu¨ªa y la crisis de la democracia
Un a?o despu¨¦s del intento de golpe de Estado, la oposici¨®n ha forjado una identidad, pero el miedo es grande
Turqu¨ªa despierta gran inter¨¦s en Occidente por varias razones: en primer lugar, por su importancia geopol¨ªtica en la lucha contra el terrorismo, el manejo de los flujos migratorios y de la energ¨ªa. En segundo lugar, por su intenci¨®n de seguir el orden liberal desde el establecimiento de la Rep¨²blica en 1923. El hecho de que sea miembro de la OTAN y del Consejo de Europa desde hace d¨¦cadas y su candidatura a la Uni¨®n Europea, diferencian a Turqu¨ªa de otros pa¨ªses de la regi¨®n. Por consiguiente, el cumplimiento de los principios de la ¡°democracia¡± es algo esencial para Turqu¨ªa ¨Cno solo como demostraci¨®n del cumplimiento de los valores internacionalmente reconocidos, sino tambi¨¦n como garant¨ªa de una mayor estabilidad en el pa¨ªs¨C. Por esa raz¨®n, el mundo occidental sigue con inter¨¦s (y ahora con preocupaci¨®n) el desarrollo de los acontecimientos en Turqu¨ªa: quiere a un pa¨ªs democr¨¢tico como aliado y tambi¨¦n como vecino en la regi¨®n de Oriente Pr¨®ximo. No quieren otro Estado fallido en la regi¨®n.
Mirando a la historia, una democracia liberal ha funcionado en Turqu¨ªa, con interrupciones, desde 1950, sin ser un para¨ªso democr¨¢tico. Sin embargo, sus dos ¨²ltimos a?os, desde las elecciones de 2015, han sido muy intensos. La democracia representativa entr¨® en crisis cuando las ¨¦lites pol¨ªticas no aceptaron los resultados de dichos comicios, en los que el Partido Justicia y Democracia (AKP) perdi¨® su mayor¨ªa absoluta a causa del aumento de votos al Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP, izquierdista pro-kurdo). No se logr¨® formar una coalici¨®n, y adem¨¢s, en julio, se renovaron los enfrentamiento entre el grupo armado PKK y las Fuerzas Armadas, provocando el fin del proceso de paz entre el Gobierno y los kurdos.
En noviembre de ese a?o se repitieron las elecciones y el AKP recuper¨® su mayor¨ªa absoluta. En ese periodo, y tambi¨¦n despu¨¦s, el pa¨ªs sufri¨® varios ataques terroristas, cometidos tanto por el PKK como por el Estado Isl¨¢mico. El cl¨ªmax de esta inestabilidad fue el intento de golpe de estado el 15 de julio de 2016. Un a?o despu¨¦s, todav¨ªa nos falta conocer muchos detalles de lo que sucedi¨® en realidad, pero se sabe una cosa: fue un hecho muy traum¨¢tico para la sociedad turca.
Los principios b¨¢sicos de la democracia, los derechos humanos y el imperio de la ley ya no forman parte de la agenda del Gobierno del AKP
Desde entonces, el pa¨ªs est¨¢ bajo el estado de emergencia. La purga, en teor¨ªa para castigar a los responsables del golpe, le ha costado su trabajo a mas de 130.000 personas, incluyendo 8.271 acad¨¦micos. Adem¨¢s, 165 periodistas est¨¢n en la c¨¢rcel y 149 medios de comunicaci¨®n han sido cerrados. Tambi¨¦n una decena de diputados del HDP y uno de la principal formaci¨®n opositora, el Partido Republicano Popular (CHP, centroizquierda) permanecen entre rejas.
Bajo estas condiciones, Turqu¨ªa celebr¨® en abril un refer¨¦ndum ¨Cuno de los mas significativos de su historia- para cambiar la Constituci¨®n. Las enmiendas implican un cambio de un sistema parlamentario a un sistema presidencial, sin mecanismos de control. Los observadores internacionales de la Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (OSCE) afirmaron que el refer¨¦ndum en Turqu¨ªa no respet¨® los est¨¢ndares del Consejo de Europa. El periodo de campa?a fue muy injusto, violando los principios de elecciones ¡°libres y justas¡±. Ello, junto a la decisi¨®n emitida por la Comisi¨®n Electoral Suprema (YSK) de contar tambi¨¦n los votos sin sello oficial, provoc¨® muchas dudas sobre la legitimidad del refer¨¦ndum, pese a su importancia para el futuro del pa¨ªs.
Mirando a todo esto, podemos concluir que los principios b¨¢sicos de la democracia, los derechos humanos y el imperio de la ley ya no forman parte de la agenda del Gobierno del AKP. ?Hay alguna reacci¨®n a este modo de gobernar del Ejecutivo? A¨²n estando muy fraccionada, la oposici¨®n, ha forjado una nueva identidad, primero con su uni¨®n en torno a la opci¨®n del no en el refer¨¦ndum y, despu¨¦s, con la marcha de la justicia liderada por Kemal Kilicdaroglu, presidente del CHP.
Su marcha a pie de 24 d¨ªas y 425 kms, desde Ankara a Estambul, culminada con un mitin de m¨¢s de un mill¨®n de personas, seg¨²n la prensa turca, han supuesto la mayor movilizaci¨®n de la oposici¨®n desde las protestas de Gezi en 2013. Dicho mitin, celebrado el pasado 9 de julio, es decir, una semana antes de la conmemoraci¨®n del intento del golpe de Estado, ha mostrado al mundo que la democracia turca no esta muerta pero que necesita de nuevas plataformas. Eso no ser¨¢ f¨¢cil, porque debido a la represi¨®n que sigui¨® al golpe, el miedo de los ciudadanos es profundo.
Ilke Toyg¨¹r es investigadora del Real Instituto Elcano y profesora asociada en la Universidad Carlos III de Madrid.
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